El debut en la novela gráfica de Bea Lema (A Coruña, 1985) llega apoyado por el Premio de Cómic Castelao –que ganó en 2017 con una versión inicial– y en una beca en la prestigiosa La Maison des Auteurs de Angulema, donde ha realizado el libro. Más allá de reconocimientos, la obra tiene argumentos de peso propios para llamar la atención: se trata del relato de una familia marcada por el trastorno mental de la madre, Adela, contado en primera persona por la hija. Hay un matiz importante que nos obliga a ser cautos a la hora de calificarla como obra autobiográfica: la protagonista es Vera, y no Bea, y este detalle no puede ser casual o caprichoso, sino más bien licencia para interpretar y reconstruir asumiendo que los hechos del pasado nos son irrecuperables en su literalidad.
No obstante, resulta evidente el fuerte poso de verdad en el que se asienta “El cuerpo de Cristo”, en su recorrido sentimental por varias décadas, centrado, especialmente, en la complejísima relación entre una madre que no puede ejercer como tal de forma convencional y una niña que se hace adulta a marchas forzadas, arrastrando traumas y carencias afectivas. Un ejemplo: que su madre y su padre se olviden de su cumpleaños. El dibujo de Lema remite a la caligrafía íntima de la infancia, aunque resulta preciso y muy técnico en su despliegue de diferentes recursos y estilos de coloreado. Destaca, por lo novedoso, la inclusión de bordados, que con su carácter artesanal subrayan la implicación emocional de la autora y alcanzan, por su planteamiento compositivo antirrealista, terrenos atávicos y puramente simbólicos.
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