En el corazón de Los Planetas. Foto: Alfredo Arias
En el corazón de Los Planetas. Foto: Alfredo Arias

Entrevista

Alejandro Simón Partal: “‘Segundo premio’ es un tributo de fans que merece ser recibido con cariño y consideración”

El poeta y dramaturgo Alejandro Simón Partal fue testigo de la gestación de “Segundo premio”, la película de Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez inspirada por Los Planetas. Su último libro, “La planta baja. Diario de un rodaje”, es bitácora de tan intensa experiencia, pero no solo eso.

04. 09. 2024

Con una trayectoria destacada en la poesía y tras el éxito de su primera novela “La parcela” (Caballo de Troya, 2021), Alejandro Simón Partal (Estepona, 1983) transforma su última obra, “La planta baja. Diario de un rodaje” (Plaza & Janés, 2024), en un diario que cobra vida por sí mismo. Este registro se enmascara como la crónica de lo sucedido en el rodaje de la no-película sobre Los Planetas, una producción que parecía condenada al fracaso y que ha dado mucho de qué hablar: “Segundo premio” (Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez, 2024).

Aunque el proceso estuvo marcado por la participación de varios directores y lleno de incertidumbre y sufrimiento, el autor logra ofrecer una visión íntima y apasionante ante este proyecto cinematográfico. Lo recorre bajo un hilo conductor que es el de relatar historias y compartir momentos de su vida con nosotros, ya sea en Nueva York o en Granada, con amigos de siempre o de ahora, con los auténticos Planetas o los de la leyenda de Los Planetas.
Nos encontramos con él en Madrid, en el Paseo del Prado para ser exactos, y mantuvimos una conversación cercana y sumamente estimulante. Profundizamos sobre sus aprendizajes, su visión de lo acontecido pero también le preguntamos sobre sus rutinas y sobre música.
En este libro te desnudas literal y metafóricamente. ¿Te dejaste llevar o tenías planeada esta honestidad desde el principio?

Entiendo la escritura como una forma de honestidad y desnudez, pero a veces esta honestidad no responde a la realidad, sino a la improvisación de la verdad que necesitas contar en ese momento. La literatura y la escritura también son una escucha interior, un ejercicio de abandono a lo que te sucede y a lo que tu cuerpo dirige, sin poner demasiadas trabas a lo que quieres proyectar y contar. Para mí, ese desnudo no es planificado, es parte de mi forma de escribir. No tiene que ser autobiográfico; puede ser imaginado, pero siempre debe nacer de una urgencia interna.
Hablando del dolor, diría que hay dos duelos muy presentes en el libro. Empecemos con Jonás Trueba abandonando “Segundo premio”…

Estoy alegre porque si no hubiera acabado el proyecto con Jonás, a lo mejor ahora no habría hecho “Volveréis” (2024) ni ganado en Cannes. Aunque estoy satisfecho con el resultado, personalmente fue una pena. Quería estar muy implicado en el día a día del rodaje, comentar con el director y estar detrás del monitor. No es que me lo impidieran o rechazaran, sino que mi temperamento me hizo sentirlo más como un testigo externo. Siempre tuve las puertas abiertas y amabilidad del equipo, pero volqué mi proceso de escritura más alejado de la película, aunque sin dejar de observarla ni de entender el contexto del rodaje. Mi propio yo y la ciudad de Granada ganaron tanta presencia como el rodaje mismo. Había mucha incertidumbre con el proyecto, y parecía que se iba a caer cada día, así que empecé a escribir mi diario independientemente de si la película se hacía o no.

Por otro lado está el duelo por tu padre, que sigue presente en esta obra. ¿Dirías que te preocupa la muerte?

Volví a la figura de mi padre que estaba presente en mi mente en esos días en Granada. Soleá Morente y yo hablamos sobre la figura del padre, la pérdida y nuestra orfandad. Cuando te quedas huérfano de padre, aunque sea a una edad adulta, hay una ruptura y una nueva vida. Debemos encajarla, y en ese desajuste brota la poesía y la literatura, ayudando a serenarlo. Vicente Ferrer decía que en Occidente vivimos bien pero morimos mal, mientras que en Oriente viven mal pero saben morir bien. Aprender a morir es comprender la muerte como un proceso más de la vida, no como un pataleo, sino como un acto generoso de dejar espacio para los demás.

“Mi propio yo y la ciudad de Granada ganaron tanta presencia como el rodaje mismo. Había mucha incertidumbre con el proyecto, y parecía que se iba a caer cada día, así que empecé a escribir mi diario independientemente de si la película se hacía o no”
¿Cuánto de ficción hay en este libro?

