Los trucos de Dave Fridmann embellecen las composiciones sin tener que recurrir ni a grandes orquestas ni a excesivos arreglos. Todo parece sonar casual e inesperado, incluso inacabado, lo que dota a la música de un cromatismo muy infantil que traduce el punto de vista naíf que Coyne adopta en sus letras. La fórmula magistral, sin embargo, empieza a decaer a partir de
“Ego Tripping At The Gates Of Hell”, una oda a la desorientación y la espera inútil que da paso a temas como
“Are You A Hypnotist??”,
“It’s Summertime” o
“All We Have Is Now” que parecen necesitados de aliento y brío. Las magníficas líneas melódicas se centran en la voz de Coyne, pero el entorno musical parece exigir una dinámica interna que nunca llega y que hace que estas canciones mueran en el recuerdo antes de levantar el vuelo. Un problema que en esta recta final únicamente se solventa con
“Do You Realize??”, un single conciso y eufórico que evoca paisajes inabarcables y sueños de gloria mientras la letra (
“Do you realize that you have the most beautiful face / Do you realize we’re floating in space / Do you realize that happiness makes you cry / Do you realize that everyone you know someday will die”) alcanza el clímax agridulce que flota por todo el álbum.
Mientras llegan las inminentes bandas sonoras realizadas para el documental “Okie Noodling” y para “Christmas On Mars”, filme protagonizado por ellos mismos, la decepción que pueda provocar “Yoshimi Battles The Pink Robots” es solo relativa: The Flaming Lips continúan siendo únicos e irreemplazables, amasando golosinas musicales desde la órbita de un planeta donde los sueños pueden convertirse en realidad. ∎