020, el trágico peor año de muchas vidas (con la letal pandemia y la losa de la consiguiente crisis económica), acaba con tres buenas noticias. Una, absolutamente esperanzadora: la posibilidad de contar con vacunas eficaces y seguras contra la COVID-19 debería poner fin a este estado de ánimo pesimista que nos embarga desde hace meses; en efecto, sí, parece milagroso que las farmacéuticas sitúen la eficacia de sus vacunas en tantos por ciento elevadísimos, pero no dudemos: necesitamos creer.
La segunda noticia es trascendentalmente estratégica en la política internacional: el fin del efímero reinado del ridículo Donald Trump (miedo y asco en el planeta Tierra), arrogante perdedor sin ética ni estética que, tras no haber podido renovar sus cuatro años de mandato (algo poco frecuente en el gobierno de los EEUU: escarnio; shame on you, Donald), maleó con las reglas de la deportividad para evitar aceptar un retiro digno y caer en la ponzoña de la cháchara y la maledicencia. No hay mal que por bien no venga. Su resentimiento victimista debería ser la nueva vara de medir la no aceptación de ese populismo retrógrado basado en la confrontación.
Más modestamente, la tercera buena noticia, si se nos permite el guiño entusiasta, está en esta pantalla. Evidentemente, mucho menos relevante, pero indudablemente significativa, sobre todo para los seguidores de Rockdelux, medio de comunicación que vuelve a la acción siete meses después de su desaparición. ¿Demasiado pronto? Sencillamente, en cuanto hemos podido regresar con la garantía de un proyecto que mereciese la atención de nuestros lectores.
Tras más de 35 años de singladura, la pandemia de la COVID-19, entre otras circunstancias, obligó a cerrar Rockdelux. Su despedida en mayo de 2020 fue sonada, con una repercusión enorme tanto en medios como en redes, desbordándose la emoción y viralizándose el respeto por una trayectoria consolidada en 394 números mensuales.
Buscando mantener ese prestigio conseguido y esa reputación ganada a fuerza de trabajo, la cabecera resucita con la intención de seguir siendo una referencia para todos los amantes de la música y la cultura pop en general. Y reaparece online y no en papel, algo inviable dadas las circunstancias actuales de poca relevancia de los quioscos (triste, sí; somos los primeros en lamentarlo). Igual pero diferente.
Presentamos la nueva web de Rockdelux con un diseño diferenciado del que caracterizaba su imagen hasta ahora, que pretende ser una continuación actualizada de lo que siempre ha definido la revista: sin sensacionalismos y con respeto, la música continuará siendo la protagonista de nuestra línea editorial, pero potenciando el cine, las series, los libros y los cómics; secciones que ya eran habituales en la revista. Por otra parte, nacerán piezas vinculadas al lifestyle, así como contenidos asociados a temas sociales o tecnológicos y, desde una perspectiva pop, ensayos didácticos sobre cuestiones de género e identidad, deporte o moda. Es una web que, a nivel técnico y de diseño, irá implementando mejoras progresivamente. Justo empezamos. Iremos puliendo detalles.
Contamos con una plantilla enorme y excelente de colaboradores, los que han dado fuste y entidad a Rockdelux a lo largo de tantos años, pero también se incorporan al proyecto nuevas firmas que aportarán diferentes puntos de vista sobre temas musicales y no musicales. No nos vamos a poner cortapisas y vamos a intentar ser más abiertos, incluso, de lo que ya éramos. Y, como siempre, con prejuicios cero. Nos gusta romper moldes si creemos que es necesario romperlos. Eso forma parte del ADN de Rockdelux y es lo que ha educado e identificado a muchos de nuestros lectores. Hablamos de hip hop o electrónica cuando nadie lo hacía en España, redescubrimos el flamenco cuando pocos lo consideraban o teorizamos sobre el reguetón como fundamento contemporáneo de la música latina sin ruborizarnos ni alterarnos por las críticas. Vamos a seguir con esa tarea. Asimismo, orgullosos de nuestro pasado, daremos constancia del enorme archivo histórico de Rockdelux recuperando artículos, entrevistas y críticas.
Se unen a este regreso voces invitadas de postín del mundo de la música, el periodismo, el deporte, la política… en una rueda de opiniones externas que, de lunes a viernes, tendrán su tribuna. Será una columna al mes para una veintena de firmas diferentes que pondrán la guinda a un sumario abierto que, con contenidos nuevos diarios, apunta a entrevistas en profundidad, muchas de ellas alejadas de la pura actualidad, buscando enfoques más personales. Por supuesto, la sección de críticas continuará siendo uno de los platos fuertes de Rockdelux. Y con el objetivo de prestar más atención a artistas emergentes, se une al proyecto el equipo de Indiespot, medio digital que se despidió recientemente después de trece años de singladura.
Esta nueva vida de Rockdelux nace con la ilusión de afrontar un reto mayúsculo: que nuestros seguidores paguen por un contenido en digital. Como ya veníamos pronosticando desde hace años, cuando muchos nos acusaron de reaccionarios y de ir en contra de los tiempos, era y es imposible ofrecer contenidos gratis eternamente, hecho determinante que ha ido debilitando la cultura desde casi todos los ámbitos. Lo hemos dicho más veces: internet era un medio, no un fin en sí mismo. Parece que ahora se ha aceptado que todo no puede ser regalado. Ha habido un cambio de paradigma en los últimos tiempos y, del mismo modo que pagar por Netflix o Spotify parece ya normal, la prensa no debería ser ajena a este nuevo escenario. Los periódicos han asumido por fin que necesitan el soporte económico de sus lectores para sufragar sus contenidos digitales. Las grandes cabeceras editoriales fueron las responsables de malacostumbrar a los compradores de prensa, en una de las estrategias comerciales más absurdas de la historia: trabajar gratis no era y no es un buen plan.
Arrancamos amparados por el festival Primavera Sound, que nos ha acogido logísticamente para poder relanzar este proyecto tan ilusionante y tan libre como siempre fue. Y, como propósito a desarrollar, Rockdelux apuntará no solo a España, sino también a Latinoamérica, donde la revista pretende volver a ser, como ya lo fue cuando se distribuía allí, un medio de comunicación influyente para miles de seguidores ávidos del estilo periodístico musical que siempre nos ha caracterizado.
Bienvenidos a la segunda vida de Rockdelux. Trabajaremos para estar a la altura de los elogios recibidos el pasado mes de mayo en nuestra despedida e intentaremos cumplir las expectativas de los que nos animaron a seguir. Aquí estamos de nuevo. Gracias. ∎