Reedición

LCD Soundsystem

The Long Goodbye. Live At Madison Square GardenDFA-Parlophone-Universal, 2021

20. 09. 2021

Durante un tiempo, corrieron ríos de tinta cuando LCD Soundsystem, después de montar un impresionante concierto de despedida en el Madison Square Garden de Nueva York en abril de 2011, anunciaron su retorno en 2016, tan solo cinco años después. Al fin y al cabo, de James Murphy se esperaba una integridad que no casaba con los comebacks sacacuartos que han proliferado en la escena en la última década y media. Pero en retrospectiva, a toro pasado, siendo conscientes de que los neoyorquinos no nos deben nada (en todo caso, nosotros a ellos sí) y con el calentón bajado, que es como mejor maduran las cosas, quedó claro que, si para volver a disfrutar de su frenesí bailable en directo y de otro de los puntos álgidos de una carrera que no conoce otra cosa –o sea, su álbum “American Dream” (2017)–, tenían que montar toda esa parafernalia grandilocuente, bienvenida sea esta.

Aunque parece que todo esto forme parte de una vida pasada (¿te imaginas abrazarte a tu mejor amigo con la camisa sudando a chorros y bailando al ritmo de “All My Friends” con cientos de desconocidos hacinados en escasos metros cuadrados?), aquel gigantesco show cumple en este 2021 una década. En su momento ya le sacaron más provecho con el documental y concierto filmado “Shut Up And Play The Hits” (2012) y, luego, con “The Long Goodbye. Live At Madison Square Garden” (2014), un live album tan largo como el propio recital: casi tres horas de danza en los cielos repartida en 28 canciones y cinco discos de vinilo. Ahora, para su décimo aniversario, DFA ha lanzado una reedición física de aquella caja de vinilos, además de una nueva configuración de tres CDs.

Como seguramente sabrás, porque este directo ha salvado muchas vidas a los fans que han podido escucharlo libremente en plataformas digitales, el concierto hizo justicia al título del posterior documental. Efectivamente, esto es LCD Soundsystem yendo al grano, callando y soltando su batería de hits uno tras otro. Con alguna que otra sorpresa también. Al equipo habitual (a saber: James Murphy, Nancy Whang, Pat Mahoney, Rayna Russom y el Al “Hot Chip” Doyle), también se le sumó un coro, secciones de vientos y miembros de Arcade Fire, Shit Robot y Juan Maclean. Y al repertorio clásico añadieron versiones y snippets de Suicide, Harry Nilsson, Daft Punk, Afrika Bambaataa y Julee Cruise. Si algún día se celebrase un juicio mediático para decidir cuál es una de las mejores bandas en directo de la historia, esta sería una prueba definitivamente incriminatoria.

Como apuntaba más arriba, escuchar el directo diez años después nos hace sentir aún más agradecidos por lo que vino después. Además, ayuda a calmar la ansiedad generada por su actual hiato (quizá, solo quizá, todo esto es la prueba de que volverán más grandes y mejores). Pero, sobre todo, la perspectiva de toda una década aporta el entendimiento de que este largo adiós también se puede leer como el punto álgido y final de una era para la escena neoyorquina, una época brillante que empezó a desvanecerse a partir de entonces y a la que dentro de no demasiado tiempo miraremos con nostalgia y ojos vidriosos. ∎

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