El primer corte de la banda sonora de “D’argent et de sang” (“Sangre y dinero”, disponible en Filmin desde el pasado 30 de enero), serie televisiva de Xavier Giannoli –“La aparición” (2018), “Las ilusiones perdidas” (2021)– en torno a corruptelas y estafas a partir del decreto francés del impuesto sobre el carbono para combatir el cambio climático –hecha la ley, hecha la trampa–, recuerda en sus primeros compases a la música de una de las mejores teleseries francesas recientes, “Oficina de infiltrados” (2010-2015), creada también por otro cineasta, Éric Rochant. La música de esta es de Robin Coudert y Jon Brooks. La de “D’argent et de sang” lleva la firma de Rone (Erwan Castex), seguidor de la escuela electrónica francesa de corta andadura aún en la banda sonora: suya es la de “PARÍS, Distrito 13” (Jacques Audiard, 2021). Las similitudes terminan aquí, pues Rone comienza a realizar arreglos bien distintos a partir de un mismo patrón: la música de la serie es, valga la redundancia, una serie de repeticiones sobre el patrón establecido en ese tema inicial, y si al fin y al cabo muchos relatos catódicos repiten unas constantes fijas, ¿por qué su correspondiente banda sonora no debe de ser una repetición o reformulación de un mismo tema llevado hasta el límite del bucle con distintas variaciones en función de las necesidades de la historia?
La primera pieza se titula “Tikkoun” (título con el que se rodó la serie; “tikkun” en hebreo significa purificación). La segunda, “Tikkoun Piano 1”, y es exactamente eso, la anterior en versión con piano interpretada por Vanessa Wagner. La quinta es “Tikkoun (Electronic Variation 1)” y somete la melodía que va a recorrer toda la serie a una variante electrónica en bucle que entronca con el cine policíaco (y otros géneros en la cinematografía francesa) de los ochenta. Más diferencial resulta “Tikkoun (Piano & Synth)”, con un sintetizador primero intrigante, después hipermelódico, al que intenta acallar el piano acústico. “Tikkoun (Quintet 2)”, en la que los teclados son sustituidos por un quinteto de cuerda que acepta el envite melódico de manera similar, y “Tikkoun (Piano 3)”, otra de las cuatro variaciones solo con piano, indagan por territorios clásicos distintos. “Tikkoun (Electronic Variation 2)” ralentiza considerablemente el ritmo, pasando a un cierto sosiego en una narrativa convulsa y trepidante. Del mismo modo, el tema que da título a la serie se expande de forma distinta, en clave de ambient noctámbulo. Pasado el ecuador del disco, y del relato televisivo, los cortes musicales adquieren otras tonalidades y ya no responden, desde unos títulos más descriptivos – “J’en veux”, “Carbon”, “Madness”, “Stress”, “Jackpot”, “Prayer”, “dRONE03”–, al patrón establecido del “Tikkoun”: ahora encuentra Rone espacio para una música cinematográfica orquestada de forma tradicional, disquisiciones electrónicas ochenteras más propias del relato de terror y el thriller cuando se aplican al lenguaje audiovisual o minisuites de oscuros presagios, para cerrar con un regreso a la melodía de partida en otra variación en formato quinteto. ∎
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