Libro

Percival Everett

Los árbolesDe Conatus, 2023

15. 03. 2023

¿Quieren morir de risa y al mismo tiempo horrorizarse con el racismo sistémico que riega los campos de Estados Unidos? Pues “Los árboles” (“The Trees”, 2021; De Conatus, 2023, finalista del Booker el año pasado) es su novela.

El iconoclasta Percival Everett (Georgia, 1956) ataca con otra de sus despendoladas ficciones –y traducidas aquí hay varias: por ejemplo, “X” (2001; Blackie Books, 2011) o “No soy Sidney Poitier” (2009; Blackie Books, 2013)– y se zambulle en modo thriller en la ciudad de Money (Mississippi), epicentro de una serie de extraños asesinatos en los que el autor siempre parece ser un negro muerto… que desaparece misteriosamente para volver por sus fueros y perpetrar nuevos crímenes. Una especie de zombi vengador –las víctimas, blancas, están relacionadas de una forma u otra con linchamientos ocurridos en el pasado, especialmente con el de Emmett Till en agosto de 1955– que activa por todo el país una epidemia de violencia que llega hasta la Casa Blanca (la aparición de Trump, escondido debajo de la mesa en el Despacho Oval, es de traca).

A Money, pueblo de paletos sin remedio (las descripciones de la “escoria blanca” sureña son desternillantes: atención a Mamichula de Amarillo y a Abuela Caro, dos de sus ilustres residentes, o al sheriff Red Jetty), llegan dos detectives (de color) del MBI (algo así como el FBI de Mississippi) para investigar el asunto, y el lío ya está armado. Los agentes Ed Morgan y Jim Davis –a los que se añadirá el refuerzo de Herberta “Herbie” Hind, agente especial del FBI– conocerán en sus pesquisas a las misteriosas Mama Z (anciana de 105 años que ha ido documentando todos los linchamientos perpetrados en Estados Unidos –no solo de afroamericanos, también de asiáticos y latinos– desde 1913, el año de su nacimiento) y a la camarera Gertrude, alias Dixie (“Te dan más propinas si te llamas Dixie que Gertrude”), o a Dill, empleado de la funeraria local (“Siempre quise ser un poeta beatnik. Me equivoqué de generación. Y ahora meto gente muerta en cajones. Supongo que en el fondo es lo mismo”).

La trama, enloquecida y maravillosamente lúdica, nos devuelve una estampa del virus del racismo en los genes de la fundación de Estados Unidos (los “árboles” del título son los del “Strange Fruit” inmortalizado por Billie Holiday) sin necesidad de lanzar grandes sermones ni teorías académicas, consiguiendo su objetivo de poner el foco sobre una lacra que pervive en pleno siglo XXI. Everett monta una especie de delirante variación de “True Detective” y su escalpelo enharinado en humor y pullas tronchantes consigue el doble objetivo de divertir y concienciar.

Un libro descarado y muy necesario en tiempos de asesinatos impunes y cuestiones todavía no resueltas. Visiten Money: las correrías de su peculiar fauna les esperan en una lectura que engancha desde la primera página. ∎

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