Álbum

CocoRosie

Little Death WishesJoyful Noise-Popstock!, 2025

04. 04. 2025

CocoRosie se mueven entre la música, el experimento y la broma. Bianca y Sierra Casady llevan ya varios años tonteando con el feísmo, justificado a través de su papel de artistas multidisciplinares. Bianca ha realizado exposiciones individuales como artista visual, ha dirigido diversas obras de teatro experimental y ha publicado un libro de poesía. Por su parte, Sierra ha llevado a escena una ópera y ha trabajado en arreglos e interpretaciones musicales a nivel internacional, colaborando con la Orquesta Sinfónica de Ámsterdam o la Ópera de Sídney. Juntas, han compuesto obras para cuatro musicales de Robert Wilson y han colaborado con el Kronos Quartet en su festival de jazz en San Francisco. Esa inquietud en cualquier disciplina artística es lo que desde sus orígenes ha caracterizado a la banda: CocoRosie se definen a sí mismas como una mezcla de estilos entre el hip hop, el folk, la ópera o la electrónica. “Acid folk” parece ser el resumen que se encuentra en internet para definir su discografía. Saben hacer muchas cosas y eso es indudable: el problema es que intentan hacerlas todas a la vez.

Little Death Wishes es un octavo álbum de estudio, doce canciones que cuentan las dificultades de las mujeres de su generación y, en definitiva, las realidades de sus vidas. “Yesterday”, uno de sus adelantos, habla sobre la violencia familiar y sexual en algunos núcleos domésticos, de ahí que el tema comience con una melodía que parece tomada de una caja de música. Más tarde, y dentro del mismo track, las hermanas samplean sonidos de ambulancias (ficticias y de juguete): “She got raped, he got time, she got kids, lost her mind, she got drink, she can’t think” cantan en el estribillo (“Ella fue violada, a él le cayó una condena, ella tiene hijos, perdió la cabeza, se emborracha, no puede pensar”). “Luckless” y “Paper Boat” continúan aflorando el trauma infantil introduciendo voces de niños (o las suyas propias distorsionadas hacia un timbre muy agudo). En “Pushing Daisies” parecen continuar con la historia, afirmando que hay “una madre que está en el cementerio criando malvas” y una “hermana que está en el manicomio pensando en su madre”. Más que desde el dolor, la tristeza o el propio trauma, Bianca y Sierra cantan desde lo terrorífico: sus continuos desafines, acompañados de una instrumentación repleta de cajas de ritmos, raps impostadísimos y algo del emo y2k refuerzan un acercamiento a la violencia desde un punto más siniestro que científico o, incluso, práctico.

Entre tanta categoría musical y tanto cambio de registro, todo lo que el dúo narra resulta enrevesado, o demasiado extravagante para ser tan crudo. El trauma generacional, la enfermedad mental y la violencia sexual han estado presentes en todos los álbumes de CocoRosie, pero su juego con tantas tendencias musicales ha ido in crescendo hasta que, a día de hoy, resulta un pastiche y, por momentos, una parodia de algunos de ellos, como pueden ser esas incursiones en Atlanta en “Pushing Daisies” o hacia el hyperpop en “Nothing But Garbage”. Intentan condensar tantas cosas que, finalmente, el vaso se desborda. CocoRosie continúa siendo un proyecto que se mueve entre la experimentación y la provocación, pero su intento de abarcar demasiados estilos y registros termina jugando en su contra. Al final, la banda pareciera estar tan ocupada saltándose las reglas que pierden de vista la esencia de su mensaje. ∎

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