La alegría de vivir.
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Róisín Murphy

“Soy más estrella de rock que ‘esas’ estrellas del rock”

Fotos: Nik Pate

15.09.2023
La estrella pop irlandesa aún es capaz de enamorarse de la música, de no perder la capacidad de sorpresa. El mago detrás de esta proeza es DJ Koze, con quien ha hecho a pachas su nuevo disco, “Hit Parade”, un trabajo en el que da rienda suelta a su innato magnetismo, con unas canciones frescas y accesibles que son pura euforia dance. Hablamos con ella.

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E

ste verano, Róisín Murphy ha cumplido 50 años, lo que a la vez significa que su carrera ya se estira a lo largo de tres décadas. Podría decirse, pues, que la irlandesa es una superviviente de la industria musical. La última gran crisis en Irlanda hizo que su familia se mudase a Mánchester a finales de los años ochenta, donde pudo vivir en su piel la opresión a la creatividad del thatcherismo. En el colegio, congenió con la pandilla de friquis que vestían todo de negro y escuchaban a The Jesus & Mary Chain. Poco después, un concierto de Sonic Youth le cambió la vida para siempre. Quería ser cantante. Y no tuvo que esperar mucho. Conoció en una fiesta a Mark Brydon, se enamoraron y crearon Moloko. El resto, como se suele decir, es historia.

Treinta años en la industria musical dan para mucho, y si no que se lo digan a Murphy. La ruptura del dúo, un inicio fulgurante como solista que luego se fue desinflando con el tiempo por la exigencia de seguir sirviendo hits de pop electrónico pluscuamperfecto cuando Róisín se negaba a hacerlo, pero también por sus desavenencias con EMI… Hasta llegar al presente. Acaba de ser “cancelada” por unos polémicos comentarios sobre los derechos trans, precisamente ella, que es considerada madre de la causa LGBTQ+. Por todo esto, reconforta que alguien que tantas alegrías nos ha dado a los amantes del synthpop hecho con cabeza y buen gusto diga que sigue enamorándose de la música tanto como el primer día.

Me lo dice en conversación por Zoom desde su casa en Ibiza, donde se instaló hace ya tres años a causa del confinamiento global. Entre otras tantas divas, fue una de las responsables de que muchos no perdiéramos la cabeza en ese encierro colectivo gracias al que sin duda fue su álbum más aplaudido hasta la fecha, “Róisín Machine” (Skint, 2020). El pasado viernes se publicó su continuación, “Hit Parade” (Ninja Tune-[PIAS] Ibero América, 2023), que en realidad ha sido un disco creado en paralelo a aquel otro. De hecho, su germen cuajó hace ya siete años, cuando la irlandesa y el productor alemán DJ Koze, alias de Stefan Kozalla, empezaron a trabajar en él en remoto. “Con ‘Róisín Machine’ y este álbum todo el tema de los ciclos promocionales se rompió; ambos convivieron en el tiempo, pasó todo a la vez. Lo diferente es que este último fue más bien como un hobby al que le dedicábamos un poco de tiempo de tanto en tanto. Trabajábamos un par de días o tres y luego estábamos tiempo sin hacer nada, y así sucesivamente. Mientras tanto, hacíamos nuestros trabajos reales en el mundo real. Lo que sí hizo fue afectar la manera en que acabé ‘Róisín Machine’, para el cual grabé las voces en casa”.

No fue hasta hace más o menos un año cuando se dieron cuenta de que lo que tenían entre manos era un álbum propiamente dicho. Hasta ese momento nadie lo había oído por tratarse, para ellos, de un hobby. Ni siquiera gente de la industria. “En ese momento no estaba contratada por ninguna discográfica”, asegura Murphy. “Así que tuve que ponérselo a varios sellos y me sorprendió que en las reuniones todos queríamos escucharlo de principio a fin. Me alegró mucho y me hizo pensar que tenía algo bueno entre manos”.

Una diva sin complejos.
Una diva sin complejos.


¿Sirvió la ausencia de un espacio físico y compartido para permitirte trabajar diferente a como lo habías hecho hasta ahora? Por ejemplo para cantar de una manera más íntima.

Desde luego. Todo viene de cuando hice el EP “Mi senti” (The Vinyl Factory, 2014) y tuve que aprender italiano para versionar todas aquellas canciones. Hay una intimidad en esas canciones conversacionales, al menos en la manera en que están escritas, era algo a lo que me quería acercar cada vez más. Me gusta la idea de que una canción sea como si alguien te estuviese hablando a ti, contándote sus secretos más ocultos y sus pasiones y temores más profundos. Poder hacerlo en los ratos muertos mientras paso la aspiradora, arreglo mi jardín, llevo a los niños al colegio y les doy el desayuno… De repente vuelves a casa con una pequeña melodía en tu cabeza y te pones a trabajar en ella.

