Bajo
Suscripción
Publicado cinco años después de que entregara su disco de debut, “Recomeçar” (2017), estas “mil cosas invisibles” que propone Tim Bernardes citan por igual el pop orquestado de John Lennon y la música brasileña de los años 70. Se ha escrito que, en solitario –tiene un grupo de sonido más rockero, O Terno, con el que ha publicado cuatro álbumes–, Bernardes mezcla las bases del tropicalismo con el indie folk anglosajón, y es una buena carta de presentación para la orfebrería de las quince canciones que constituyen su segundo largo, “Mil coisas invisíveis”, a lo que podríamos añadir una maravillosa colisión entre el acento lo-fi y las orquestaciones suntuosas: Bernardes consigue que los extremos estén condenados a entenderse.
El cantautor nacido en São Paulo en 1991 ha colaborado con Gal Costa, David Byrne, Fleet Foxes y, en uno de los discos de O Terno, con Devendra Banhart y Shintaro Sakamoto. De todos habrá aprendido en la mezcla de géneros y estilos sin apartar nunca la vista de Brasil. Pero es evidente que tiene un talento innato para los arreglos y las mutaciones subterráneas, además de una voz sigilosa que trenza versos breves y directos: la forma de dibujar unos violines que suben y bajan en “BB (Garupa de moto amareia)”; esos acordes e inflexiones vocales que recuerdan a Caetano Veloso en “Realmente lindo” antes de que unas palmas y una tamizada sección de cuerdas nos trasladen a otros parajes; el hedonismo soul de “Falta”; el intimismo de “Velha amiga”, una gran pieza de chamber pop melancólico; la desnudez romántica de “Olha”; el precioso subrayado del fiscorno en “Última vez”; la fragilidad acústica de “Mesmo se você não vê”; los deliciosos juegos vocales en “Nascer, viver, morrer” y “Beleza eterna”, o los arabescos esmerilados de violas y violines en la rotunda “Mistificar”.
Bernardes se distancia de su padre, Mauricío Pereira, quien, con su dúo de rock experimental, Os Mulheres Negras, ofreció a finales de los 80 la otra cara del tropicalismo. Distancia comedida, ya que, cuando pueden, tocan juntos folk, pop y música del sur de Brasil con el nombre de Pereirinha & Pereirao, y en un corte del disco, “Leve”, el padre aporta un susurrante y noctámbulo saxo tenor entre el oleaje de instrumentos de viento que, desde la segunda línea, en delicadas capas de grabación, complementan y embellecen las diáfanas melodías y armonías de Bernardes. ∎
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