El segundo álbum de Cassandra Jenkins no tenía que ser tan triste, ni tan resonante, ni tan especial. Pero la compositora-cantante neoyorquina se vio enviada a otro espacio mental y sónico tras el suicidio de David Berman, con quien iba a girar como guitarrista de Purple Mountains. Desechó las canciones preparadas, compuso otras en poco tiempo y las grabó en una semana.

“An Overview On Phenomenal Nature” es un disco hecho por placer, pero, sobre todo, quizá, por necesidad. La necesidad de hacer las paces con un mundo resquebrajado por el impacto de una muerte inesperada. Bien flanqueada por Josh Kaufman, de Bonny Light Horseman, en la producción y múltiples instrumentos, Jenkins abraza un ambient-folk-jazz de poderes extraños, reconstituyentes para ella misma y el oyente.

Donde antes había perfeccionismo, ahora hay formas más libres, aires de improvisación e intensidad nada forzada. La inicial “Michelangelo”, con la melancolía estoica de Aimee Mann, o “Crosshairs”, a pesar de una voz susurrante hasta el punto del desvanecimiento, quizá habrían tenido hueco en “Play Till You Win” (2017). El resto son canciones más inasibles, de saxos y cuerdas dulcemente serpenteantes, melodías orgánicas e indagación cerebral nada reñida con la emoción pura.

Jenkins puede narrar su duelo con la transparencia del Mount Eerie de “A Crow Looked At Me” (2017): en la emotiva “New Bikini” habla de cómo sus amigos se la llevaron a la costa de Noruega para que el océano le curara las heridas; en la no menos desbordante “Ambiguous Norway”, de cómo sintió la presencia de Berman en el aire noruego (“no importa donde vaya / te has ido, estás en todas partes”). Antes, en la spoken word “Hard Drive”, llega a lo más hondo entrelazando pequeños gestos con grandes ideas y reflexiones ecoespirituales.

Es poco más de media hora de disco, pero en su interior flota todo: la vida y la mortalidad, la humanidad común, un planeta. Remueve por dentro y cura como pocos discos recientes. ∎