Tres décadas de Tindersticks. Y todavía resuena en la memoria el impacto que supuso la publicación de “Tindersticks”, su álbum de debut aparecido en octubre de 1993. El disco de “City Sickness” y “Her”, las dos canciones que abren esta compilación que nos ayuda a refrescar la trayectoria de una banda exquisita y como fuera de tiempo, tejedores de dramáticas piezas de pop orquestal ancladas en la voz grave y solemne de Stuart A. Staples.
“Past Imperfect” se ordena cronológicamente y, por supuesto, hace parada en las músicas que los de Notthingham proveyeron para películas: “Tiny Tears” (para “Nénette et Boni”, 1996) y “Willow” (para “High Life”, 2018), dos de las cimas de su repertorio que ilustran a la perfección su fructífera alianza con Claire Denis.
Del segundo “Tindersticks” (1995) se escogen “Traveling Light”, el maravilloso dueto con Carla Togerson (The Walkabouts), y la siempre estremecedora “My Sister”, ese spoken word-novela que eriza el bello con versos como “She went blind at the age of five / We’d stand at the bedroom window and she’d / Get me to tell her what he saw” y “We buried her when she was 32 / Me and my aunt, the vicar, and the man who dug the hole / She said she didn’t want to be cremated”.
“Curtains” (1997) está recordado por “Rented Rooms”, y “Simple Pleasure” (1999) por el tema que lo abría, un “Can We Start Again?” que alza el vuelo sobre palmas, piano y unos coros femeninos reformulando partituras souleras.
La desesperación de “Dying Slowly” (“I’ve seen it all and it’s all done / I’ve been with everyone and no one”), con sus cuerdas en tensión romántica y tenebrosa, es la representación de “Can Our Love…” (2001), mientras que la introspección de “Waiting For The Moon” (2003) se recuerda con “Sometimes Its Hurts” (dueto con la llorada Lhasa de Sela) y “My Oblivion”.
Refinando su fórmula de pop camerístico contaminado (para bien) de jazz, soul y panoramas cinematográficos, “Waiting For The Moon” –el último con Dickon Hinchliffe, pieza fundamental desde los inicios– marcó el final de la primera etapa de Tindersticks, que no volverían a publicar un álbum de estudio hasta “The Hungry Saw” (2008), aquí ausente (al igual que el “distractions” del año pasado), encarando la década pasada con “Falling Down A Mountain” (2010), “The Something Rain” (2012), “Across Six Leap Years” (2013), “The Waiting Room” (2016) y “Not Treasure But Hope” (2019), todos con (bastantes) canciones memorables, como “Show Me Everything”, “Medicine”, “How He Entered” o “Pinky In The Daylight”. “Both Sides Of The Blade”, la inédita (para un próximo filme de Claire Denis) que cierra estas dos decenas de pináculos tindersticksianos, está a la altura de la circunstancias y nos recuerda que la gasolina cortavenas de la banda británica continúa en perfecto estado de salud, con un Staples cada vez más equilibrado en su papel de crooner sombrío.
Para completar la fiesta, se recomienda sin reservas la versión deluxe: incluye el registro del extraordinario directo “Live At Glasglow City Halls 5th October 2008”, hasta ahora disponible únicamente en directos y en la web del grupo. ∎
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