Álbum

Julien Baker

Little OblivionsMatador-Popstock!, 2021

02. 03. 2021

El tercer álbum de Julien Baker pasa del alt-folk indie a un sonido mucho más expansivo. Tras formar parte del supergrupo boygenius –junto a Lucy Dacus y Phoebe Bridgers, trío que participa en el debut de Hayley Williams (Paramore)–, el nombre de Baker ha adquirido relevancia, preparando el terreno para su álbum más ambicioso, en el que, además de cantar, componer y producir, se encarga de tocar la mayoría de los instrumentos, combinando arreglos convencionales con detalles deconstruidos.

Que sea lesbiana, cristiana y propensa a tener problemas con las drogas marca unas letras que indican su vulnerabilidad. En la desolada balada con piano “Song In E” afirma “I wish that I drank because of you and not only because of me”. En la no menos compungida “Repeat” se pregunta “When the drugs wear off, will the love kick in”. Y en la majestuosa “Hardline” canta “I can see where this is going, but I can’t find the brake”; cuando se intuye lo que va a suceder y no se puede remediar, lo mejor es “Start asking for forgiveness in advance for the future things I will destroy”, tal como también asevera en el mismo tema, navegando entre un sintético y emocionante oleaje de crescendos. Pero para explícita “Ringside”, que empieza con un verso que es como un gancho en la mandíbula: “Beat myself until I’m bloody, and I’ll give you a ringside seat”, cantado entre desmayo y vehemencia sobre un fondo instrumental que parece inspirado por New Order.

La combinación entre fragilidad vocal y aliento épico con cierta disonancia convierte “Faith Healer” en una cumbre del disco. Otro gran logro es el single “Heatwave” –reflexión sobre lo difícil que es no dejarse llevar por los pensamientos negativos–, con un mullido teclado que recuerda a Purple Mountains y una dúctil voz, capaz de los más sorprendentes matices, que se alza como su mejor recurso. El tercer single, “Favor”, que cuenta con Phoebe Bridgers y Lucy Dacus a los coros, es otra muestra de ambigüedad que flota como volutas de humo: “It doesn’t feel too bad / But it doesn’t feel too good, either / Just like a nicotine patch / It hardly works, then it’s over”. El gran hallazgo de la nueva Julien Baker es que ha aprendido a convertir pesadumbres, contradicciones y dramas íntimos en algo grandioso. ∎

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