DJ Koze siempre se caracterizó por ser el productor del sello Kompakt con las sensibilidades pop más grandes. Así que después de que ya aparecieses en dos de las canciones de su último álbum, ¿qué fue lo que buscaste en él para acabar colaborando de una manera más extensa?

Para mí, todo se reduce simplemente a que me gusta cómo suenan sus producciones. Durante toda mi carrera he intentado rodearme de colaboradores que suenen diferente al resto del mundo. Suena a él mismo, se ve clarísimamente en cada nota de su música. Él ha priorizado mi voz de una manera que suena icónica. No podía parar hasta hacer que mi voz fuese una presencia que siempre había estado ahí.

Para mí, es una gran elección. Después de lanzar “Róisín Machine” aseguraste que querías que tu siguiente álbum fuese tu disco de pop en mayúsculas, y estas son algunas de las canciones más inmediatas que has lanzado. Al menos en mi mundo ideal, deberían sonar en la radio.

Exacto. En un mundo ideal sería hit parade. Pero no hay hit parade ni top of the pops en el mundo real, ¿así que de qué diablos estamos hablando? (risas).


“Me gusta la idea de que una canción sea como si alguien te estuviese hablando a ti, contándote sus secretos más ocultos y sus pasiones y temores más profundos. Poder hacerlo en los ratos muertos mientras paso la aspiradora, arreglo mi jardín, llevo a los niños al colegio y les doy el desayuno… De repente vuelves a casa con una pequeña melodía en tu cabeza y te pones a trabajar en ella”



Otra consecuencia de que suene tan inmediato es que las canciones son frescas, coloridas, llenas de júbilo.

Te puedes imaginar lo contenta que me ponía cada vez que Stefan me mandaba un track. Era tan simple como eso. Me inundaba con música alucinante. Todo el rato la gente me estaba trayendo música alucinante. Al final todo se reduce a la felicidad que viene con la música. Poder tener el acceso a grabar en casa le daba otro swing, otro flow, a la música. Mi vida se ha convertido en un lugar en el que la gente me trae música increíble y me permite interaccionar con ella. Da la sensación de que estoy enamorada de la música, de todas las canciones que estaba haciendo durante ese tiempo.

¿Es algo que siempre has sentido con todos los discos que has lanzado?

Creo que los años más gratificantes y felices que he tenido en cuanto a música se refiere han sido durante mis cuarenta. Experimenté una suerte de renacimiento y estar en esa situación es realmente sorprendente. Cada día le doy gracias a mi buena suerte. Es algo que aporta una enorme dicha. Y todo esto lo digo teniendo todo bajo control, es absolutamente alucinante.

También decías que querías hacer un disco americano. Me encanta el rollo R&B-funk de “The House”. Y tienes hasta un sample de Sharon Jones en “Fader” que le da un toque soul que se percibe en otros momentos del álbum.

Me encanta la música americana: soul, R&B, hip hop, house, techno… incluso rock. Creo que hay mucho rock en mí. Soy más estrella de rock que estrella de pop.

¿Y eso?

¡Porque soy más estrella de rock que “esas” estrellas del rock! (risas).

Euforia.
Euforia.


Eres una de esas artistas que siempre ha dado importancia a los remixes. No es frecuente verlo. Repasar una playlist en Spotify con todos los que te han hecho puede ser francamente abrumador. También diste continuidad a “Róisín Machine” en 2021 con un álbum de remezclas, y tus singles vienen acompañados de remezcladores de renombre.

Lo que quiero al final del día es que me sorprendan. Hay remixes alucinantes que hacen mucho uso de mi voz. En otros la voz está completamente desaparecida. Puede ser alucinante un remix aunque deje intacta la canción, del mismo modo que lo es cuando la deconstruye y la rompe. Un tempo, una nota diferente… Soy muy abierta de miras. En mi caso, uso el mismo enfoque que cuando hago discos, intento que se encarguen de ellos gente que está en mi órbita, gente cuya música entiendo, de dónde viene. Si escoges a alguien interesante siempre tendrá algo que enseñarte, incluso en un remix. Si escoges a alguien interesante puede que lo hagas con la idea de que te va a hacer una cosa en particular, pero siempre te va a sorprender. Mi truco es ser capaz de entender eso con los productores con que trabajo, ya sea para álbumes o remixes.

