En el momento de afrontar estas líneas,
Donald Glover es objeto de una sarta de elogios dirigidos tanto a su parcela musical bajo el alias de Childish Gambino como a lo que aquí incumbe, su debut como
showrunner con
“Atlanta” (FX, 2016; Fox). En su primera aventura como creador, Glover da rienda suelta a su faceta renacentista –guionista, productor,
showrunner, actor, director– para remover los cimientos de la comedia de corte “FX” –la alérgica a circuitos cerrados y géneros estáticos, y que tiene a “Louie” como faro– y lanzarla a sus estadios más desencorsetados e inexplorados.
Bajo una trama de mitigado ascenso, funde la mirada realista de corte social sobre la ciudad de Georgia con la
romcom, la comedia “fumeta” USA, sátiras afiladas sobre nuestro mundo o notas inspiradas de surrealismo que colisionan con los retazos realistas. Todo cabe para componer un
dramedy desacomplejado, libre, imaginativo y refrescante que en el último estadio se lee como un retrato cultural y antropológico de la América negra. Aunque, en realidad, se vive como un tiovivo emocional de lo que supone ser negro en los Estados Unidos. ∎