¿Se puede unir la tradición indie rock de nuestro país, el pop naíf, nuestro impresionismo, incluso músicas mucho más folclóricas, con distintas formas del j-rock y del j-pop, del city pop a esa cosa que, desde el desconocimiento, hemos convenido en llamar “música de anime”? Que se lo pregunten a Marta Movidas, que debuta en formato EP en Sonido Muchacho dando una respuesta claramente afirmativa a la pregunta. Ella puede. Con una mentalidad muy japonesa a la hora de afrontar el reto, utilizando conceptos elevados e imágenes casi fabulísticas para hablar de ideas mundanas y diarias como el amor, y aplicándole virtuosismo, efervescencia, hiperactividad y optimismo a una parte musical que contrasta con letras más melancólicas, Marta Movidas recuerda en “Yunque” a proyectos como Yorushika y Zutomayo o a la banda sonora de “My Hero Academia” (Kenji Nagasaki, 2016-), adaptación del manga homónimo de Kōhei Horikoshi.
Son referencias que parten del rock progresivo en lo instrumental y en lo estructural, que descansan en el piano como elemento central y que construyen sus melodías, algo naíf, con innegable intención pop. Que son clásicas a su manera, con ese punto power que tanto gustaba en Japón en la primera mitad de la década pasada, pero que aquí suenan, para la mayoría –esto, bueno, vamos a decir…–, a japonés. Por ejemplo, la melodía de “La flor de loto florece dos veces” puede recordar al opening que hicieron los míticos Yoasobi para “Mobile Suit Gundam. The Witch From Mercury”. Y no se acaba ahí: la imaginería musical de los anime está muy presente, con amagos que se acercan al ending de Zutomayo para “Chainsaw Man” (MAPPA, 2022-), al de Sangatsu no Phantasia para “Una pareja de cucos” (“A Couple Of Cuckoos”, Miki Yoshikawa 2020-) o al de TUYU para la adictiva adaptación del manga “Tokyo Revengers” (Koichi Hatsumi, 2021-) de Ken Wakui. También al opening de “A Shinobi’s Moment” (Shū Watanabe, 2022) que hicieron Humbreaders, e incluso a cosas más bizarras como las bandas virtuales Kessoku Band, que protagoniza el manga/anime “BOCCHI THE ROCK! (Aki Hamaji, 2017-), o Tsukuyomi.
Me atrevo a adentrarme un poco en su mundo porque me parece fundamental entenderlo para poder apreciar un proyecto que, a día de hoy, y precisamente por sus influencias y por su manera de entender la música –no solo la composición, también la parte humana de ella–, está seguramente entre los más originales y diferenciales de nuestro país. Y es que a todo ese cóctel de j-pop orgánico Marta Movidas sabe añadir un punto muy autóctono, con referencias que apuntan a una exuberancia agreste, a una dignificación de lo rural: “El rayo que no cesa” de Miguel Hernández; cuchillos, presas; colibríes y aves rapaces; almendros; flores de loto; ríos, cántaros y fuentes, saltar por el balcón… en “Malhaya quien nace yunque”, entre pianos jazzy, guitarras funk y briznas de city pop que nos recuerdan a “Persona 5” (Katsura Hashino, 2016), le hace un guiño a las funestas y trágicas voces de los herreros que, desde la fragua, claman “Malhaya, el hombre, malhaya, que nace con negro sino / ¡Malhaya quien nace yunque en vez de nacer martillo!” en el arranque de la ópera de Manuel de Falla “La vida breve” (1913), una frase que se apropió el político, presidente de la II República, Manuel Azaña. No es casual, visto así, que por momentos, entre tanta sutileza, se vengan a la cabeza los primeros discos de La Bien Querida o el proyecto conjunto de Los Estanques y Anni B Sweet –“Burbuja cómoda y elefante inesperado” (2022)–.
Haciendo gala de una intensidad casi dramática con teatral honestidad, recorriendo nexos que parecían intransitables mientras suben y bajan flexeos de bajo dialogando en frenesí con unas guitarras que se confunden con violines en “Pájaro de tres alas” y los pianos brincan a sus anchas, Marta Movidas se convierte cada vez más en la reina de su propio nicho. Un palacio flotante en las alturas movido por la devoción, la curiosidad y un sincero y genuino amor por la música –también por un incombustible anticapitalismo– navegando contra una corriente de algoritmos que quieren arrastrarlo hasta cielos rockeros. Su palacio siempre consigue escaparse. ∎
Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.