Arrancaron con “Home”, uno de los tres temas de su cancionero que supera los siete minutos, algo llamativo en grupos como este, que suele manejar la mitad de tiempo como perfecto estándar de canción pop. Si hubieran escogido “I Will Love You”, la preciosa balada escrita por Raymond McGinley que cierra “Nothing Lasts Forever”, su duodécimo álbum de estudio, quizá todo habría sucedido en crescendo. Pero ¿por qué eligieron una canción compuesta por el siempre sonriente Norman Blake, justo la que abría “Endless Arcade” (2021), su anterior trabajo? Sería malpensado fijarse en que fue el primero sin Gerard Love, su hasta entonces bajista y cantante –tan cofundador como fundamental compositor–, porque también fue el de la inclusión del provechoso Euros Childs como apoyo a los coros y teclados. Un músico certero que una década antes ya había sido socio del propio Blake en la banda Jonny. Desde entonces, el multinstrumentista Dave McGowan pasó de estar sentado a las teclas a responsabilizarse de bajo y coros. Por cierto, seguramente Gerard Love esté a punto de mostrarnos la continuación de su propia carrera, quién sabe si como Lightships o a su nombre.
Pudiera ser cruel comenzar con lo que ya no se verá en Teenage Fanclub, aunque aún hay quien –olvidándose en este último lustro de la marcha de Love– sigue echando de menos títulos como “Star Sign”, “December”, “Radio”, “Hang On”, “Sparky’s Dream”, “Ain’t That Enough”, “I Need Direction”, “Fallen Leaves”, “Thin Air” u otros. Y no es un hecho menospreciable, ya que aquel cuarteto cuasi perfecto fundado en Glasgow en 1989 se ha tenido que ir agrandando hasta resultar un sexteto bien engranado para parecerse a lo que fueron. “The best band in the world”, según dicen que dijo Kurt Cobain durante la gira europea de Nirvana con el mítico “Nevermind” (1991). “Han flipado cuando al llevarles el catering les he pedido que me firmen la entrada del 2 de julio de 1992 en Valencia”, comenta Mikel J., sentado en la butaca contigua. “Me arrepiento de haberme quedado celebrando mi cumpleaños aquel día”, le responde otro espectador, admirando con cierta nostalgia el pequeño tique ahora autografiado y compartiendo la retórica “al final no pudieron tocar los Surfin’ Bichos como teloneros, ¿verdad?”.
Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.