El premio de la discordia. Ilustración: Pablo Ríos
El premio de la discordia. Ilustración: Pablo Ríos

Son solo tebeos

El nudo gordiano del Comic Barcelona

Hoy arranca la 40ª edición del Saló Internacional del Cómic Barcelona, el evento ahora conocido como Comic Barcelona. Una fecha que debería ser sinónimo de celebración para los aficionados al cómic de todo el país y que, sin embargo, este año se convierte en el recordatorio de una triste polémica que el pasado 2021 sacudió como un terremoto los cimientos de la organización del certamen y cuyas ondas sísmicas afectaron (aún afectan) seriamente a los profesionales del gremio.

06. 05. 2022

Probablemente sean muchos las lectoras y los lectores de Rockdelux que ni siquiera sepan de qué estamos hablando. Incluso puede que aquellos que conocieron o participaron de una u otra manera en aquellos días de confusión constante a golpe de comunicado no tengan clara cuál fue la secuencia de hechos que ha conducido hasta este momento. Para todos ellos, aquí va la cronología de lo acontecido, desde la que intentaremos extraer algunas preguntas, aventurar conclusiones e imaginar el futuro de un certamen que deberá recorrer aún mucho camino para cerrar todas las heridas abiertas.

Hecho 1º

El 28 de mayo de 2021 se fallaron los premios de la 39ª edición del Comic Barcelona. Debido a las restricciones por la pandemia, la celebración del evento se realizó online. El jurado, compuesto por un grupo independiente de profesionales y críticos de cómic, decidió conceder el Gran Premio del certamen a Antonio Martín, teórico y antiguo editor de Planeta DeAgostini. Hasta entonces el galardón había sido concedido exclusivamente a artistas (dibujantes, guionistas) de dilatada trayectoria en el cómic (en las bases se especificaba que los premiados debían acreditar un mínimo de 25 años de experiencia en la profesión) y se consideraba como un reconocimiento a su trabajo.

La noticia se acogió con una mezcla de decepción e incredulidad por buena parte de los profesionales del sector. Desde su redes sociales, multitud de dibujantes mostraron su estupor ante un reconocimiento que ignoraba de manera flagrante a los creadores de tebeos. A priori, la respuesta fue personal y privada, expuesta con más o menos seriedad (y evidentemente, en muchos casos, con mucha sorna). Eso cambiaría en tres días.

Hecho 2º

El 31 de mayo de 2021, casi un centenar de autoras y autores hicieron público un comunicado en el que mostraban su repulsa a la concesión del premio, argumentando que no se cumplieron las bases del propio certamen (el texto de las mismas indicaba, literalmente, lo siguiente: “En reconocimiento a la trayectoria profesional de un autor o autora español/a con un mínimo de 25 años de trabajo publicado”). Los firmantes amenazaron con no volver a asistir ni colaborar (incluso rechazando las nominaciones o premios futuros si se diera el caso) con el Comic Barcelona si desde la organización no se retiraba el premio a Martín.

La redacción del comunicado, en un tono firme, recordaba que Antonio Martín no era autor de cómics, por mucho que poseyera una obra teórica, y además hacía hincapié en un hecho de infausto recuerdo. En el año 2000, Martín emprendió acciones legales por vía penal contra David Ramírez (dibujante nominado ahora en la edición de este Comic Barcelona 2022), por una página satírica en la que aparecía caricaturizado. Martín pedía una indemnización de cinco millones de pesetas por daños morales. Su querella por injurias fue desestimada, pero Martín recurrió en segunda instancia y finalmente Ramírez fue condenado en 2002 a pagar una multa de 720 euros, más 4000 euros como compensación moral a Antonio Martín y las costas de abogados de ambas partes derivadas de la primera instancia. Quizá la elección de Martín no fue la mejor opción para un Gran Premio a toda una carrera profesional en el cómic.

Con (sorry) David Ramírez empezó todo...
Con (sorry) David Ramírez empezó todo...

Hecho 3º

El comunicado de rechazo recibió finalmente la adhesión de más de 320 artistas del cómic español y tuvo una amplia cobertura en prensa y medios, más allá del eco en las habituales web especializadas (se difundió incluso en Francia e Italia). Otras asociaciones profesionales del sector se sumaron a la protesta y emitieron su propia nota informativa.

El 2 de junio de 2021, Ficomic (entidad organizadora del Comic Barcelona) lanzó su primer comunicado acerca de la cuestión, donde señalaba que la concesión del premio era fruto de la labor de un jurado independiente y que sus decisiones cumplían las bases vigentes, aclaraba que valoraría “mejoras de los premios” con vista al futuro, recordaba qué entidades componían la organización y se refería finalmente al éxito del Salón, una cita que congrega a “más de 100.000 lectores” cada año. No hacía alusión expresa a una posible retirada del galardón a Antonio Martín. El 4 de junio, en una entrevista para ‘El País’, el propio Martín declaraba que bajo ningún concepto iba a renunciar al premio, dejaba toda la responsabilidad para Ficomic y afirmaba que, si alguno de los autores firmantes del comunicado de rechazo contactaba con él, le pediría que se disculpara.

