El Chico se hace mayor.
El Chico se hace mayor.

En portada

Chico Blanco

“Necesito trabajar duro durante varios años de mi vida para volver a ser adolescente con 35”

Fotos: Aitor Laspiur

09.01.2024
“FOREVER 21 (VOL.1)” es la primera entrega de una serie de dos EPs con los que Chico Blanco se ha propuesto hablar de un verdadero problema de chico blanco del primer mundo: hacerse mayor. Este primer EP es la fiesta, y pronto llegará un segundo volumen más invernal. Entre medias, una cita en una cafetería de Berlín para que el artista confirme que, aunque muchos lo piensen, no, no estaba muerto… Estaba (más o menos) de parranda. Actúa el 19 de enero en Barcelona (Caprichos de Apolo).

Bajo

Suscripción

Es media mañana cuando recibo una llamada desde un número desconocido. “Hola, soy Pablo, ¿no habíamos quedado?”. Es Pablo Cobo, más conocido bajo el nombre artístico de Chico Blanco. Mi intención es aprovechar un viaje de trabajo a Berlín para entrevistarle a tenor de su reciente EP “FOREVER 21 (VOL.1)” (Mareo, 2023). Pero ha habido una confusión y resulta que mi viaje es una semana después. No pasa nada, aprovecho para ir al ‘gym’, que lo tengo al lado. Y nos vemos la semana que viene.

Así que nos vemos justo siete días después. Pablo me ha citado en un bar que está cerrado y, mientras lo espero, empiezo a dudar si se estará vengando por lo ocurrido hace una semana. Pero para nada. Bajo la ligera llovizna que está cayendo sobre un Berlín grisáceo que casi ha olvidado la luz del sol, Chico Blanco despliega su simpatía andaluza desde el momento en que nos encontramos y me lleva a otro bar cercano en el que yo me pido un flat white y él un matcha latte. Lleva una camiseta negra de adidas con manga larga ancha y una gorra roja de Berlín, y sufro porque ese es un combo perfecto para una persona tímida que quiera esconderse bajo el ala de la gorra o dentro de la manga ancha.

Pero Pablo no es tímido. Ni se esconde. Algo que ya se intuye en la música que practica desde “Gominola” (Autoeditado, 2020), el EP que lo lanzó a la fama y que asentó las bases de un sonido que alterna las ganas de jarana, baile y fiesta con la introspección de bajuna. Basta hablar cinco minutos con él para darse cuenta de que Cobo vierte sobre sus canciones una visión hedonista de la existencia. Habla como quien escribe en Twitter, a veces buscándole sentido al caos, a veces a golpe de titular. Se ríe con una risa blanca, tan blanca como su nombre artístico y como esas risas que son una luz capaz de invadir con buen rollo a quien escucha. Y, sobre todo, es imposible aburrirse hablando con Chico Blanco.

Chico Blanco: “Q NO”, vídeo realizado por Cani Galán.
De Granada a Barcelona y de Barcelona a Berlín… Háblame de este itinerario.

Bueno… Yo en Barcelona no he vivido. Voy mucho y era mi primera opción junto a Berlín, pero no he llegado a vivir ahí.

Pero, joder, si te pasabas todo el día en Barcelona.

Sí, sí. Voy un montón. Tenemos residencia en el Human de Razzmatazz y siempre salen bolos. Cuando vamos, nos quedamos una semana porque nos lo pasamos muy bien. Algunos de mis mejores amigos viven ahí y hasta me invitan a eventos de marca.

Te juro que pensaba que habías vivido en Barna.

Ya, cuando estás en la calle todo el día y vas a los sitios en los que está todo el mundo la peña te ve mucho. Pero no, me vine directamente a Berlín porque, aunque me gustan mucho las dos ciudades, aquí tuve una oportunidad. Unos chavales se iban de un piso y la casera nos dijo que nos lo dejaba a una amiga y a mí. Con lo complicada que está aquí la situación de las casas dije “mira, me puedo ir a vivir superguay a un piso con un contrato a mi nombre con una amiga y en un barrio al que quiere ir todo el mundo… Vamos a aprovechar”.

