En 2016, el sello Leo Records incluyó por primera vez en su catálogo un álbum hecho en España y titulado “H.C. Hors catégorie”. La marca británica, cuya etiqueta ha dado cobertura desde 1979 a discos históricos del jazz y la improvisación suscritos por nombres de la dimensión de Anthony Braxton, Art Ensemble Of Chicago, Evan Parker, The Ganelin Trio, Sun Ra o Cecil Taylor, fijaba su atención en un proyecto integrado por Juan Saiz (flauta y composición), Marco Mezquida (piano), Àlex Reviriego (contrabajo) y Genís Bagés (batería) y bautizado con el adjetivo “Pindio” en alusión a un espacio en pendiente como metáfora del reto que plantea, en el arte y en la vida, cualquier arduo camino o empresa. Una filosofía compartida por Leo Records, que también acogió en 2020 el notable “Frágil gigante” del propio Saiz junto a los gallegos Baldo Martínez y Lucía Martínez.
Aquel prometedor arranque prospera ahora de la mano de una segunda entrega donde el músico cántabro empuña la batuta, tanto para liderar el proyecto y ampliar timbres de la mano de su saxo tenor como para volver a hacerse responsable de la decena de composiciones que conforman el álbum. Con la única sustitución de Manel Fortià por Reviriego en el contrabajo, “Pindio II” ajusta mucho mejor sus logros que su predecesor, atendiendo a la pluralidad de una noción que tan pronto encuentra la precisa sincronía como la disonante disparidad, pero que aquí se compacta de modo más consistente, indicando el camino a una narración de sinuoso recorrido y estimulante partitura, guiada por un espléndido turno solista.
Desde la inicial y fibrosa “Index librorum prohibitorum”, con Mezquida argumentando su posición preferencial en el panorama del piano jazzístico nacional, hasta ese enigmático cierre bautizado como “Lines”, con la flauta del líder en primer plano, el disco discurre por “Aurora”, con Saiz y el propio Mezquida destapando su veta lírica, o por un “Bellaskos” que evoca el clima espiritual del “Alabama” de John Coltrane, impulsado todo ello por el sobrio y elástico trabajo de Fortià y Bagés en la sala de máquinas. Con tales mimbres, “Pindio II” supera con creces la buscada dificultad para erigirse en rutilante certeza del dulce estado que exhibe hoy el jazz español. Busquen y encontrarán. ∎
Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.