Se sacudió de encima a esos The Harpoons con los que grabó sus primeros trabajos, se estrena en Bella Union y sus canciones han ganado músculo y pegada. Quizá por eso
Ezra Furman suena en
“Perpetual Motion People” pletórico y exultante, como un travieso
jukebox que lo mismo invoca a Jay Reatard que traza espirales new wave, se arrima un poco más a los Violent Femmes, picotea del skiffle y se desparrama entre acordes acorazados de punk e indie rock. Todo muy atropellado y efervescente, sí, aunque también un poco disperso.
El de Chicago tiene las canciones y, sobre todo, la habilidad para transformar cuatro trazos de guitarra y voz en adictivos himnos potenciales, pero le sigue faltando algo para ligarlo y darle consistencia de disco. Nada excesivamente grave, en cualquier caso: si uno se olvida de que a Furman le gusta más cambiar de chaqueta que a un militante de la difunta Convergència i Unió, lo que queda es un notable puñado de canciones que el estadounidense sirve vestido de Lou Reed primerizo (
“Body Was Made”), de Neil Young desenchufado (
“Hour Of Deepest Need”), de espectro del rock de los cincuenta (
“Pot Holes”) o de
soulman huidizo (
“Can I Sleep In Your Brain?”). Canciones en busca de unidad que, de momento, tienen que conformarse con unos cuantos estribillos gomosos y despeinantes. ∎