Soy partidario de los desayunos frugales, pero este pasado sábado habría dado cualquier cosa por despertarme en cualquier ciudad de Inglaterra ante un plato combinado de los que allí te endilgan para empezar el día y que hacen de aquella tierra el paraíso de los cardiólogos. Una buena ración de huevos, beicon, salchichas, alubias y todo lo demás en un pub grasiento habría constituido el acompañamiento perfecto a la lectura de
la entrevista a
Pete Doherty que ‘The Guardian’ publicó en su suplemento ‘Saturday’
. El conspicuo excomponente de The Libertines y Babyshambles está a punto de lanzar un libro de memorias, y una periodista del diario británico se trasladó a la región francesa de Normandía, donde el músico reside desde hace cinco años, para conferenciar con él. Claro que muchas de sus declaraciones eran tan extemporáneas que alguna alubia se me habría quedado atascada en la garganta y me habrían tenido que practicar la maniobra de Heimlich para que pudiera seguir leyendo. Las fotos que ilustran la entrevista no dejan claro si Doherty ha abandonado ciertos hábitos, pero lo que sí revelan sin margen de duda es que ha incorporado otros nuevos. Entre estos destacan el brie, el camembert y el pan. Orondo y desorientado (
“¿En qué fecha estamos? ¿2021? ¿Julio?”, pregunta a la reportera), confiesa que accedió a la publicación de
“A Likely Lad” –redactado por el periodista Simon Spence, se publica el 16 de junio– porque necesita el dinero. Vive en Normandía porque allí tiene una casa su novia, Katie de Vidas, teclista de su actual banda, Pete Doherty And The Puta Madres, nombre tan espléndido que me ha recordado no sé por qué (quizá porque me he levantado pensando en comida) al de aquella banda estadounidense que se llamaba Papas Fritas, locución que en su acento de cerca de Boston se pronunciaba “Pop has freed us”. Si no has leído la entrevista seguramente ahora te gustaría cogerme de las solapas y preguntarme:
“¿Pero qué cuenta de Kate Moss?”. El titular más jugoso es que rompieron porque a ella no le gustaba ir a antros de camellos a pillar.
Si el sábado me hubiese gustado amanecer en Londres, el domingo habría deseado desperezarme en Nueva York para asistir al estreno en versión 4K, en The Slipper Room, en el Lower East Side, de
“Garganta profunda”, con motivo de su quincuagésimo aniversario. No para ver la peli, que me atrae lo mismo que un puesto de calzoncillos a un euro en un mercadillo, sino para inspeccionar al personal apostado en las taquillas. ¿Cinéfilos de postín? No lo creo, pues parece ser que la cinta no es lo que se dice una obra de arte. ¿Salidos septuagenarios? Lo dudo, porque hasta ellos se han enterado de la existencia de PornHub. Realmente me pica la curiosidad y juro por Linda Lovelace que habría tomado un vuelo directo al aeropuerto JFK si no hubiese tenido cosas mejores que hacer.
Entre ellas, la más importante era darme manguerazos en la terraza para combatir el calor de Madrid, desde donde escribo estas líneas. En segundo lugar, ponerme al día de las canciones y álbumes publicados el viernes anterior. Aunque lo último que uno necesita en plena canícula es escuchar “En otro lugar”, el tórrido nuevo sencillo de
Queralt Lahoz. La temperatura ya es demasiado alta como para elevarla más. Pero la canción es una delicia, por lo que vale la pena enchufar un rato el aire acondicionado, por muy cara que esté la luz, para evitar la hipertermia, vulgarmente conocida como “golpe de calor”. En relaciones amorosas también se centra
“Tinder sorpresa”, tema estrella del nuevo doble single de
Capitán Sunrise, cuya audición no implica derroches, ya que la simpática letra y su pop bailable resultan hasta refrescantes. Además, Alizzz ha remezclado
“berlin u5”, de
Zahara, para
“REPUTA”, el disco con nuevas versiones de
“PUTA” (2021) que saldrá en septiembre.