¿Pero tan complicada está la situación de los pisos en Berlín?

Es imposible. La gente se pega siete u ocho meses buscando un piso. Es heavy. Berlín se ha puesto muy de moda y hay mucha gente que quiere venir a vivir. También depende de qué barrio. Pero si quieres vivir en el meollo, está imposible. La gente va mucho de sublet en sublet y no sueltan el contrato de su piso porque es muy complicado conseguirlo, así que va realquilando.

Según tengo entendido, Berlín atraía a gente creativa porque los alquileres eran bajos. ¿Significa esto que ya no es una ciudad creativa?

Sigue siendo creativa, pero la gente dice que es distinta. Antes, gracias a la legislación, había una escena de club muy intensa, una comunidad y un espacio muy loco para que la gente volara y dejara crecer las ideas pasando de todo. Pero ahora está la moda de la música electrónica y las redes sociales... El que pincha en el Berghain se hace la foto en la puerta rollo “soy superhot”. Hay un postureo Berlín, con los TikTok ravers, por ejemplo, que antes no existía. Antes tú ibas al Berghain y nadie te conocía y te volvías toa loca. Que, bueno, esto te lo dice alguien que fue al Berghain por primera vez hace un año. Pero, tal y como me han contado, y yo lo puedo sentir, el Berghain ahora es de gente muy guay y muy guapa. Tienes que ser cool. Hay algunos círculos que han triunfado, con gente que ya es famosa dentro de una escena underground y otra gente que quiere hacer lo que hacen ellos y llegar a donde están ellos. Y así se empieza a generar este clima de social climbers en el que no lo haces por tu pureza y por tu arte, sino por unas pretensiones.


“Berlín se ha puesto muy de moda y hay mucha gente que quiere venir a vivir. También depende de qué barrio. Pero si quieres vivir en el meollo, está imposible. La gente va mucho de sublet en sublet y no sueltan el contrato de su piso porque es muy complicado conseguirlo, así que va realquilando”



Me parece valiente entonces que decidieras venir a Berlín, donde tenías que empezar de cero, en vez de ir a Barcelona, donde ya tenías bastante ganado.

Aquí estoy un poco fuera de la industria. Estoy intentando meterme poco a poco, pero es que voy muy a mi rollo. No siento que haya estado haciendo un esfuerzo superactivo por estar aquí. Estoy haciendo por meterme, voy conectando un poco con gente que tiene sellos, voy sacando sesiones con radios, quedo con gente para crear música… Pero todo muy poco a poco.

Otra cosa que me sorprende es todo lo que llevas adelante: tu carrera como Chico Blanco, las fiestas y el colectivo Mareo… ¿Cómo te lo montas?

Pues no parando. No parando. No parando (se ríe con resignación). Produzco mi propia música, soy intérprete y también canto, elijo quién hace las mezclas, quién hace los másteres, quién hace las portadas. Ahora me dejo ayudar, pero estaba como 360, haciendo todo lo de Chico Blanco. Además, con Mareo hemos estado sacando un par de discos al año. Los recopilatorios, haciendo fiestas en Madrid, Barcelona, ahora en Sevilla, ahora en Berlín… Así que no parando. Un poco de estrés. Por eso no he sacado un EP en tres años, porque no me ha dado tiempo.

¿Y no tienes un poco de sentimiento de culpa cuando ves que un proyecto se come el tiempo de otro?

Sí, es una paranoia. Cuando siento que dejo uno abandonado lo paso mal, porque los dos son parte de mí, de mi autoestima, de mi autosatisfacción, de mi realización personal. Si siento que uno flojea… Y sí que lo he sentido. Que he estado mucho tiempo en Mareo y, en un momento en el que tenía visibilidad con Chico Blanco, a lo mejor no lo he aprovechado porque estaba con otras cosas. Me he mantenido ahí, pero tampoco he crecido una barbaridad.
Pero eso puede ser algo bueno. El hype a veces te esclaviza a ser lo que la gente quiere que seas y, dándote este tiempo, a lo mejor también te has dado libertad para hacer lo que realmente quieras.

