#1 ÁLBUM INTERNACIONAL 2017

Álbum

Kendrick Lamar

DAMN.Top Dawg-Aftermath-Interscope-Universal, 2017

Rockdelux 362

(Junio 2017)

Bajo

Suscripción

“DAMN.” le otorgó a Kendrick Lamar su segunda medalla de oro en el top de discos de Rockdelux tras el monumental “To Pimp A Butterfly”, que se impuso en 2015. “DAMN.”, indiscutible mejor disco de 2017 en las listas aparecidas en el Rockdelux 368, así como en otros medios, le sacó brillo y dignidad al concepto hip hop en el siglo XXI al restituir una especie de back to basics, un regreso a la esencia que fue también un salto al futuro. El álbum recibió el Pulitzer de la Música 2018. Juan Manuel Freire escribió esta crítica meses antes de tantos reconocimientos.

¿Cómo continuar algo como “To Pimp A Butterfly” (2015), un disco tan expansivo a nivel sónico (todo aquel jazz cósmico) y cargado de un significado político que lo convirtió en banda sonora del movimiento Black Lives Matter? No debió ser fácil ser Kendrick Lamar en esta tesitura, pero tampoco parece haberlo tenido difícil para salir del atolladero. “DAMN.” es, ya desde su mismo título, otra declaración de fuerza del mejor rapero del siglo XXI, una nueva obra maestra solo en apariencia –desde la escucha poco atenta– menos compleja que su antecedente.

A nivel de sonido, Lamar opta en “DAMN.” por el casi completo extremo: un regreso a la esencia, a los samples boom-bap, las cajas de ritmos, las 808 y un rap directo y a la encía. Pero el back to basics quiere ser también un salto al futuro: Lamar no se ha quedado con cualquier beat de sus habituales Sounwave o Topdawg; solo con aquellos que inviten al futuro, además de rendir tributo a la tradición. Y acierta al introducir nuevos colaboradores en el staff como Bēkon, 9th Wonder o Mike WiLL Made-It, este último demoledor en los singles “HUMBLE.” y “DNA.” e intrigante en una colaboración con ¡U2!, “XXX.”, que no bucea en pantanosos terrenos rap-rock, sino que mira hacia los U2 de “Zooropa” (1993) y el proyecto Passengers con Eno/Lanois.

La experiencia negra, en esta ocasión desde una órbita filosófico-existencial.
La experiencia negra, en esta ocasión desde una órbita filosófico-existencial.
Solo hay otro gran featuring acreditado –Rihanna en la excelente “LOYALTY.”–, pero “DAMN.” es un disco de créditos sobresaturados de talentos: Kaytranada canta (con AutoTune) en “LUST.” y el ascendente Zacari en “LOVE.”, mientras que James Blake coproduce “ELEMENT.”; no sabemos si fue suya la bendita idea de samplear el “Ha” de Juvenile, el Young Thug de la Nueva Orleans de los 90. Que todas estas voces, personalidades fuertes, se integren sin problemas en un conjunto tan estilizado como rotundo solo habla de la claridad de la visión de Lamar.

En el apartado lírico, nuestro héroe de Compton se muestra igual de preocupado que de costumbre por la experiencia negra, en esta ocasión desde una órbita filosófico-existencial. Cambiar el mundo empieza por cambiarse a uno mismo. Se hace preguntas sobre sus impulsos contrarios (“DAMN.”), cultiva ocasionalmente una chulería necesaria para sobrevivir (“ELEMENT.”, en la que asegura “la mayoría tenéis envidia, pero la envidia mata”) y cuenta alguna historia que espera que ayude a sus hermanos a decantarse por la vida en lugar de por la muerte: “DUCKWORTH.” habla de un mafiosillo que duda sobre si volver a robar un KFC hasta que el dependiente decide pasarle pollo y galletas extra. Ese quinqui era Topdawg, jefe de Top Dawg Entertainment (TDE), el sello de Lamar. El empleado era Kenny, padre del rapero. Historia épica para rematar otro Gran Disco de K.Dot. ∎

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