Antón Reixa tiene una sana obsesión: Galicia… y Palestina, Nicaragua y… las páginas de la actualidad. Es un personaje con los pies en Galicia y la mente en la lucidez de los tiempos. Este quinto elepé de
Os Resentidos mantiene la tensión de un grupo que, avanzándose a las modas, no hace hip hop, sino que lo utiliza por la vía autóctona, haciendo de la tradicional gaita un recurso indispensable para articular un sentido del humor tan gallego como inteligente, en la línea de los mejores escritores de su tierra, maestros suspicaces de la ironía. Saben actualizar anacronismos con una gran finura a la hora de separar el grano de la paja, el sentido de la elucubración. En fin, a estas alturas intento decir que el disco vuelve a ser un magnífico trabajo de una de las más lúcidas cabezas pensantes del país: Antón Reixa. Corto y cambio.
A partir de aquí, glosar sus excelencias se me antoja un ejercicio de rétorica al que este comentarista pretende hacer caso omiso. Simplemente quisiera hacer notar, para no llevar a confusiones gratuitas, que no solo de hip hop –entre comillas– viven Os Resentidos. Viven de sus cincos sentidos –y alguno que otro más– abiertos a todo cuanto sucede a su alrededor: desde el Mundial de Fútbol o el Tour de Francia hasta los cambios en los países del Este, sin perder su propio sentido gallego de la vida, algo que simplemente intuyo y que, obviamente, me resulta difícil de explicar.
Han vuelto a hacer un gran disco, con sentido universalista, un disco que se puede entender en Nueva York, Río de Janeiro, Estocolmo o Matalascañas. No dejéis perder esta nueva ocasión. Es un trabajo autonómico ejemplar, y que cada cual ponga su moraleja. ∎