Bueno, puedes sentir presión de que el público deje de confiar en ti. Porque es supervolátil. Yo lo veo: hoy te escucha todo el mundo y en dos años te dicen “yo te escuchaba un montón hace tiempo”. Como si fuera Raphael o Mónica Naranjo o yo que sé… (risas). Yo salí en 2019-2020, hace muy poco, y estoy en activo. Pero como desde que saqué lo primero ya empecé a ser considerado a nivel nacional, parece que llevo aquí mucho… y todavía no tengo ni un disco. Espero hacerlo algún día.

Nueva vida en Berlín.
Nueva vida en Berlín.

¿Sí? Pensaba que en vuestra generación eso de hacer discos ya no le interesaba a nadie.

Lo mío es por satisfacción personal. Es como el que escribe y dice que en vez de escribir artículos en un blog quiere escribir un libro… ¡Es distinto!

También creo que es culpa de que nuestra generación devaluó el concepto disco: al final la mayoría tenían más relleno que otra cosa.

Pero antes es que te obligaban a sacar el disco porque con los singles no hacían dinero, así que necesitaban planchar diez canciones en un álbum para que la gente lo comprara. Era más especial. Ahora no te vas a hacer un disco de mierda: si te haces el disco, que sea una apuesta. Además, es que a mí me mola. Como que un EP se va muy rápido. Pero a mí me mola ponerme un disco entero.

Te veo tan hiperactivo que no te hacía del tipo que se para a escuchar un disco entero.

A ver, no me quedo una hora y media sin hacer nada. Pero me mola escuchar un disco entero, y más de una vez. Soy mucho de discos que me han acompañado y que los vuelvo a escuchar una y otra vez. Fuera de la electrónica, publicar un disco te posiciona como algo fuera de la norma, como que no eres un artista de singles, sino que haces un disco porque haces música, con todas las de la ley. Por eso yo quería hacer un disco en 2023. Pero aunque la música que he estado haciendo me parece que está guapa, tampoco la veo como el cambio increíble que estaba esperando en mi carrera y en mi sonido. Entonces me digo que para qué voy a sacar un disco con un sonido que no va a ser tan distinto y que a la gente le va a costar mucho metérselo. Porque hoy en día la generación Z es que no tiene tiempo, tío.
Me parece que eres muy autoexigente.

Bueno, he sacado dos EPs para darle un poco más de tiempo de vida al proyecto. Si hoy en día sacas un disco y no haces una pedazo de promoción rollo “vamos a aparecer en sitios nuevos que a la gente le van a sorprender, y luego vamos a salir en estos medios y tenemos el apoyo de esta gente de prensa o de esta discográfica y luego tenemos esta colabo”… Si no tienes un pedazo de tablón de esos del FBI para que el disco dure, tú lo sacas y el mes que viene ya no le importa a nadie. Y es un disco, es algo supergrande. Así que he intentado mantenerme con mi estrategia y mi sistema underground, con mis colegas y mi agencia y sacando cosas independientes. Vamos a hacer dos EPs y vamos a separarlos por mood. Este ha sido más buen rollo, dicharachero, de fiesta. El siguiente va a ser más reflexivo, introspectivo, invernal. La otra cara del asunto. Así creo que a la gente se le va a hacer menos bola.


“Hoy te escucha todo el mundo y en dos años te dicen ‘yo te escuchaba un montón hace tiempo’. Yo salí en 2019-2020, hace muy poco, y estoy en activo. Pero como desde que saqué lo primero ya empecé a ser considerado a nivel nacional, parece que llevo aquí mucho… y todavía no tengo ni un disco. Espero hacerlo algún día”



Centrándonos en este EP… ¿Qué edad tienes tú ahora?

25 años.

