Después de una época como, ya saben, batería de Fleet Foxes y cantautor de folk-rock aéreo y solitario, Josh Tillman se construyó un alter ego con el que ha compuesto sus temas más extremos: los más largos (recogidos en “Pure Comedy”, de 2017), los más confesionales (los de “God’s Favorite Customer”, de 2018)… y, ahora, ¿los más cinematográficos? Pues sí, pero “Chloë And The Next 20th Century” aborda la influencia de Hollywood con más contención que exuberancia. Es un Tillman tan sutil y críptico como el de, digamos, “Singing Ax” (J. Tillman, 2010), solo que con otra paleta sonora.
Su nueva idea es abrazar las orquestaciones de big band y los estándares jazz, sin dejar de abrazar influencias como Randy Newman, el de “Sail Away” (1972), o Nilsson, especialmente en ese claro homenaje a su lectura de “Everybody’s Talkin’” (Fred Neil) llamado “Goodbye Mr Blue”. Jonathan Wilson regresa como coproductor (ya trabajó en sus tres primeros álbumes como Father John Misty) y el también habitual Drew Erickson se encarga de esos bellos arreglos orquestales grabados en los míticos estudios United Recording de Los Ángeles. Entre los músicos, gente con lazos al entertainment más popular: Wayne Bergeron (trompeta chillona de “Los Increíbles”) y el saxofonista Dan Higgins (saxo del “Encías sangrantes” Murphy de “Los Simpson”).
Hemos hablado del Nilsson de “Cowboy de medianoche” (John Schlesinger, 1969), pero en realidad los aires cinematográficos del álbum deben más al viejo Hollywood que al nuevo. Sobre todo, “Chloë” y el intento (exitoso) de estándar “Only A Fool”, que casi parecen revisiones de temas de los 30 o 40. “Funny Girl” tiene aires de musical clásico, pero su letra lanza algún dardo al Tinseltown moderno y su obsesión por la explotación de propiedades intelectuales preexistentes. “Q4” es puro John Barry, pero no el Barry de, cerrando el círculo, “Cowboy de medianoche”, sino el intrigante de “Ipcress” (Sidney J. Furie, 1965).
Haciendo gala de economía literaria, Tillman/Misty se reconfirma aquí como raro maestro de la melodía. En un tiempo en que no tantos la cultivan a conciencia, él la trabaja con ahínco, como se aprecia en los estribillos de “We Could Be Strangers” y la maravillosa “Buddy’s Rendezvous”, de la que existe –búsquenla en un 7” del cofre deluxe– versión de Lana Del Rey. En “Olvidado (Otro momento)”, Misty incluso se atreve con los más deliciosos efluvios bossa nova, usando, curiosamente, algún verso en esforzado español. Cuando más emociona vocalmente es cuando menos se esfuerza, es decir, en la frágil “Kiss Me (I Loved You)”, de la que existe –búsquenla en el mismo cofre– versión de un David Lynch disfrazado del mono Jack Cruz.
La ensoñación retro se rompe un poco con el discursivo cierre (más propio de “Pure Comedy”) “The Next 20th Century”, siete minutos sobre, en principio, el estado del mundo y la cultura, sobre las canciones de amor como refugio de la violencia y la opresión. También, sobre el espejo de cuerpo entero que Val Kilmer tenía en un bungaló después ocupado por Tillman. Mitología hollywoodiense hasta el final. ∎
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