Las cartas sobre la mesa desde el primer momento: “No me digas” tiene algo de la intro de “Física o química” de Despitaos, pero llevado a ese terreno que tanto le gusta a Elena Nieto, el emo de principios de los 2000. Es un tema casi generacional, como todo el sonido de Yawners, obnubilado con la herencia adolescente de los nacidos a principios de los 90. Lo aderezas todo con estribillos coreables, esa energía como para llenar estadios y las baterías y guitarras en cascada del pop punk y tienes la receta de la madrileña, que en “Duplo” sabe más afinada, con todo puesto en su justita medida, sin las aristas más radicales de “Just Calm Down” (2019) y con un sonido más homogéneo. También más brillante, más cerca del pop que del guitarreo descarnado aunque siga reteniendo esa lírica melancólica y desiderativa, como demuestra la demoledora “Suena mejor”. Los evidentes avances del disco en cuanto al sonido se van desplegando en todo su esplendor a lo largo de los primeros temas. “Rivers Cuomo”, dedicada al cantante de Weezer –y un poco a unos días que ya nunca volverán–, los condensa todos: una visión más inteligente a la hora de enfrentar los estribillos, una grabación más cuidada, ingredientes en mejor balance, baterías más contundentes e impactantes –la propia Elena, que toca la batería en sus directos y ahora está acompañando a Rojuu, ha reconocido que contó con Joan Delgado de Cala Vento porque no toca mejor que él–. Y nos queda claro que el castellano se va colando cada vez más en su forma de componer, acercándose cada vez más al 50/50.
También planea sobre todo el largo la sensación de que hay una mayor influencia de la escena nacional con la que Nieto convive prácticamente a diario, encima o detrás de los escenarios, fundamentalmente en las melodías. “Paranormal”, “Tu cumpleaños” o “Suena mejor” conectan con energías tan dispares como las de Menta, Carolina Durante o Biznaga, y evidentemente hay una relación que es imposible no hacer con Cala Vento, que además de poner las baterías en “Duplo” colaboran en el colofón de “Paranormal”. Y, sin embargo, líneas muy semejantes como las de “Something About You” conectan más con un espíritu más dosmilero y se acercan a esas baladas malditas tipo “I Miss You” de blink-182. Y es que hay un punto más de exploración en la segunda mitad del largo, con los temas menos pop y nadando entre referencias más puramente norteamericanas como American Football, Green Day o los ya mencionados blink: los bajos distorsionados de “Tu cumpleaños”, el subidón de “Belong”, el rollo surfer de “Honey”, los gritos y el fraseo del estribillo de “The House (Say My Name)”, el choque entre melancolía guitarrera y abrasión emo de “El máximo solar”.
Aunque es precisamente esa segunda mitad la que hace desfallecer un poco “Duplo” por esconder pocas sorpresas y no llegar al nivel del arranque –que es, insisto, una pasada–, lo cierto es que es un disco bastante sólido que demuestra la excelente posición de Yawners como reintérprete fundamental del género que adora. Y que es mejor que cualquiera que hayan sacado recientemente –o vayan a sacar– Weezer. ∎
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