En este punto, la magnificación de la situación en redes sociales provocó que la cuestión sentimental sobrepasara la discusión razonable sobre la pertinencia o no de las exigencias de los autores. Un sector poco dado a la unión se había movilizado y comenzaron a llegar las primeras críticas, también por parte de otros profesionales. Se acusó a los firmantes del comunicado de emplear un “tono beligerante”, de no atender a razones y de culpar a los miembros del jurado de mala praxis (aunque el comunicado no personalizó sobre ninguno de ellos). Un miembro del jurado había declarado a la prensa que consideraba el fallo “inapelable” y que se ratificaba en “la decisión del jurado, que por otra parte es soberano”; otro jurado denunció ciberacoso y eliminó sus cuentas personales. Los firmantes del comunicado se desvincularon de cualquier tipo de ataque personal, pero la conversación se hacía cada vez más insoportable. Poco acostumbrada a reivindicaciones, buena parte de la escena del cómic nacional (tanto firmantes como quienes no se sumaron al comunicado original) pecó de una actitud infantil que desembocó en un ridículo “y tú más” que no conducía a ninguna parte. La petición era clara, pero ¿qué era lo que debía hacer Ficomic?

Ante una situación inédita, la organización pudo haber tomado varias decisiones para apaciguar los ánimos. Pero la falta de comunicación transparente y la ausencia de una evaluación correcta de la gravedad del escenario derivaron en un inmovilismo que impidió el consenso. La asunción de la independencia del jurado era un argumento razonable, pero se pudo haber transformado la denominación del Gran Premio a cualquier otra fórmula que evitara suspicacias (y mantenerlo para Antonio Martín), y haberse fallado más tarde un nuevo galardonado al premio original. Puede que no fuera la mejor salida, pero desde luego ofrecía una manera más o menos sencilla de salir del embolado, aunque no sabemos si esa solución se puso encima de la mesa.

Hecho 4º

El 3 de agosto, a las 14:30, Ficomic publicó un nuevo comunicado a través de su cuenta de Twitter en el que informaba que se habían establecido contactos con interlocutores de asociaciones y colectivos con el fin de dirimir la polémica. No se hacía público ningún avance ni cuestión tratada. La retirada del premio a Antonio Martín no se mencionaba. El redactor del comunicado deseaba a los lectores del mismo un feliz verano.

Cartel edición 2021, por Raquel Riba Rossy. Cartel edición 2022, por Carla Berrocal.
Cartel edición 2021, por Raquel Riba Rossy. Cartel edición 2022, por Carla Berrocal.

Y aquí estamos

Cuando se abran las puertas del recinto, casi un año después, el Comic Barcelona se celebrará sin haber cerrado uno de los capítulos más oscuros de su historia. Pero es que el show debe continuar, máxime tras haber dejado atrás las restricciones de la pandemia para volver a celebrarse de manera presencial. Es el festival de cómic más importante de España y mantiene intacta su proyección mediática. El éxito de citas recientes, como el Salón del Cómic de València o el GRAF, no hace sino presagiar una masiva respuesta por parte de unos aficionados que llevan dos años sin pisar la Fira de Montjuïc. Sin embargo, debemos preguntarnos cuál es el precio que se ha pagado por ignorar la demandas de un colectivo cuyas dificultades para establecer un frente común suelen ser notables y que se mostró firme en su postura… O al menos eso es lo que parecía.

Varios de los firmantes del comunicado asistirán este año a Ficomic y participarán, de una u otra manera, en el salón. Por supuesto las razones personales de cada autora y de cada autor pertenecen exclusivamente a su ámbito privado, pero la realidad es que Ficomic no atendió las peticiones del comunicado suscrito y no hubo una comunicación transparente que aclarara cuál fue el contenido de los contactos establecidos con las diferentes asociaciones. Así las cosas, la sensación es que ha pasado un año y la táctica de Ficomic (premeditada o condicionada por la falta de pericia de la organización) ha resultado el caballo ganador de una carrera que nunca debió producirse. El riesgo de que la fractura entre miembros del colectivo sea insalvable es una posibilidad tangible, y bastantes autores se mantienen en su posición de no participar en el salón de este año. Para añadir más leña al fuego, un grupo de asociaciones y colectivos autorales (la ARGH!, la APCómic, la AAC y la AACE) celebrará este año un encuentro con sus socios… dentro del mismo recinto donde se celebra el Comic Barcelona, poniendo en un aprieto a los miembros de las mismas que decidieron no asistir al evento. Aunque no se dude de la buena voluntad de estas asociaciones, tal vez no haya sido la mejor manera de manejar el timing. (Noticias de última hora indican que dicho encuentro, si se hace finalmente, tendrá lugar fuera del salón).

¿Asistirán los miembros de las asociaciones que decidieron el boicot?
¿Asistirán los miembros de las asociaciones que decidieron el boicot?
La promesa de la organización es que el Comic Barcelona mira hacia el futuro. Que las reuniones y los encuentros no han caído en saco roto y que hay espacio y tiempo para construir y consolidar los elementos de unión entre todos los actores del sector. Las bases de los premios han sido retocadas y ahora se añade la siguiente fórmula: para optar al Gran Premio “el autor o autora debe estar vivo, ser guionista, dibujante o colorista y no haber ganado este galardón previamente”, lo que no es sino el reconocimiento (no expreso, por supuesto) por parte de Ficomic de que, efectivamente, otorgar el premio a Martín fue un error. Aunque lo siga teniendo en su estantería. O vitrina. O donde quiera que se guarden los premios. ∎

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