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TOP 2023

2023/ Discos internacionales

Bulevares para la eternidad

California soñada y hedonismo en el club, chicas-genio y resistencia queer, duelos y hip hop líquido, folk regio e indie pata negra, alma, ruido y experiencias no etiquetables... Caleidoscopio multicolor en el resumen de nuestros discos internacionales favoritos de 2023.

22. 12. 2023

Bajo

Suscripción

50

Nation Of Language

Strange Disciple > [PIAS] Ibero América

Un disco que empieza con “Weak In Your Light” no solo no puede ser malo, apunta a algo serio. A continuación sitúan el otro gran gancho previo, “Sole Obsession”. Supongo que cerrar el disco a la altura de su arranque era pedir demasiado. Al final no es en absoluto mal balance: buen disco, no del todo bien secuenciado, pero con al menos cuatro canciones de altos vuelos, reflejo de grupo preparado para asaltar salas, festivales, pods, medios y playlists de medio mundo. Carles Novellas

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49

André 3000

New Blue Sun > Epic-Sony

La flauta es la base y el génesis de “New Blue Sun”, álbum instrumental de 87 minutos dividido en ocho secciones. A lo largo de ellos, se suceden pasajes instrumentales a medio camino entre el jazz vanguardista, el ambient, la psicodelia y la música new age. Cualquier conato de canción tradicional queda eliminado en favor de segmentos circulares comandados por los instrumentos de viento. Un trabajo anti-TikTok, contracultural hasta el límite en la era de la playlist. Nacho Ruiz

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48

aja monet

when the poems do what they do > metaphor mermaid-Popstock!

Es un manifiesto artístico, poético y político y un relato universal de las consecuencias de las diásporas. Es un canto feminista, una loa a la cultura afroamericana y una reafirmación del poder del pueblo unido en contra de las tiranías y las explotaciones. Y también es un excelente trabajo de spoken word conducido por raíles de jazz espiritual. Finalmente, el disco encuentra esperanza en el amor como ese vínculo universal e invisible que nos ata a todos de forma inevitable. Diego Rubio

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47

Joanna Sternberg

I’ve Got Me > Fat Possum

Las composiciones de Joanna son como pequeñas canciones dibujadas. Su voz, a veces un poco Karen Dalton, otras un poco Daniel Johnston, acompaña a las ilustraciones de sus videoclips, que hay que pausar para fijarse en sus detalles. Durante todo el disco te lleva por subidas y bajadas en los que alterna piano y guitarra con la misma soltura. Acaba “The Song”, acaba el disco y te quedas medio huérfana. Piensas en cuánto hace que no escuchas a alguien con un talento como el de Joanna. Alba Molleda

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46

Blonde Redhead

Sit Down For Dinner > section1-Popstock!

Hay que sentarse a escucharlo con atención y concentración, igual que hay que sentarse a la mesa a comer, como parece exhortar el grupo desde el título. En un mundo que impele a la fugacidad, es necesario bajar el ritmo. Ellos se tomaron su tiempo: más de cinco años de trabajo a caballo entre Nueva York e Italia. Han tenido tiempo para encontrar otro puñado de canciones mágicas, solo aparentemente tersas, en las que elementos generalmente delicados confluyen de maneras poderosas. Juan Manuel Freire

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45

yeule

softscars > Ninja Tune-[PIAS] Ibero América

El alt-rock de los noventa parece marcar “softscars”, del mismo modo que ha propulsado los últimos discos de Soccer Mommy o beabadoobee. Sin dejar de sonar cyberpunk, se deja influir por aquellos grupos de los que hizo versiones en una banda cuando era joven. Ese intento de mostrarse sin miedo al oyente se traduce también en letras de pura catarsis. En la portada todavía aparece como criatura fantástica, pero yeule parece estar empezando a aceptar la vida en este mundo. Juan Manuel Freire

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44

Slowdive

everything is alive > Dead Oceans-Popstock!

Como si el tiempo se hubiera detenido en algún momento de la década de los noventa, su sonido permanece fiel a la estética shoegaze que ha marcado su trayectoria desde el principio. Si hay un rasgo que caracteriza este nuevo disco, es un mayor uso de la electrónica, utilizada siempre en pro de su eterna búsqueda de la emoción. El grupo ha preferido continuar fiel al estilo que ha marcado su carrera en lugar de aventurarse a explorar nuevas vías de expresión. JuanP Holguera

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43

Zach Bryan

Zach Bryan > Belting Bronco-Warner

Es buenísimo en lo suyo. Para resumir, le da al country. Un country a lo heartland rock, con mucha proteína de hooks y singalongs que él compensa, para no pasarse de música a tope de cardio, con unas baladas bien sentidas. Aquí no hay ni trampa ni cartón. Solo un señor LP. Es un lago desbordándose cuya corriente, sus canciones, van empapando de old school country este mundo moderno nuestro. Es cierto que le tira darse un atracón de drama, pero no lo hace siendo autocomplaciente. Miguel Martínez