Hay mucho de ficción. Todo lo autobiográfico nace de la ficción y viceversa; es mi interpretación de lo que he vivido. Otra persona que haya sido testigo de ese tiempo tendría un discurso diferente. La ficción es inherente a la realidad y lo autobiográfico necesariamente incluye ficción. La realidad me interesa menos que la verdad; lo que haya ocurrido es una mezcla. Lo que he contado lo siento como algo epidémico, algo de mi instinto y alma.
Hablando de verdad y realidad, encuentro la necesidad de volver a tu novela anterior, “La parcela”, donde se habla de inmigración. Visto el auge de la extrema derecha en las elecciones europeas, ¿crees que un escritor tiene la misión de influir en la opinión pública?

Creo que los artistas y escritores tenemos una responsabilidad humana, política y personal. Nuestro trabajo crea un testimonio de nuestro tiempo. Mi padre creía que la educación universitaria te hacía mejor persona que leer. Sin embargo, una de las derrotas de la cultura es que leer, escuchar música o ver cine no te convierte en una buena persona. Te puede hacer más inteligente y crítico, pero no necesariamente mejor persona. La cultura debe hacernos entender que todo ser humano es sagrado y que una persona siempre es más importante que nuestra opinión sobre ella.
Los Planetas parecían tener una reacción defensiva hacia “Segundo premio”. ¿Crees que querían proteger su obra o tenían miedo a ser representados fielmente?

Ambas razones serían legítimas. Proteger su trabajo y trayectoria me parece más que legítimo; es honorable, dado que han dedicado su vida a este grupo. Entiendo que deseen tener control sobre lo que les corresponde y creo que hablan bien de ellos al seguir creando canciones. Aunque podrían sentir cierta incomodidad al ver una película sobre una época pasada, sería torpe no reconocer el homenaje que representa, especialmente porque está hecha por admiradores del grupo. Esta película es un tributo de fans que merece ser recibido con cariño y consideración.
Apuntes sobre una experiencia. Foto: Alfredo Arias
Apuntes sobre una experiencia. Foto: Alfredo Arias
¿Alguna escena en particular que te haya gustado de la peli?

Me gustaron muchas, pero una que destaco es la del guitarrista con un globo en Nueva York, con la música de Morente. Esa escena es un momento explosivo que te pone los pelos de punta y confirma que la película es un artefacto que va más allá de Granada, Nueva York y Los Planetas. Se convierte en un universo paralelo que captura la esencia del arte, la literatura y el cine: la búsqueda de una verdad que necesitamos, no la que ya poseemos. Otra escena memorable es la pelea entre el guitarrista y el cantante en la barra del bar. Aunque parece una confrontación masculina superficial, en realidad explora temas profundos como el deseo y el amor entre amigos, revelando comportamientos que definen nuestra era contemporánea de manera sutil pero poderosa.
¿Ha cambiado tu imagen sobre la banda después de este diario?

Antes no era tan fan de Los Planetas como mis amigos en la adolescencia. Estuve muy obsesionado con la música, era muy fan de Bowie, T.Rex, Patti Smith, Lou Reed y toda esa generación del gran rock y el pop anglosajón. También era fan de la música argentina y de la electrónica, pero no de Los Planetas, aunque siempre estuvieron de fondo y cerca. Admiraba el misterio de sus canciones, una elegancia que han sabido proteger. Mantenerse al margen de lo que sucede en la película es un paso más en habitar las sombras, algo que me interesa. Me he hecho fan al obligarme a escuchar sus discos para este proyecto. Sus últimos discos me han acompañado y me parecen de los mejores de la música en español en los últimos años.
¿Conocías el cine de Isaki Lacuesta?

“Cravan vs Cravan” (2002) fue muy reveladora y significativa para mí. También me impresionó mucho su última película, “Un año, una noche” (2022), que rompió los moldes previsibles del cine español. Es admirable cómo un director español pudo crear una película de tal magnitud. Lo admiro mucho y creo que es una figura necesaria.

¿En qué momento decidiste que “La planta baja” iba a ser el título?

Tenía varios títulos que me gustaban más, pero elegí “La planta baja” porque hace referencia al grupo y a la película. Es un diario muy íntimo que conecta emocionalmente con la ciudad y el grupo. Decidí el título un día en el gimnasio Galaxy, al lado de la sala Planta Baja. El título refleja la sensación de desajuste, soledad y vulnerabilidad que impulsa el diario. “Planta baja” evoca esos bajos fondos y los rincones más profundos de nuestra condición humana, más allá del local en sí. Me parecía un paralelismo interesante.

“El primer autor que realmente me impactó fue Scott Walker. Su disco me transformó y, a través de él, llegué a David Bowie, quien cambió mi percepción de la vida. Empecé a imitarlo, lo cual me llevó a descubrir a otros artistas como Patti Smith, y el flamenco”
Tu forma de narración es muy realista y directa. ¿Cómo se entrena?

