La esencia de la Nueva Carne.
La esencia de la Nueva Carne.

Artículo

“Crash”: simbiosis orgánica entre Ballard y Cronenberg

Se cumplen 25 años de la realización de “Crash”, y el filme de David Cronenberg basado en la novela de J. G. Ballard regresa a las pantallas restaurado en 4K. Fiel al novelista y fiel a sí mismo, el cineasta visualiza una gélida y subversiva historia en la que la sexualidad adquiere otra función al mezclarse con la pasión por la geometría de los automóviles y la fascinación por los accidentes mortales de gente famosa.

28. 01. 2021

Se ha definido al cineasta David Cronenberg (Toronto, 1943), al menos el de la primera época –“Vinieron de dentro de…” (1975), “Rabia” (1977), “Cromosoma 3” (1979)–, como el rey del terror venéreo (y del horror biológico). El escritor J. G. Ballard (1930-2009) dijo una vez: “Creo en las enfermedades venéreas, en el alcoholismo, la fiebre y el agotamiento”. También creía en “la geometría ilimitada de la pantalla de cine, en el dolor, la muerte de las emociones, el triunfo de la imaginación, los órganos genitales de los grandes hombres y mujeres, la verdad de lo que es inexplicable, la belleza de los accidentes de coches y la elegancia de los cementerios de automóviles”.

Ballard publicó “Crash” (1973), novela sobre la fascinación/alteración del sexo proyectado en la atracción por los coches siniestrados, entre otras de sus obras mayores, “La exhibición de atrocidades” (1970) y “La isla de cemento” (1974). Cronenberg la adaptó en 1996, tres años después de realizar “M. Butterfly” (1993) y tres antes de rodar “eXistenZ” (1999), su última apología de la Nueva Carne. La novela de Ballard escandalizó de inmediato. La película de Cronenberg fue tildada de pornográfica.

Primera edición en castellano del libro de Ballard (Minotauro, 1979) y cartel original del estreno del filme de Cronenberg.
Primera edición en castellano del libro de Ballard (Minotauro, 1979) y cartel original del estreno del filme de Cronenberg.

El filme tuvo otros problemas. Para muchos seguidores del “terror venéreo” del cineasta canadiense, Cronenberg se estaba “intelectualizando” demasiado. “Crash” (1996) compitió en el festival de Cannes, cuatro años antes de que Ballard escribiera otra de sus joyas, “Super-Cannes” (2000). El director de “Videodrome” (1983) entraba en los circuitos más respetables de la autoría cinematográfica, pero ya antes, cuando filmaba apéndices sexuales en las axilas de una infectada o un hombre extrayendo de su estómago una pistola, Cronenberg era un autor. Y hasta que le han dejado rodar –su último filme, “Maps To The Stars”, es de 2014–, ha mantenido la línea de coherencia con la que empezó.

En 1975 aparecieron al mismo tiempo “Vinieron de dentro de…” y la novela de Ballard “Rascacielos”. Los dos relatos están conectados en modélica simbiosis antes de que sus respectivos autores se conocieran. Ni Cronenberg había leído el libro de Ballard ni este conocía la película. El escenario de ambas historias es un edificio convertido en organismo vivo, en ecosistema social y estructura autosuficiente por el que se propaga un virus o el caos. Sus autores estaban destinados a encontrarse de forma más directa. Cinco años después del desafío que supuso filmar la infilmable “El almuerzo desnudo” (1991), según texto de William S. Burroughs, el cineasta se atrevió con “Crash”, novela que empezó a leer, lo agotó y la dejó reposar durante seis meses hasta terminarla.

Sexo, acero y fetichismo tecnológico.
Sexo, acero y fetichismo tecnológico.

El protagonista, llamado James Ballard aunque no sea un relato estrictamente autobiográfico o confesional, acaba fascinado por las muertes en accidentes de coche de leyendas como James Dean, Jayne Mansfield, Albert Camus o Grace Kelly. Ballard, el autor, añadía en la lista a John F. Kennedy, quien murió en un automóvil, aunque sin estrellarse. De hecho, Vaughan, una suerte de líder de la comunidad clandestina de adoradores de los accidentes de coche, conduce, vive y folla en un Lincoln de 1963, el mismo modelo que llevaba a Kennedy en Dallas.

En “Crash” se funden la visión de la psicopatología –la libertad de poder comportarse en uno u otro sentido– y el fetichismo tecnológico de Ballard con los misterios del organismo y la fusión entre carne y metal de Cronenberg: el pecho desnudo de la esposa de Ballard acariciando el cromado de una avioneta en un hangar o los hierros incrustados en la pierna del protagonista durante la recuperación tras el accidente. La cicatriz en forma de vagina que tiene en un muslo el personaje de Rosanna Arquette se percibe realmente como un órgano sexual vivo, del mismo modo que las heridas abiertas tras el choque entre coches: “Si el sexo no induce a la reproducción, los órganos sexuales pueden ser reinventados”, explicó Cronenberg.

Una última afinidad: Ballard organizó en 1969 una sonada exposición de coches siniestrados en un centro cultural de Londres y Cronenberg es piloto aficionado de coches de carreras. ∎

Cartel del 25º aniversario de “Crash”.
Cartel del 25º aniversario de “Crash”.

Contenidos relacionados

2022/ Películas

Bajo

Suscripción

2022/ Películas

Keep calm
LISTAS DE CINE / Por Rockdelux → 21.12.2022

Contenido exclusivo

Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.

Inicia sesión