Álbum

Bria Salmena

Big DogSub Pop-Popstock!, 2025

10. 04. 2025

Big Dog es, según su autora, una declaración de independencia artística. El debut en solitario de Bria Salmena es un disco sobre transformarse a la fuerza o encontrar una identidad propia a través de la comunidad. Anteriormente conocida por ser la vocalista de la banda canadiense FRIGS o por ser la corista de Orville Peck, Salmena ha tomado lo que le servía de cada sitio y lo ha reubicado en un álbum de beneficio propio, en el que está el art punk de los primeros y el electro-folk del segundo. Hace unos años, cuando no estaba pasando por su mejor momento, un amigo la llamó “big dog” en forma de apelativo cariñoso. Salmena no le dio importancia en su momento, pero, cuando llegó el instante de nombrar el álbum, pensó que el mote resumía esa transición de la autodestrucción total al control que ha querido representar en su debut en solitario. La canadiense y Duncan Hay Jennings, su colaborador de siempre (ex guitarrista en FRIGS), han trabajado en este LP a caballo entre Los Ángeles y Toronto. Por el camino, además, han buscado dos coproductores externos: Graham Walsh (METZ, Alvvays…) aporta arreglos en el apartado instrumental, mientras que Meg Remy (U.S. Girls) se ha centrado en la producción vocal. El resultado es un trabajo de krautrock moderno, shoegaze, goth-pop y synthwave, con una mezcla de texturas electrónicas, rock y ruido en la que, pese al empaste, siempre hay alguien al volante. Podría decirse que “Big Dog” combina la textura arrulladora del shoegaze con la destreza vocal de la música folk fuera de las fronteras estadounidenses.

El único disco de FRIGS, “Basic Behaviour”, se publicaba en 2018 y comenzaba con el tema “Doghead”. “He put his tongue in sordid pies” es lo único que cantaba Salmena en dicho tema. En inglés, un doghead es una persona completamente estúpida y engreída, como un perro. Siete años más tarde, un big dog es alguien valiente, con fortaleza. La de Toronto no solo ha cambiado sus paralelismos caninos, sino que se ha dejado todo el grunge por el camino para ir directamente hacia algo más oscuro, menos irónico y más digital. A veces parece un disco de folk envalentonado por el punk; otras, uno de electrónica matizado con la intimidad de la canción de autor. Antes sonaba más a Sonic Youth, ahora es puramente Patti Smith. Sin inventar nada, es un álbum sólido y serio (a veces, demasiado serio), y se echa de menos que, como debutante, se quite algo de peso de encima. La carta de presentación del LP es “Drastic”, un tema de atmósferas densas y una voz aún más densa, casi ronca, de Salmena: “No tengo grandes expectativas, lo que sea que eso signifique”, canta. Supongo que una forma de fortalecerse es dejar de esperar algo mejor. “Backs Of Birds” continúa acercándose al espectro del pop, si bien en “Hammer”, uno de los adelantos del trabajo, le sale la vena country que ha vivido acompañando a Peck en sus giras. A medida que el álbum se acerca a su final, su espectro sonoro se aleja del centro: “Closer To You” se alza como la canción que más puede definir a una Salmena solitaria, entre PJ Harvey, HAIM o la trilogía berlinesa de Bowie: una Salmena también presente en “Stretch The Struggle” o “Rags”. Otra, más comedida y menos expansiva, aparece en “Twilight”, “Se’er” o “Peanut”. Su sonido es un cúmulo de contrastes: su voz, siempre grave, rasgada y desafiante, se convierte en el elemento unificador, un ancla en medio del patchwork. A diferencia de sus trabajos previos, donde predominaba una energía más abiertamente punk, aquí se sumerge en un minimalismo que va de la mano del spoken word o la desidia, como si la música tradicional canadiense hubiera nacido de la mano de los modulares. “Big Dog” trata de ser un álbum de afirmación, pero funciona mejor como un punto de partida que como una declaración definitiva. ∎

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