Alan Sparhawk da pasos hacia (algo parecido a) la vida dos años después de perder a su esposa y compañera creativa en Low, la gran Mimi Parker, una luz que nunca se apagará. Trató de sentirse como un músico tocando en conciertos de bajo perfil con Trampled By Turtles. Pero “White Roses, My God” es una zancada adelante más seria: su primer disco a su nombre en toda una década, la transcurrida desde aquel mano a mano, “Hollandale” (2014), con el gran bluesman Charlie Parr.
Firmar como Alan Sparhawk no significa una mayor desnudez, un decir “este soy yo, sin máscara”. Lo primero y lo que más sorprende del álbum no son las texturas electrónicas ruidosas, con las que Low venían experimentando crecientemente desde “Ones And Sixes” (2015), primera de sus tres fértiles colaboraciones con el productor B.J. Burton. La sorpresa, el choque y el placer solo adquirido es el procesamiento extremo, a través de un pedal de efectos, de la voz de Sparhawk: es una especie de bebé robot quien canta en este disco, con toda la extrañeza y fascinación y a veces ligera frustración que ello puede conllevar. “¿Puedes sentir algo aquí?”, pregunta en “Feel Something”. Seguramente sin el procesamiento sería más sencillo.
Sparhawk no se exige esta vez componer canciones más o menos redondas, sino que se deja llevar por impulsos improvisatorios. Según ha explicado en entrevista con ‘The New York Times’, no es bueno conduciendo: “Soy un generador, soy un buen motor, y Mim ponía los parámetros. ¿Así que cómo guío esto que sale de mí?”. De momento, se deja llevar, se queda con lo espontáneo y tentativo, a la espera (parece que no del todo ilusionada) de una nueva voz con la que seguir adelante. Su hija Hollis, de 24 años, se queda aquí las voces que en otra ocasión habría hecho Mimi. Voces, en su caso, sin filtros, lo que resulta en bellas armonías de lo extraterrestre y lo más bellamente terrenal.
La inicial “Get Still” recuerda a los Hood indietrónicos de “Cold House” (2001), en concreto al hit (en un mundo paralelo perfecto) “You Show No Emotion At All”. “I Made This Beat” despierta en la cabeza, algo inesperadamente, imágenes de un club imposiblemente gélido sacado de una película de Nicolas Winding Refn. “Can U Hear” tiene una intensa melodía fácil de identificar con Low, solo que arropada por un beat trap y subgraves importantes. “Black Water” o “Somebody Else’s Room” hacen pensar que Sparhawk se ha enganchado bastante últimamente a los iconoclastas del hyperpop 100 gecs. Apoyado por Nat Harvie en la producción, Sparhawk procesa su dolor persiguiendo riesgos musicales hasta sus últimas consecuencias, quizá sacándose algo de pena gracias al poder depurativo del ruido, eso que Low no necesitó usar en sus primeros días para impactar.
En el extremo opuesto queda otra posibilidad de futuro: después de este disco, Sparhawk lanzará, ya el año próximo, una colaboración con el citado grupo bluegrass Trampled By Turtles, compañeros de Low en algunas primeras giras. Allá donde vaya, se le seguirá y apoyará. ∎
Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.