Mi afición estos últimos días, sin embargo, ha sido imaginar la cara que se les queda a los fans representados en el meme de más arriba cuando se ven en la obligación de asimilar que probablemente nunca tengan un nuevo disco de Rihanna… pero que los asistentes a la boda del hijo de uno de los hombres más ricos de la India pudieron gozarlo con un concierto de la artista para ellos solitos.
La cosa ha ido tal que así: el hijo del billonario Mukesh Ambani se casaba y su padre decidió celebrarlo con un fiestón de preboda (y, ojo, que esto es muy fuerte: ¡es que no era ni la boda!, ¡tan solo era la antesala!) al que invitó a gente de bien como Bill Gates, Ivanka Trump o Mark Zuckerberg. Lo que, en nuestro idioma (es decir: el idioma de los pobres), significa que dejó caer un poco de calderilla para que los yanquis cogieran un vuelo y vistieran la ropa tradicional india. A algunos les quedaba mejor… Y luego estaba Zuckerberg, que parecía el androide Data de “Star Trek” visitando un planeta exótico en el que lo obligan a vestir con el traje regional.
No contento con captar a todos estos invitados de relumbrón, Ambani también contrató un par de actuaciones para animar el cotarro: la del mago David Blaine… y la de Rihanna, que ofreció un concierto exclusivo para los asistentes. Por cierto, si te suena toda esta movida, es precisamente porque estamos hablando del mismo señor indio que contrató a Beyoncé para la preboda de su hija. ¿Cómo te hace sentir este pedacito de información? Probablemente, como describe este tuit: “Imagine being so rich that you get Beyoncé to perform at your daughter’s wedding and Rihanna to perform at your son’s”. Un sentimiento de perplejidad y FOMO irresoluble que va a empeorar cuando veas algunos vídeos que se han filtrado de la actuación como este, este otro o este último. Y, si todavía no te sientes como el pobre diablo que eres, no te preocupes, porque lo único que tienes que hacer es ver este clip de Rihanna pasándolo pirata en la fiesta a la que nunca te habrían invitado.
De la misma forma en que ocurre una desgracia y todos acudimos a la televisión para hacer su seguimiento en vivo, las redes también tienen eventos que obsesionan a todo el mundo y que nos obligan a acudir a ellas cada cierto ratito para ver cómo ha evolucionado la cosa. El último evento/obsesión a este respecto ha sido la “Willy Wonka Experience”: una experiencia inmersiva para niños que se celebró el pasado fin de semana en Glasgow. Lo interesante aquí es que los organizadores utilizaron la IA para generar unos carteles de fantasía que, a la hora de la verdad, poco tenían que ver con el desangelado recinto que se encontraron los asistentes. Y, cuando digo “desangelado”, me refiero a este nivel de “desangelado”, lo que ha hecho que muchos sean los que recuerden inmediatamente este icónico corte de “Bob Esponja”. Otros han llevado la obsesión hasta el punto de recrear la experiencia en realidad virtual.
La cuestión es que, desde que se filtra en redes que los asistentes a la “Willy Wonka Experience” estaban publicando reacciones airadas y que incluso había quien amenazaba con llamar a la policía, cada vez que volvías a Twitter/X te encontrabas con una nueva información al respecto que te hacía explotar la cabeza. Sorprendió descubrir, por ejemplo, que el guion de la experiencia (no tan) inmersiva también había sido creado con IA y que incluía personajes desconocidos que hicieron volar inmediatamente la imaginación de todos. The Unknown, por ejemplo, era “un chocolatero malvado que vivía detrás de las paredes” y que, probablemente, fuera lo más inmersivo de la experiencia, ya que incluso hacía llorar a los pobres críos pese a tener unas pintas que parecían salidas de un capítulo de relleno de “Power Rangers”. Aunque la protagonista definitiva fue la Oompa Loompa hasta el coño que entregaba a los niños una bolsa con chucherías (tan escasas que, en cierto momento, parece ser que incluían un total de una unidad de chuchería por asistente) y que parecía estar cocinando metanfetamina en un laboratorio casero. La gente no ha tardado en nominarla como “Person of the Year” porque, al fin y al cabo, hay que admitir que “Todos somos la oompa loompa deprimida en esta Willy Wonka Experience que es la vida”.
Todo vuelve de forma cíclica cada cierto tiempo: los pantalones de campana, las riñoneras, Bad Gyal… Y, claro, también los intentos de cancelar a Samantha Hudson. Esta vez, el motivo ha sido que Doritos se ha echado atrás después de elegirla como embajadora de marca poniendo como excusa ciertos tuits inapropiados que, al fin y al cabo, son los mismos tuits de 2015 que cada cierto tiempo descubre un cenutrio de la fachosfera y que le sirve para llamar de nuevo al boicot contra ella. Por mucho que Hudson haya sido la primera en pedir disculpas por estas palabras de hace casi diez años en las que se le fue la mano con la actitud punki.
Llegados a este punto, un consejo te voy a dar: no busques a Samantha Hudson ahora mismo en Twitter/X porque, básicamente, lo que vas a encontrar son cientos de mensajes homófobos y tránsfobos que te harán pensar que seguimos viviendo en la Era de las Cavernas. Lo que ha llevado a los más avispados a dejar caer lo fuerte que es esta perruna cíclica que tiene el facherío contra Samantha Hudson llamándola pederasta cuando basta abrir las noticias para encontrarse con titulares actuales como “La Iglesia ya reconoce más de 1.000 casos de pederastia tras años de negación del escándalo”. Por no contar con que a Samantha hay que cancelarla por estos comentarios prescritos, pero, oye, superguay mantener a TheGrefg como embajador de Doritos pese a su polémica de haber intentado desahuciar a una anciana de 80 años.
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