Acostumbrados últimamente a los cuarenta, cuarenta y cinco, incluso cincuenta aniversarios, leer que la obra maestra de Tricky tiene “tan solo” treinta años es un pequeño bálsamo para quienes, con un poco de suerte, peinamos canas –eso sí: a los de EGB nos enseñaron a contar y sabemos que las tres décadas se cumplen en 2025–. Otra cuestión que surge con fuerza al revisar “Maxinquaye” (1995) es la idea de que su autor nunca volvió a hacer un disco tan grandioso. La participación de Adrian Thaws en alguno de los pasajes más memorables de Massive Attack entre 1988 y 1994 como “Blue Lines”, “Five Man Army”, “Daydreaming”, “Karmacoma” y “Eurochild” –“Take It There”, del EP “Ritual Spirit” en 2016, marcó su retorno al proyecto de Robert Del Naja–, todos ellos anteriores cronológicamente a “Maxinquaye”, puede que lo dejaran seco como una mojama. George Harrison, tras “All Things Must Pass” (1970), padeció parecido síndrome. Pero hay más ejemplos de one album wonders: ABC y “The Lexicon Of Love” (1982) son un ejemplo paradigmático. Y no hablamos de artistas desaparecidos o que dejaron de esforzarse, porque Tricky nunca cejó en su empeño.

Podemos proponer a Thaws como el inventor del trip hop sin que nos quieran lapidar por ello. Hip hop de menos revoluciones, temáticas introspectivas preñadas de colores sugerentes, exóticos, experimentales y libérrimos, con toques psicodélicos y cadenciosos efluvios soul, mucha electrónica, erotismo y, en el caso de Thaws, esa voz arenosa ahumada tras una nube de THC. “Maxinquaye (Reincarnated)” es un juego de palabras sobre la madre de Tricky, que se llamaba Maxine Quaye. En la nueva portada del álbum aparece la única fotografía conocida de ambos juntos, recuperada recientemente por un primo. A veces los parientes sirven para algo. El disco ha sido remasterizado en los estudios Abbey Road y se han regrabado –“reencarnado”– media docena de sus temas con voces acompañantes de armónicos inferiores como las de Sukie Smith, Lucia o Marta Złakowska –quien sacó en marzo como Marta el álbum “When It’s Going Wrong”, escrito enteramente junto a Thaws para su sello False Idols– en sustitución de la mucho más sexy Martina Topley-Bird. Las nuevas versiones, registradas por Tricky en 2022, son todas interesantes y en general bajan todavía más las revoluciones de los originales, además de su minutaje. Funcionan como pequeñas viñetas actualizadas, vaciadas de melodía pero respetuosas con su fuente, y aportan un sentimiento contemporáneo perfectamente válido que absorbe la brillantez de unas composiciones producidas en su día de forma irrepetible. Se aprecia el esfuerzo sincero de Tricky y se intuye una posible utilidad práctica para sus próximos directos.