Impulse! cumple sesenta años y el sello fundado en 1960 por Creed Taylor lo celebra con un majestuoso recopilatorio –cuádruple vinilo o doble CD– exquisitamente editado (portada troquelada) con veinticinco cortes de su catálogo que radiografían el compromiso de sus músicos con las luchas por los derechos civiles, la reivindicación del legado afroamericano y la búsqueda de la liberación espiritual a través de la música.
Un libreto con textos del poeta, crítico y activista A. B. Spellman y del escritor Greg Tate ayuda a contextualizar la revolución que encapsuló Impulse! durante los años 60, unos años de terremotos artísticos y sociales que tuvieron su reflejo en una serie de discos que rompieron barreras y que todavía sirven de espejo y guía para los músicos menos acomodados de nuevas generaciones.
Decía John Coltrane que la música tenía poderes curativos y que podía ayudar a que el ser humano fuera mejor persona. Y precisamente el genio de Carolina del Norte –que entregó a Taylor obras capitales como “A Love Supreme” (1965)– se encarga de inaugurar “Impulse! Records. Music, Message And The Moment” con los más de quince minutos de “Africa”, el tema que ocupaba la primera cara de “Africa/Brass” (1961) de THE JOHN COLTRANE QUARTET, el disco que comenzó la relación del saxofonista con Impulse! y toda una declaración de afrocentrismo con un imponente Elvin Jones en la percusión.
Coltrane es, por supuesto, el artista con más comparecencias en esta recopilación: aquí hay muestras de “Impressions” (1963) y “Live At Birdland” (1964), además de “Cosmic Music” (1968), una de sus colaboraciones con ALICE COLTRANE (en este caso con el aquelarre free “Reverend King” en homenaje a Martin Luther King), trabajos que empujaron al jazz hasta límites entonces poco explorados. Alice repite la pócima espiritual “Blue Nile”, grabada junto a Pharoah Sanders, Joe Henderson, Ron Carter y Ben Riley, publicada en 1970 en “Ptah, The El Daoud”.
MAX ROACH rememora a Marcus Garvey en “Garvey’s Ghost” (tema de apertura de de “Percussion Bitter Sweet”, 1961) con las congas de Carlos “Patato” Valdés, la voz de Abbey Lincoln y un apabullante entrelazado de vientos a cargo de Booker Little (trompeta), Julian Priester (trombón) y Clifford Jordan (saxo tenor).
Una versión edit de “The Creator Has A Master Plan” (reducida a 9 minutos; la original aparecida en 1969 en “Karma” superaba los 19) pone el foco sobre el saxo tenor de PHAROAH SANDERS. Este tema (y álbum) es uno de los emblemas de Impulse!: el mantra recitado por Leon Thomas (“The creator has a working plan / Peace and happiness for every man”) puede parecer naíf, pero golpea con la transparencia y pureza de un mensaje al que hay que invocar constantemente.
En la carretera de gigantes que es esta compilación también dejan su portentosa huella, entre otros, QUINCY JONES –echando humo con su orquesta con “Hard Sock Dance”, de “The Quintaessence” (1962)–, el trío de la organista SHIRLEY SCOTT –“Freedom Dance”, de “For Members Only” (1964)–, ARCHIE SHEPP –“Malcolm, Malcolm – Semper Malcolm”, de “Fire Music” (1965); “Blues For Brother George Jackson”, de “Attica Blues” (1972)–, el iconoclasta ALBERT AYLER –“Music Is The Healing Force Of The Universe”, tema titular del álbum homónimo de 1970: pura lava free jazz rodeando la voz de diosa góspel de Mary Maria Parks–, CHARLIE HADEN –“We Shall Overcome”, de “Liberation Music Orchestra” (1970)–, MICHAEL WHITE –“Lament (Mankind)”, de “The Land Of Spirit And Light” (1973): violín y bajo en comunión de afrocentrismo espiritual– y MARION BROWN –“Bismillahi ‘Rrahmani ‘Rrahim”, un tema de Harold Budd incluido en “Vista” (1975): meditación trascendental para después de la batalla–.
Probablemente la revolución no fue televisada, pero sí registrada en muchas de estas placas de Impulse! (uno de los lemas del sello, “The power of jazz with the passion of soul!”, explica muchas cosas), grabaciones que abrazan con su torrente de música orgullosamente rebelde y contemplativa, atrevida y respetuosa con la herencia del pasado, música que supo cómo alinearse con los problemas de su época sin tener que renunciar a su fuerte compromiso artístico. Un legado merecidamente expuesto en este recopilatorio que es también una invitación a curiosear e investigar en el catálogo de una de las marcas esenciales de la música del siglo XX. ∎
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