Película

La belleza y el dolor

Laura Poitras

Por Marc Muñoz

10. 03. 2023

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A lo largo de este siglo, los Estados Unidos han sufrido uno de los peores atentados contra la salud pública. La epidemia de los opiáceos, accionada por la barra libre de OxyContin –el producto de la farmacéutica Purdue Pharma– desde 1996, aunque había otros jugadores en el tablero que se tiende a olvidar, se ha llevado por delante a 500.000 estadounidenses por sobredosis (y subiendo mientras se leen estas líneas). Esta falla de un sistema avaricioso que permite impunemente ese reguero de muertes a expensas de la acumulación indiscriminada de dólares centraba el desarrollo de “El imperio del dolor” (2021), mastodóntico y exhaustivo trabajo de no ficción con que Patrick Radden Keefe desenmascaraba a las tres generaciones de la familia Sackler que ingeniaron tan atroz lucro mientras se los recibía como filántropos y coleccionistas de arte (un lavado de dinero y conciencia). Si algo ya quedaba claro tras su lectura, así como al finalizar el visionado del documental que nos ocupa, es que las dinastías multimillonarias siempre tienen sus artimañas –empezando por cheques de cifras astronómicas y grupos de presión en Washington D.C.– para irse de rositas o, como mínimo, con el menor daño posible.

La misma temática sobrevuela “La belleza y el dolor” (2022; hoy se estrena en España), el documental con que Laura Poitras se llevó el máximo galardón del Festival de Venecia 2022 y que aspira al Óscar en dicha categoría este mismo domingo, después de inaugurar el pasado martes la décima edición del Americana Film Fest de Barcelona. Sin embargo, su acercamiento se produce en unos términos muy alejados del periodismo de rigor y épico –por la extensión– de un Radden Keefe que hace acto de presencia como experto en la materia. La mirada de Poitras se desliza hacia la figura de Nan Goldin, la celebrada fotógrafa que, tras sufrir en sus propias carnes los estragos de la adicción al medicamento, se enzarzó en una cruzada activista al frente de la organización P.A.I.N. para sacar el nombre Sackler de las principales galerías de los grandes museos del mundo.

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