Libro

McKenzie Wark

Vaquera invertida Caja Negra, 2022

19. 09. 2022

“Quiero que me folles hasta que no exista”, escribe McKenzie Wark (Newcastle, 1961) en estas, ejem, vamos a llamarlo memorias, porque no sé qué palabra usar para escapar de las trampas del semicapitalismo. Un resumen contundente de lo que supone “Vaquera invertida” (“Reverse Cowgirl”, 2020; Caja Negra, 2022), donde la autora australiana consigue que la mente desaparezca en la carne y el título mismo simboliza una postura sexual; en la que, por cierto, es muy fácil hacerse lesiones. Y una lesión lleva a una nueva construcción de los tejidos. En este caso, arma una nueva estructura de autoetnografía biográfica, una polibiografía, para romper los formatos burgueses de escritura. Con ella se amplía esta nueva colección, Efectos Colaterales, de la editorial Caja Negra, y se presentará por todo lo alto el 27 de octubre en la librería Crisi de Barcelona, con la “imperatrix” Anneke Necro desnudando el contenido explícito de estas páginas.

Mientras tanto, preparamos los entrantes. McKenzie nos tiene acostumbradas a altas dosis de teoría, pero aquí pone casi todo el peso en el cuerpo y en las pieles que vestimos para representar los fantasmas de la feminidad, de la masculinidad o incluso de la monstruosidad, que según Donna Haraway marca los límites de nuestras comunidades. El yo es opaco, se camufla, se pervierte, se transmuta a la espera de convertirse, como Aracne, en algo definible, ¿quizá una araña?, ¿quizá el emblema de la follabilidad? En sus memorias pretransición, Werk se nos muestra como un tímido outsider, como un catamito, como un chapero, pero sobre todo nos da una lección: “Al simular ser una cosa, Aracne se convirtió no en la copia de esa cosa, sino en algo más interesante”.

La follabilidad es un concepto clave en esta historia, donde muchas veces solo se puede existir a través del deseo del otro. El placer corporal como “un modo de ser borrado temporalmente del mundo, pero con el fin de regresar y soportarlo”. La animalidad más allá del rito erótico de Bataille. Pero si, tal y como plantea McKenzie, no existe en la guía telefónica, no es un número al que se pueda llamar. No hay antecedentes previos para este cuerpo, no está catalogado. Esta búsqueda marca la urgencia visceral por perderse en la carne, llegando a experimentar “placeres desconocidos que ustedes jamás conocerán”. Como cita Paul B. Preciado, “la revolución homosexual la empezaron las lesbianas, las maricas afeminadas y las travestis; las únicas que necesitaban una revolución para sobrevivir”. Y nuestra autora ha demostrado ser una de ellas, escribiendo esta memorabilia alterada para personas cuya misma idea del género sigue siendo un misterio.  ∎

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