Entonces, ¿por qué lo de “FOREVER 21”?

(Se ríe). A ver, se podría haber llamado “Super Sweet 16”… Es que, para mí, 21 años es como ser adolescente, 25 ya no. Con 25 años, se supone que has tenido un margen para salir al mundo laboral, 25 años no son 18, no son 16. Sé que puede parecer gracioso a la gente que tiene 30 o 40.

Hombre, es que es gracioso que con 25 eches de menos los 21…

Pero no es echar de menos. Es darme cuenta de que con 21 era superadolescente, de que ahora empiezo a tener un pensamiento relacionado con la vida adulta y me parece bonito dedicarle un momento a la reflexión de hacerse mayor y empezar a vivir en el mundo real. Porque con 21 no vivía en el mundo real. Para nada. Es reflexionar sobre hacerte mayor, sobre el paso del tiempo y poner pie en el mundo de los adultos poco a poco. Porque por primera vez empiezo a sentir que ya no soy un niño. Y eso, ¡buah!, ha sido muy sentido y muy emocionante, ha sido una hostia de realidad. Te das cuenta de que todo el mundo busca trabajo, a algunos les va bien y a otros no, unos viven de la música, otros lo pasan mal, otros estudian… Total, que te das cuenta de que el tiempo pasa. Además, lo de “FOREVER 21” también es porque me parece un título divertido porque es una marca de ropa superpocha.
Marca superpocha de señoras de 50 que quieren aparentar que todavía tienen 21.

¡Claro! Yo tenía pensado llamarlo “20 para siempre”, porque rimaba, pero una colega me dijo “tienes que llevarlo a algo más obvio”. Porque el concepto de forever young está muy trillado ya. Otra vez reflexionando sobre que te estás haciendo mayor, ¡qué pereza! Supéralo, Pablo, porque son problemas de chico blanco. Por eso me gusta el título, porque tiene un punto ridículo.

Aparcando los miedos.
Aparcando los miedos.

¿Pero qué es exactamente lo que echas de menos de los 21?

A los 21 tenía menos miedo y era más capaz de vivir el presente y no pensar tanto a medio y largo plazo. La falta de experiencia hacía que muchas cosas que ahora a lo mejor me aburren o con las que no conecto ahí lo eran todo. Siento que cada vez es más complicado que haya cosas que me gusten o que disfrute o con las que conecte. Con 21 flipaba a tope con poder comer toda la comida rápida que quisiera. 8kitoo y yo nos poníamos tibios a hamburguesas y era lo más… Pero ahora la comida rápida no me satisface. Cada vez cuesta más, así que tienes que aprender a escucharte a ti mismo. Además, es que también con 21 fue cuando empecé a dedicarme de manera profesional a la música y era guay dedicarme a esto sin pensar que era mi trabajo y mi carrera. Me la sudaba todo. Ahora cada vez me cuesta más que me la sude, aunque sé que tengo que conseguirlo porque es así cuando te salen las cosas más reales. Cuando esto es tu negocio, ya es diferente. Pero, bueno, que me lo sigo pasando bien… ¡Que parezco un aburrío!

Que va, todo es parte de un proceso.

Ya, siento que a lo mejor he vivido la mitad de una década disfrutando y siendo superfluido y ahora necesito trabajar duro durante varios años de mi vida para volver a ser adolescente con 35.

Y, por el contrario, ¿qué tienes ahora que no tuvieras con 21 años?

Me gusta saber lo que quiero, porque he aprendido a base de experiencia. Que haya cosas que no me apasionen y no me gusten también es bueno, porque ya he estado ahí y sé que eso no es para mí. Conocerme más a mí mismo es lo mejor, porque me voy viendo cada vez en menos situaciones de esas que dices “¿yo qué coño hago aquí?”. Cada vez me siento más centrado y eso es guay. Y también la independencia: ser adulto y tener tu propia vida mola. Es verdad que se trabaja un montón, pero llevo un estilo de vida que me gusta.

