“star-crossed” es la secuela del álbum que vio a Kacey Musgraves saltar del country (no solo para fans del country) a horizontes melódicos más abiertos, aires psicodélicos e incluso el arrebato disco de “High Horse”. Al mismo tiempo, resulta todo lo opuesto: si aquel “Golden Hour” (2018) era un disco de amor, noviazgo y casamiento –con el cantante y compositor country Ruston Kelly–, este es otro gran “divorce album”. Escrito en letra minúscula, con más resignación y tristeza que rabia vengativa.
Quizá por la inspiración emocional con que se ha visto obligada a trabajar, Musgraves no parece haber concebido “star-crossed” como su salto definitivo al estatus de estrella del pop. Todo está empañado de verdadera melancolía. Y trabajando de nuevo en composición y producción con Ian Fitchuk y Daniel Tashian, su tándem de confianza en “Golden Hour”, la cantante de “Merry Go ‘Round” ha experimentado aún más a nivel de estilo y sonido, permitiéndose mayores dosis de extrañeza. No parece, como decíamos, un disco concebido para arrasar, aunque también hace tiempo que el pop de (aspirante a) estrella del pop no es lo que era. La intimidad, la singularidad o la intriga cotizan al alza.
Musgraves arranca su exorcismo situando brevemente la escena: en el tema titular e inicial, nos presenta a dos amantes que “despertaron del sueño perfecto / y entonces llegó la oscuridad”. Justo después, en “good wife”, recuerda sus dudas sobre si sería capaz de ser la esposa que todos querrían que fuese: “Ayúdame a ser una buena esposa / Porque le necesito / Y sé, sé, sé / Sí, sé, sé, sé / Que le necesito”, canta en la outro, tratando de convencerse a sí misma. A nivel de letras, el tema más sangrante debe ser, en cualquier caso, “breadwinner”, sobre un hombre agobiado por lo bien que le van las cosas a su esposa: “Quiere tu brillo / para que le haga sentir más grande / hasta que empieza a sentirse inseguro”. Musgraves busca lo conciliador en “justified” (tras el divorcio, aún siente ráfagas de duda y amor) para bordear después lo moralizador en “hookup scene”, una de sus clásicas “canciones de consejo”: “Si tienes a alguien a quien amar / Y casi te has rendido / Agárrate fuerte aunque te pueda hacer enfadar / Porque igual no sabes que tampoco estás tan mal”.
A lo largo de este viaje de amor y desamor, Musgraves hace honor a su alias en redes (@spaceykacey) explorando sin cesar nuevos confines para su country galáctico.“star-crossed” mezcla guitarra española con arpegios de sinte cósmicos. El country-funk de “good wife” conecta con la mejor Sade. Hay una influencia retorcida del R&B de finales de los noventa en “simple times” (muy “No Scrubs”, de TLC) o “breadwinner”, que también incorpora elementos soft rock y synthpop. El clímax psicodélico es su “gracias a la vida” (Violeta Parra), inspirada por la escucha de la versión de Mercedes Sosa durante un trip guiado de psilocibina. Cargada de distorsión digital, se diría más propia del “HEY WHAT” de Low que de un disco de ascensión al elíseo del (súper)pop. ∎
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