Acostumbro a disfrutar mucho de tus canciones más largas, con esos grandes desarrollos. Mi favorita del anterior disco fue “Something More”. Ahora es “You Knew”. Se te ve activando el modo techno. Te he visto promocionarla mucho últimamente. ¿Es quizá de la que te sientes más orgullosa?

¡En absoluto! No tengo canciones favoritas. Por eso he lanzado tantos singles. Todas las canciones merecen su momento, cada canción es un mundo en sí mismo. Estoy contenta, de todos modos, porque algo como “Two Ways” esté ahí. Tiene un rollo trap, es un color muy dinámico que le aporta distinción respecto al resto del álbum. Estoy muy sorprendida con ella porque esa canción no tenía nada que ver con lo que podéis escuchar ahora cuando empezamos a trabajar en ella. Me encanta tener ese color en el disco, porque es algo que a nivel de producción nunca había tocado.

Mucha gente me dijo que cuando lancé “Róisín Machine” durante el confinamiento les salvé la vida. Es genial que me digan eso, claro. Pero me gustaba saber que también tenía ese otro componente que se puede oír en “Two Ways”. Sé que iba a seguir en esa dirección y que iba a ser muy sorprendente para la gente. Para mí es un gran sentimiento el ver que eres capaz de convencer a la vez que sorprender a la gente.


“La mejor fiesta a la que he asistido en los últimos años fue durante el confinamiento. Fue una rave para seis personas, todos ellos mis amigos. Era en un sótano con un buen soundsystem y fue absolutamente maravilloso. Mejor estar con seis personas a las que amas que con seiscientos gilipollas (risas)



Justo después de “You Knew” llega “Can’t Replicate”, que ha sido una de las candidatas a canción del verano. La pincha todo el mundo, de Sven Väth a las pasarelas de Chanel. Y con razón, menudo hit deep house. ¿Sales de fiesta últimamente?

No puedo evitarlo, como te puedes imaginar. Ocasionalmente tengo que ir. Y algunas veces lo disfruto de veras y otras vuelvo a casa con la sensación de que no debería haber salido. Recientemente vi a Moodymann pinchar un par de veces y fue brillante y alucinante. Pinchó el remix de “What Not To Do”. Fue uno de los mejores momentos de la noche. Es como un corte de jazz dance, diferente a cualquier otra cosa que estuviera pinchando esa noche, y la sala se vino abajo. Obviamente también he visto pinchar en los últimos años a DJ Koze. Curiosamente, es el máximo tiempo que he pasado en su compañía, lo cual no es lo mejor socialmente (risas). ¡Pero qué buen DJ es! De todos modos, la mejor fiesta a la que he asistido en los últimos años fue durante el confinamiento. Fue una rave para seis personas, todos ellos mis amigos. Era en un sótano con un buen soundsystem y fue absolutamente maravilloso. Mejor estar con seis personas a las que amas que con seiscientos gilipollas (risas).

Siempre has demostrado tener interés por las artes visuales, así que me gustaría saber cómo surge la portada de este disco. Es una colaboración con Beth Frey, una artista que juega con la IA. Captura algunas de las características de tu obra al ser, a la vez, surrealista y bobalicona.

Siempre he pensado que los visuales tenían que ser tan encantadores como la música. Tenía que haber un sonido sensorial. Unos visuales de rollo ASMR, que quisieses tocar, saborear, chupar. De la misma manera que harías con el sonido. Así es como priorizo mi manera de crear música. Cuando busqué algo así coincidió justo con el principio de este nuevo boom de imágenes de IA. Por entonces descubrí a la artista Beth Frey, que tenía unas imágenes con todo lo que estaba buscando. Eran tan táctiles como la música. Antes de meterme en temas de IA quería conocer bien el proceso, poner mis manos ahí, discutirlo con ella. Cuando vi esas imágenes alucinantes que ella tenía no quise hacer mis propias imágenes de cero, así que le compré todo al por mayor. Luego hice una sesión de fotos en la que emulaba las posiciones de las criaturas de esas imágenes e hicimos un fotomontaje. Fue un trabajo de idas y venidas entre el diseñador y Beth hasta llegar al punto de que fuese convincente. No son exactamente imágenes de IA, porque tiene mucho componente y experiencia humana. No sé por qué, pero sentí que eran tan buenas como la música.

Ritmo e imagen.
Ritmo e imagen.


¿Y cómo ves todo esto de la IA aplicada a la música?

