King Hannah parecen haber salido renacidos de sus conciertos de presentación de “I’m Not Sorry, I Was Just Being Me” (2022), aquel revelador debut de indie rock moroso y misterioso. En el esperado “Big Swimmer” todavía mantienen una cierta distancia irónica, juguetona, pero las guitarras de Craig Whittle pueden sonar más desatadas y la voz y las letras de Hannah Merrick pueden optar más a menudo por la emoción sincera.

No parece haber sarcasmo alguno en el tema inicial, el que da título al disco, uno de los dos en los que participa su fan declarada Sharon Van Etten. El mensaje es claro: hay que nadar sin cesar, nadar sin miedo, lanzarse de cabeza a por lo que deseas. Merrick emite su discurso inspirador con tono cálido de cantautora de los setenta, de Joni Mitchell en concreto, antes de que entre la electricidad para forrarlo todo de The Velvet Underground. Casi cerrando un círculo, SVE vuelve a unirse a la pareja en un penúltimo tema, “This Wasn’t Intentional”, bajo la aparente inspiración de las soledades en resort turco de “Aftersun” (Charlotte Wells, 2022).

Sea como sea, “Big Swimmer” se desarrolla sobre todo en los paisajes visitados por el dúo durante su primera gira estadounidense. Según se informa en hoja de prensa, “Milk Boy (I Love You)” nace de haber visto una pelea entre un joven y un hombre cerca de la famosa sala MilkBoy de Filadelfia. El título de “New York, Let’s Do Nothing” habla por sí solo: es el recuento de una jornada muy libre en la gran, gran ciudad. Menos explícita en cuanto a su geografía es “Somewhere Near El Paso”, evocación de imágenes cruentas observadas en el desierto tejano, entre ellas unas sábanas de motel manchadas de sangre.