Detrás del personaje que copa titulares con frases provocadoras para llamar la atención de unos medios incapaces de fijarse en él por sus amplios méritos artísticos, se esconde uno de los pocos cineastas de nuestro país capaz de mantener un espíritu underground (no por casualidad su productora se llama así, Anderground Films) incluso en películas como su nuevo largometraje “Pacifiction” (2022), con producción francesa y actores de prestigio, que compitió por la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
Albert Serra (Banyoles, 1975) se mueve en otra liga, y no solo porque sus películas se programan en certámenes donde apenas acceden otros nombres del cine de nuestro país. El director de “Honor de cavalleria” (2006) y “La mort de Lluís XIV” (2016) se ha mantenido fiel a una visión del cine y del arte ajena a tendencias de moda, domesticaciones institucionales, peajes comerciales o políticas coyunturales. En las distancias cortas, tiene poco de enfant terrible y se muestra siempre generoso a la hora de compartir una pasión riquísima, en absoluto tibia y para nada convencional por el cine, la cultura y la vida.
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