Creo que es tan importante leer como estar conectado con el entorno, la naturaleza y las personas. Reconocerse en el mundo es esencial. Para hacer una gran película no es necesario seguir lo que se estrena en la cartelera, pero sí observar cómo se comportan los demás, cómo es el entorno y cómo son las personas que te rodean. Eso es lo que trabajo, mi entorno. Mis influencias son mis amigos y mis referentes son mis vecinos.
No podemos irnos sin hablar de música. Nombras a David Bowie, Rajmáninov, Marianne Faithfull… ¿Cuándo comenzó tu pasión por la música?

Mis primeros discos fueron muy desordenados porque vivía en una residencia deportiva en Sevilla, compartida con universitarios. Había una chica que pirateaba discos, así que tuve acceso a muchas novedades. Sin embargo, el primer autor que realmente me impactó fue Scott Walker. Su disco me transformó y, a través de él, llegué a David Bowie, quien cambió mi percepción de la vida. Empecé a imitarlo, lo cual me llevó a descubrir a otros artistas como Patti Smith, y el flamenco.
¿Cuántas horas dirías que escuchas música al día?

Por lo general, son unas cuatro horas diarias. Prefiero escuchar discos completos en lugar de solo canciones sueltas. Además, cuando uso vinilos, trato de dedicar al menos 40 minutos diarios a escucharlos con atención.
¿Estás trabajando en algo nuevo?

De momento estoy concentrado en escribir una novela que planeo publicar el año que viene. En cuanto a la poesía, recientemente publiqué una antología –se refiere a “Ese de anoche” (Verso&Cuento, 2023)– y siento que he dicho lo esencial de lo que quería decir por ahora. Creo que los poemas deben venir a ti, no buscarlos activamente. También estoy trabajando en una pequeña obra de teatro. ∎

Esto no es un libro sobre la peli de Los Planetas

ALEJANDRO SIMÓN PARTAL
“La planta baja. Diario de un rodaje”
(Plaza & Janés, 2024)

“La planta baja. Diario de un rodaje” se ha presentado como un libro que no trata sobre la película de Los Planetas ni sobre la leyenda del grupo, sino como un diario que aspira a crear mundos a partir de esos días. Arranca con el encargo de Jonás Trueba mientras sobrevive al aburrimiento pandémico en la República Checa. Oficialmente aparece ya Nueva York, donde anda perdido por la ciudad y viviendo su noche. Pero sobre todo está Granada, que ofrece su misterio y sus encuentros con J y otros personajes, y por supuesto con el equipo. Tras la enfermedad de la hija de Isaki Lacuesta, se convierten en una gran familia que se protege y mira hacia delante. El volumen también nos lleva por sus visitas, como si fuera una guía de la ciudad donde la sala Planta Baja cobra un protagonismo relevante: “Granada no te amplía, sino que te rodea, te persigue, te acosa, te acaricia por detrás, te seduce y te denigra”, recalca Alejandro Simón Partal.

Muchas páginas de la obra están ocupadas por sus reflexiones y provocan una sonrisa divertida o incluso una carcajada. Hay aventuras, encuentros –algunos mucho más afectivos que otros– y también duelo, pero sobre todo un mundo interior que el autor plasma de manera extraordinaria y con una escritura directa y sencilla. Es casi imposible no verse reflejado en algún que otro pensamiento o sentimiento variopinto como ser humano. Resulta cautivadora la manera en que el autor vuelca sus vivencias y en que se desnuda metafórica y literalmente, convirtiendo el libro en una narración valiosa de por sí, con Los Planetas o sin ellos.

Hay un mensaje suavemente enfatizado de resiliencia y de tirar hacia delante y vivir la vida, incluso cuando no tenga sentido. Para ese progreso, Simón Partal se apoya indirectamente en lo musical, en lo cinematográfico y especialmente en lo literario, mostrando siempre su generosidad al citar a los autores y artistas que lo acompañaron en sus reflexiones, un recurso que agota ligeramente. Pero, en definitiva, la obra es optimista y es impulsiva, y viene con garantías: la de querer ver la película, la de querer escuchar de nuevo a Los Planetas y la de querer seguir leyendo sus próximos libros. Seguramente sean novelas, pero ojalá haya nuevos ensayos también. ∎

Compartir

Contenidos relacionados

Morlaix

Jaime Rosales
CINE / Por Philipp Engel → 14.03.2025

Kiko Amat

Dick o la tristeza del sexo
LITERATURA / Por Galo Abrain → 14.03.2025

M. El hijo del siglo

Joe Wright (miniserie, SkyShowtime)
SERIES / Por Felipe Cabrerizo → 13.03.2025

Magius

Black Metal
CÓMICS / Por Alex Serrano → 11.03.2025

Jordan Harper

Silencios que matan
LITERATURA / Por Miquel Queralt → 10.03.2025

Grand Tour

Miguel Gomes
CINE / Por Andreu Marves → 07.03.2025

Contenido exclusivo

Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.

Inicia sesión