Me parece interesante que hayas apuntado que habrá ese segundo EP más invernal, porque en este primero está claro que hay una apuesta directa por el baile.

Justo lo que me gusta de la música de baile es que me hace bailar (risas). Valga la redundancia, parece algo tonto. Pero es verdad: cualquier música se puede bailar. Incluso el reguetón se baila a tope. El sentimiento que hay a nivel colectivo y comunitario en los circuitos de música de baile siempre ha ido mucho conmigo. Cuando iba a una discoteca de comercial es que me daba para vomitar. No me gusta. Lo paso mal. Prefería irme a una casa a estar con mis amigos haciendo mis cosas. Empecé a disfrutar cuando empecé a ir a clubes de house y de techno porque ahí la gente baila, no están en plan ligando, mirándose. Es otro rollo. Un rollo “nos lo pasamos bien, bailamos en la pista”. Conecto mucho más. Está muy relacionado también con la comunidad LGTBIQ+. Estoy muy fuera del trap y el reguetón y demás, pero es que es superhetero.


“Yo es que estuve muy a tope en la movida del trap y el reguetón cuando aquí no lo estaba nadie: cuando tenía 16 o 17 años, estaba a tope en plan Young Thug y Lil Wayne y Travis Scott y A$AP Rocky, los primeros temas, cuando aquí la gente no los había escuchado nunca, nada, nadie. A tope con todo eso. Pero llegó un momento en el que, cuando llegó aquí y se puso de moda, vi que se descontextualiza la movida”


Bueno, en verdad hay de todo…

¡Desde hace dos años! Que ha salido ahora Young Miko y Bad Bunny se ha vestido de tía y todos “¡Bad Bunny, qué bien lo has hecho!”. Yo es que estuve muy a tope en la movida del trap y el reguetón cuando aquí no lo estaba nadie: cuando tenía 16 o 17 años, estaba a tope en plan Young Thug y Lil Wayne y Travis Scott y A$AP Rocky, los primeros temas, cuando aquí la gente no los había escuchado nunca, nada, nadie. A tope con todo eso. Pero llegó un momento en el que, cuando llegó aquí y se puso de moda, vi que se descontextualiza la movida y yo dije “paso de vosotros, me lavo las manos, no tengo nada que ver con esto”. No. Que yo me he puesto un poco en la casilla de Chico Blanco, pero con 17 años tengo un tema de reguetón con Dellafuente y he hecho temas de trap. Después, siento que me gusta la electrónica. A lo mejor algún día se me pasa y me pongo a hacer baladas.

En el EP invernal…

Hay alguna balada, sí (se ríe).

Entonces, ¿cuál es el plan de ataque?

El segundo volumen seguramente saldrá pronto. No está acabado del todo, pero quiero acabarlo ya. Hoy. La idea es que salga con alguna colaboración. Y, nada, en 2024 a girar y seguir sacando música y estar activo. No me gustaría estar tan parado como he estado.

Bueno, a ver, parado no has estado… No seas tan duro.

Si es que ya te lo he dicho. En el último año hay gente que me dice “buah, tú eres Chico Blanco, yo hace dos o tres años te escuchaba un montón”… Y yo: “Claro, como me he muerto y dejado de sacar música y mi carrera se ha acabado, es normal que ya no me escuches”. 

Contenidos relacionados

2024/ EPs nacionales

Bajo

Suscripción

2024/ EPs nacionales

Amapolas sonoras
LISTAS DE MÚSICA / Por Rockdelux → 11.12.2024

Chico Blanco

FOREVER 21 (VOL.2)
SINGLES / Por Marta España → 19.04.2024

Chico Blanco

FOREVER 21 (VOL.1)
SINGLES / Por Marta España → 16.10.2023
La isla bonita

La isla bonita

BRANDED / Por RDL → 25.05.2023

Rap español contemporáneo: pistas

PLAYLISTS / Por Al Sobrino, Diego Rubio → 13.04.2023

Contenido exclusivo

Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.

Inicia sesión