Jimena Amarillo

Jimena Amarillo se ha abandonado por completo al verso libre. “Flow deskiciada” es su nuevo single, y la desquiciada parece ella aunque se la dedique a otra persona: hay un desorden improvisado en las rimas que curiosamente cobra sentido, como dos piezas de un puzle que encajan a mazazos. Jimena Amarillo se disfraza de una toyaca que acentúa a tierra y frasea sin tapujos, declamando una letra muy graciosa pese a lo inocente, en la que parece reírse de todos aquellos que dividían el rap en rima, actitud y poesía.

Así, la propia artista ironiza sobre los tópicos de la fisicidad lésbica hablando sobre flequillos de un milímetro de longitud, rollo vasco, o sobre un “pikete de rara” que te sitúa entre la locura y el estilazo más absoluto. Ella se define como “‘butch’ o niño de 13 años” en los ojos de alguien que le “chulea con acento de Granada” y, por tanto, no termina de hacerle demasiado caso. Juega a escribir como si hubiese hecho un collage de sintagmas usados por tías chulísimas y no fuera dueña de su propio lenguaje. Sin embargo, sí que se se convierte en la ama de su propia estructura dejando versos a medias que no llegan a cadenciar: “estaba más tiesa que un palo de hierro” o “‘feed’ entero de leopardo, es mi cosa” son algunas de las frases que pueden dejar al oyente con una sensación de intranquilidad, al no encontrar una pareja consonante o asonante en una línea cercana. En cualquier caso, la canción no sería tan potente si el final de estrofa atracase en algún puerto, porque Amarillo está hablando de un amor que tampoco llega a culminarse.

La artista escribe con libertad y en el interludio puede escucharse incluso alguna toma falsa del proceso de grabación. La canción viene acompañada de un videoclip donde, de forma onírica, se describe la narrativa fundamental del tema: amor lésbico y algo de rave. El estribillo asienta el tema dentro del espectro pop, pese a que se construye sobre una base de R&B con un poco de tech-house. El tema comienza con un beat de hi-hats, cajas y guitarras dolorosamente brillantes para ir añadiendo graves poco a poco, pasando de sonorizar un crush juguetón a adentrarse en un desarrollo más oscuro que profundiza sobre las etiquetas dentro del espectro de la identidad sexual. Jimena Amarillo es “‘butch’ o maricón”, pero ante todo es desquiciada. ∎