Te diría que lo mejor es algo a mitad de camino de lo que he hecho con los visuales. Que tenga su parte IA, pero que no se pierda el componente humano. Que haya personas tocando instrumentos pero que luego una IA interactúe con ello. No tengo la capacidad cerebral para entender las consecuencias y las connotaciones de la IA, pero lo que sí te puedo contar es la siguiente anécdota. Le pregunté el otro día a mi hijo de diez años, al que le encantan los ordenadores y los videojuegos, qué pasaría si tuviese un chatbot que lo supiese todo acerca de él, todos sus intereses, lo que le hiciese reír… que fuera absolutamente perfecto para él. Poco a poco me he empezado a preocupar como madre porque cada vez se pasa más tiempo hablando con el chatbot, que a fin de cuentas no es real. ¿Te preocuparía? Y me contestó: “¿De qué estás hablando? Claro que no me preocuparía, no me importaría”. Esto va a ocurrir pronto. Muy pronto.

“Róisín Machine” te dio un enorme reconocimiento de crítica y público, algunas de tus canciones más escuchadas en plataformas de streaming se encuentran en ese disco. ¿Fuiste consciente de que lanzaste un álbum cien por cien dance en un momento en el que nadie lo podía hacer? Además, algunos de los mejores LPs de aquel año –de Dua Lipa a Jessie Ware– eran puro disco.

No se podía bailar, pero sí que es cierto que se lanzaron esos discos en una época en la que la gente podía escuchar completamente la música, con toda la atención puesta en ella. Era la única válvula de escape de estar encerrados en sus casas. La gente se aferró a la música de una manera, con una intensidad, que yo nunca había visto a lo largo de toda mi vida. Así que yo lo veo, en este sentido, como una época genial para lanzar música. Especialmente un disco como “Róisín Machine”, que es un mundo en sí mismo en el que adentrarse y pasear por sus distintas estancias. Lanzar eso entonces fue mágico. La gente dedicó todo el tiempo del mundo para amarlo.


“Siempre he pensado que los visuales tenían que ser tan encantadores como la música. Tenía que haber un sonido sensorial. Unos visuales de rollo ASMR, que quisieses tocar, saborear, chupar. De la misma manera que harías con el sonido. Así es como priorizo mi manera de crear música. Cuando busqué algo así coincidió justo con el principio de este nuevo boom de imágenes de IA”



¿Cómo te va en Ibiza? Porque te mudaste durante el confinamiento, pero sigues todavía ahí...

Nos mudamos durante el confinamiento, pero luego decidimos quedarnos. Sí, sé que suena a cliché.

Bueno, puede ser un cliché, pero es verdad que muchos que nos quedamos encerrados en la ciudad romantizamos de alguna manera la idea de estar en un ambiente más rural y tranquilo, que entiendo que es lo que Ibiza aportó justo en ese momento.

Sí, en 2020 se estaba genial porque estaba vacío. Pero a lo largo de este disco se transmite la idea de un paraíso siendo trastornado por pensamientos de fondo, un sentimiento de opresión y autoritarismo. Por un lado estás en el país de las maravillas, pero en el fondo escuchas ruido blanco y el mundo se está cayendo. Todo lo que conoces se te arrebata. Los cimientos del suelo se están agitando. Era como una prueba de vestuario de un colapso total del sistema. Se sentía muy real. Escuchabas a gente decir lo bien que se estaba en el paraíso y eso te hacía sentir terrible. Algo de esto se escucha en canciones como “Crazy Ants”.

En este álbum te pones en la piel de diferentes personajes, incluyendo una Valley Girl en la muy graciosa “Crazy Ants Reprise”. También hay mucha teatralidad en tus directos, y recientemente debutaste como actriz en la serie “El lado oscuro. El hijo bastardo y el mismísimo diablo”. ¿De qué manera se relacionan cantar y actuar?

De una manera muy cercana. La interpretación de palabras y la actuación, todo lo que hice durante el confinamiento a nivel performativo, ante la cámara, involucra mucho la cámara. Me gustó poder actuar con mi cara, que no es algo que tenga mucha oportunidad de hacer encima de un escenario durante mis conciertos. No ha sido hasta ahora cuando he empezado a introducir este elemento con el uso de cámaras. La cara es el actor, es la parte más importante del cine. Los ojos son las ventanas al alma. Fue bonito poderme acercar a los fans cuando estaba tan separada de ellos en tiempo y espacio durante los confinamientos. También me interesa lo que la silueta pueda hacer en el escenario, cómo mueves tus moléculas con tu forma y tu escultura. ∎

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