Álbum

Earl Sweatshirt

SICK!Tan Cressida-Warner, 2022

01. 02. 2022

Imbuido de una progresión cada vez más minimalista en su sonido, Earl Sweatshirt prosigue su plan de acción, dentro de una tónica que cada vez lo aleja más del hip hop exultante practicado en “Doris” (2013). En base a esta pauta, ratificada en el EP “Feet Of Clay” (2019), su anterior trabajo, el de Chicago ha macerado su sonido en función de una salida a la luz de los traumas que dominaban las letras y el flow de sus LPs publicados hasta el momento. En este sentido, “SICK!” se trata de una obra de aceptación, motivada por su condición de padre y el impacto del COVID en su vida. Su flow serpentea en torno a estos dos temas centrales, a lo largo de veinticinco minutos concentradísimos, vertebrados a lomos de una cadencia a trote lento. En total, diez canciones que se distinguen unas de otras por pequeños matices y detalles.

En el recorrido propuesto no hay cortes que busquen romper el guion en pos de una isla de mayor peso comercial. No, Earl Sweatshirt prosigue la tradición hip hop anclada a los métodos de producción trap, donde no hay cabida para el gen funk; en su caso, totalmente extirpado dentro de un marco de acción donde el reflejo soul es oscuro y la pulsión jazz una cruda sombra difuminada de groove. Esto último sucede con “Tabula Rasa”, en la que comparte protagonismo con Armand Hammer.

Quizá “Lye” sea la canción que rompe de forma más clara la línea horizontal trazada de punto a punto en el trayecto propuesto. Una muestra evidente, plagada de una alegría de fondo, cosida en bases de vientos sampleados, a través de los que, más que nunca, aflora la evidencia por la que Sweatshirt siempre es citado por la actual generación hip hop neoyorquina como una de las máximas inspiraciones de los Mike, Navy Blue y compañía. Una que, a su vez, se hace carne a través de la huella imborrable del tristemente malogrado MF DOOM, cuyo eco es cada vez más reconocible en las entrañas donde se cuecen los significantes que constituyen la gramática adoptada en discos como el aquí presente.

Dicha realidad aflora en todo momento por medio de una concepción altamente impresionista de la expresión hip hop, tal como sucede en la hipnosis inducida por “God Laughs”. En otra, como “Titanic”, las bases flotan en un segundo plano emborronado, mientras él dispara descripciones afiladas, en las que muestra su cada vez más depurada capacidad de dibujar imágenes de gran poder evocador.

En todo momento, la lírica de Sweatshirt fluye reposada, reflexiva y envuelta en un halo de experiencia vital que expresa esperanza para el futuro. La misma que hace de este artefacto el más optimista de sus trabajos discográficos, pero también uno donde la luz proviene de las ruinas emocionales devastadas en la espiral de claroscuros que siempre ha marcado la lucha interior del músico. La misma que Thebe Neruda Kgositsile lleva librando contra su pasado y traumas familiares desde el mismo día que arrancó su carrera en solitario como el miembro más brillante del colectivo Odd Future (con permiso de Tyler, The Creator). Hecho que, una vez más, ha vuelto a certificar por medio de esta nueva demostración de autenticidad insobornable. ∎

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