A lo largo de su trayectoria, Wilco ha entregado algunos EPs que no pasan de lo anecdótico. Generalmente se trataba de artefactos para descargar, CDs de regalo para los primeros compradores de determinados álbumes o ediciones limitadas para tiendas de discos, pero que nunca pasaban de ser meros cajones de sastre con rarezas y grabaciones en directo. Este “Hot Sun Cool Shroud” podría haber sido lo mismo, pues se trata de un primo hermano de su último álbum (“Cousin”, publicado en septiembre de 2023) con seis temas provenientes de las mismas sesiones. La banda de Chicago decidió publicarlos ahora como obsequio en primicia para el público asistente a Solid Sound, el festival que ellos organizan cada año.
Sin embargo, hay algo bastante diferencial en un trabajo que, conceptualmente, destaca como una entidad creativa propia. El propio Jeff Tweedy ha declarado que el disco contiene “un tipo de sentimiento como de verano tras la oscuridad”, y es una buena definición. Es inevitable que lo primero que se nos venga a la cabeza sean los ecos de “Summerteeth” (1999), su magno tercer álbum, pero lo cierto es que, esta media docena de temas encapsula en menos de 18 minutos muchas de las facetas que Wilco han mostrado en su trayectoria. Como en “Cousin”, podemos acreditar la producción a Cate Le Bon, junto al propio Tweedy y su colaborador habitual Tom Schick.
El tema inicial, “Hot Sun”, comienza en lo más alto, con un tono que contagia placidez e inquietud al mismo tiempo. Uno se imagina al protagonista disfrutando de torrarse al sol hasta que el desasosiego empieza a penetrar en su cabeza. En el momento en que surge la imagen de un cubito de hielo cayendo en su vaso de plástico, una voz preocupada empieza a cantar: “¿No debería estar haciendo algo? / ¿Qué puedo hacer?”. La guitarra distorsionada de Nels Cline penetra agresiva sobre esta última frase, con toda la culpabilidad eléctrica, y uno se da cuenta de que Tweedy nos está hablando sobre el cambio climático. “Las montañas derritiéndose / dulce duda / sol caliente”, entona poco después, recordándome por algún motivo a aquel “Dulce mal trago” al que cantaban Surfin’ Bichos en “Fotógrafo del cielo” (1991): “Este sol mañanero viene a por mí / buscando el reflejo del pasado que perdí / Sol traicionero”.
El EP concebido por Wilco para el verano de 2024 se puede entender, en cierto modo, como una sinfonía en seis movimientos perfectamente puntuados. Los cortes 2 y 4 son breves interludios instrumentales no exentos de interés. “Livid” sorprende con unas guitarras aceleradas y enloquecidas de tono garagero, pero en unos segundos durante el fade out final se cuelan unos extraños ritmos de baile como si salieran de una habitación contigua. En cambio, “Inside The Bell Bones” es, básicamente, una improvisación con guitarra acústica y percusiones para mayor lucimiento de Glenn Kotche.
En el segmento central, “Ice Cream” aparece como una balada que es clásica y rupturista al mismo tiempo. Carnalidad y espiritualidad parecen sobrevolar sobre su imagen de un helado derritiéndose sobre el suelo. Y, casi de tapadillo, en el corte 4 aparece el gran hit del disco. “Annihilation” es uno de los temas más pegadizamente pop entregados por Jeff Tweedy en toda su carrera, una canción del verano con todas las de la ley que celebra la inocencia de un beso bajo el sol hasta promover que los protagonistas hagan de ello una obra de arte. Cuando parecía que todo estaba dicho, vuelve a entrar la guitarra de Cline en el segmento final para regalarnos un solo discreto pero apoteósico. En comparación, palidece bastante el tema de cierre, “Say You Love Me”, un medio tiempo meloso que vuelve a invocar los calores plácidos con un tono de pop psicodélico suave, recordando de nuevo a sus invocaciones beatlémanas de “Summerteeth”. A esta canción es a la que se debe referir Tweedy en el comunicado de prensa cuando dice que también hay sitio en el disco para las cigarras melancólicas. ∎
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