Michael Stewart Foley es un reconocido historiador de la cultura política estadounidense. Este texto es su octava obra, sea como autor o editor. El libro es un ensayo notable y, por momentos, espléndido, que analiza el sustrato político de un nombre significativo de la música popular de Estados Unidos. Johnny Cash (1932-2003) nació en Kingsland y creció en Dyess, esta última situada en una esquina del estado de Arkansas que bordea con el Misisipi. Lugares entonces anclados en la pobreza, que todavía seguían en el siglo XIX cultural, social y económicamente.
El autor se enfrenta a un reto importante por la controvertida imagen del compositor y cantante, figura capital del country, con ciertos anclajes en el rock y también actor, que siempre contó con la admiración de Elvis Presley y Bob Dylan. El escritor de Boston sintetiza la vasta literatura existente sobre Cash con contundencia. “En Estados Unidos, los discos de Cash superaban en ventas a los de The Beatles, y sus andanzas fueron recogidas en un documental, cinco biografías de amplísima difusión e innumerables reseñas en revistas. Parecía tan presente en la vida del país como el monumento a Lincoln”. Sin embargo, su ideario supone un arduo enigma: conservador o liberal, republicano o demócrata, halcón o paloma. El autor explora el desarrollo compositivo y las percepciones sociales de Cash desde los lejanos años cincuenta –en el sello Sun Records de Sam Phillips– hasta sus últimas grabaciones, la serie “American Recordings” con el productor Rick Rubin desde mediados de los noventa hasta su fallecimiento. Las hipótesis que se presentan en “Ciudadano Cash. El compromiso político (y social) de Johnny Cash” (“Citizen Cash. The Political Life And Times Of Johnny Cash”, 2021; Liburuak, 2023; traducción de Diego Galar Irurre) son dos: la relevancia cultural del músico y la empatía que crean sus opiniones.
A finales de los sesenta, la figura poliédrica de Cash entró con una fuerza inusitada en el corazón y en el pensamiento de ese inmenso y anónimo segmento social conocido como “mayoría silenciosa”. Un buen día, el autor de “Blood, Sweat And Tears” (1963) –que, según Foley, “se les escapó a los segregacionistas”– se planta en un par de cárceles para mostrar su identificación cognitiva y afectiva con los reclusos. Cash firma dos cumbres sonoras al respecto, como son “At Folsom Prison” (1968) y “At San Quentin” (1969). El historiador lo califica como “un hombre con un altavoz” y afirma que su aliento político “llegó en gran medida por sí solo, no gracias a los incentivos de la izquierda cultural que asociamos con los años treinta y años posteriores. Nada le influyó tanto como las grabaciones de campo de John y Alan Lomax. Esas grabaciones, especialmente ‘Blues In The Mississippi Night’ y ‘Southern Folk Heritage Series’, que capturaron no solo las voces de cantantes como Big Bill Broonzy y Vera Hall, sino también los sonidos de fondo de la vida carcelaria, los campamentos de diques, los pantanos cajún y los campesinos de los Apalaches”.
En medio del fulgor del éxito, le ofrecen un programa en televisión. Gracias a ello, Johnny Cash, que se muestra habitualmente vestido de negro en homenaje a los desfavorecidos, fortalece la huella de su mensaje. “La audiencia, que lo seguía masivamente frente al televisor desde la sala de estar de sus hogares, necesitaba con desesperación encontrar voces confiables y una autoridad moral más confiable todavía”. Para el ensayista, la raíz de su éxito descansa en los archivos disponibles de ‘The Johnny Cash Show’, de ABC –todavía hoy es la cadena familiar por antonomasia en Estados Unidos–, emitidos entre 1969 y 1971. A lo largo de 58 episodios, Foley considera que Cash traspasa los límites del conservadurismo al invitar a figuras afronorteamericanas y nativas como Odetta y Buffy Sainte-Marie, ofreciéndoles visibilidad.
Dado el contexto de la época, debido a la Guerra de Vietnam, la lucha por los derechos civiles, la pobreza, el consumo acelerado de drogas y una pulsión intensa en las universidades como focos permanentes de conflicto social, el país parecía abocado a partirse en dos. Johnny Cash “llegó a sus posiciones políticas basándose en su experiencia personal, a menudo guiado por sus propias respuestas emocionales y viscerales a los problemas”, se afirma en el libro. Asimismo, el narrador advierte que “en canciones como ‘Man In Black’ y ‘Singin’ In Vietnam Talkin’ Blues’, Cash rechaza cualquier asociación con la mayoría silenciosa”.
El escritor hace uso de las reiteraciones para fijar su tesis, cosa que puede ralentizar la lectura. Además, sorprende y mucho la supresión del índice de canciones y álbumes y del índice analítico en la edición en castellano. Todo ello no resta interés a “Ciudadano Cash”. En clave de ensayo, Michael Stewart Foley combina biografía, análisis cultural e historia de la música para indagar en las ideas políticas y sociales de un personaje tan singular, a fin de entender cómo Johnny Cash entretejió su ideología en el ecosistema de su repertorio. ∎
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