Vale, quizá no sean
Anímic la clase de banda que uno esperaría encontrarse en el cartel del Sónar, pero, qué diablos, tampoco son los habitantes tradicionales de lo que podríamos llamar Planeta Folk Catalán. Porque sí, Anímic son folk, pero solo porque beben de la tradición, tallan melodías frágiles y delicadas, y acumulan ukeleles, guitarras, flautas y coros de hoguera. El resto, sin embargo, es cosecha propia. Así era cuando deslumbraron con
“Hau o Hïu” (2007) y empezaron a coleccionar todo tipo de elogios y así es ahora cuando reaparecen dispuestos a conquistar su particular
“Himalaya” con una nueva colección de bellas miniaturas elaboradas con mimo y dedicación.
Lejos del folk-pop costumbrista y de andar por casa que se viene facturando últimamente por tierras catalanas, Anímic anudan magia y misterio, se apoyan en la electrónica y siguen salpicando sus nanas adormiladas con crujidos y ruidos. El resultado, inquietante y seductor, brinda títulos hipnóticos como
“Marbre i or”, “El curandero” y
“La mort i el riu”, aunque también se deja llevar por la luz otoñal para desembocar en arrumacos con el pop como
“Les fulles fan d’ocells” y la sorprendente
“Bleach”.
Siguen creciendo, aunque hay algo que no cambia: los títulos en catalán siguen teniendo un embrujo que se echa de menos en piezas cantadas en inglés como
“Himalaya” y
“Ken Forest”. Por algo será. ∎