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42

Jolie Holland

Haunted Mountain > Cinquefoil

La espera ha valido la pena: “Haunted Mountain” reafirma a la firmante de “Springtime Can Kill You” (2006) como una rara avis entre las cantautoras de las últimas décadas, capaz de invocar lo mejor de Lucinda Williams, Norah Jones, Rickie Lee Jones o el Tom Waits cubista. Jolie Holland, lenta y segura, es una de las grandes, aunque su target público esté muy por debajo de lo que su talento merece: suban a la cumbre de esta Montaña Embrujada y verán recompensado el esfuerzo. Juan Cervera

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41

Evian Christ

Revanchist > Warp-Music As Usual

Un debut de madurez que lo sitúa en la historia escrita de la música de club contemporánea, uno de los mejores álbumes de electrónica de 2023 y una referencia fundamental ya para entender el revival que ha vivido el trance durante los últimos diez años. De todo ello es testigo canónico “Revanchist” al abrigo de la noche. Bienvenidos a la rave del fin del mundo, la que recibe no a la luz del sol sino al crisol primigenio brillando con más colores de los que son procesables en el cielo. Diego Rubio

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40

Wednesday

Rat Saw God > Dead Oceans-Popstock!

¿Country-punk? ¿Grunge meets americana? ¿Rock sureño para centennials? Nada de eso. Simplemente Wednesday, quinteto de Carolina del Norte saliendo de órbita con su mejor disco hasta la fecha, y dejando bien claro que lo de andarse por las ramas es cosa del pasado. Un catálogo de himnos contrahechos, canciones de atractivo extraño, de los que cuesta horrores despegarse. Si alguien rodase una versión menos sobrenatural y más inquietante de “Yellowjackets” sería la mejor banda sonora posible. David Morán

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39

Beverly Glenn-Copeland

The Ones Ahead > Transgressive-[PIAS] Ibero América

Su mezcla de folk, jazz, blues, música clásica e indagaciones africanas permanece inalterable en este álbum, con su imponente voz de soprano como hilo conductor. Joni Mitchell, Nina Simone y Tim Buckley pueden salir a la superficie mientras se surfea sobre las composiciones, salpicaduras de genios que refuerzan la singularidad de una propuesta que hinca sus raíces en las tradiciones negras y se nutre de otras influencias para ensamblar una obra cuyo eco llega hasta nuestros días. Juan Cervera

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38

Mandy, Indiana

I’ve Seen A Way > Fire Talk

Para los que aún creemos en el rock como vehículo de transformación y agitación sonora, discos como el debut del cuarteto de Mánchester es oro puro. Van un paso más allá en actitud y osadía para explorar y cruzar géneros disonantes y malsanos –¿acaso eso no es la escuela de The Velvet Underground o Sonic Youth?– que podrían circunscribirse a algo entre noise, post-punk, electrónica y dance industrial sin detenerse en ninguno, porque su ánimo es alterar y alterarlos. Javier Corral “Jerry”

37

Overmono

Good Lies > XL-Popstock!

Muchas personas apuntan a Overmono como la próxima gran novedad en la música dance británica y en “Good Lies” se puede intuir el porqué. Es 2-step para estadios, como los U2, si el lector prefiere, imitando a los Buzzcocks del UK garage de 2000: más épico en alcance y ambición, y más apetecible, si no exactamente mejor. Pero, a pesar de lo grande que es la música de Overmono, nunca usan el volumen como un escudo detrás del cual esconderse o como una forma de enmascarar sus defectos. Ben Cardew

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36

Squid

O Monolith > Warp-Music As Usual

De nuevo un disco repleto de estructuras extrañas, texturas inquietas y cambios imprevistos. Squid no defraudan, conservando toda su capacidad para sorprender y convencer. Quizá menos de conmover, pero están en ello. Lo que hacen es jugar al caos y a la reconstrucción. Un trabajo que crece, se amplifica y se resiste al agotamiento a medida que lo escuchas. Veremos si lo del proyecto es el ancho océano o la remontada de un río cada vez más laberíntico y rocoso. Me da que lo primero. José Manuel Caturla

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35

MIKE

Burning Desire > 10k

MIKE sigue difuminando sonidos y géneros. Hip hop, avant-jazz, soul… Lo mismo da. En “should be!” nos abandona en un ambient pop hipnótico y fantasmal. La búsqueda del mood como prioridad absoluta. Y un beat sinfónico eleva, con sus violines agonizantes, “plz don’t cut my wings”. Otra joya a añadir a la relación artística de MIKE y Earl Sweatshirt. La línea entre discípulo y mentor empieza a disolverse. El tiempo dirá si “Burning Desire” termina alcanzando la categoría de clásico contemporáneo. Anton Casas

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34

Oneohtrix Point Never

Again > Warp-Music As Usual

Si “Magic Oneohtrix Point Never” (2020) tomó como fuente la música de radiofórmula que lo rodeaba siendo niño y “Garden Of Delete” (2015) sondeó el impacto que tuvieron en él bandas como Korn o Deftones en plena eclosión hormonal, “Again” lo devuelve a la edad del descubrimiento, cuando comenzó a hacerse adulto y empezó a cimentar lo que sería Oneohtrix Point Never a través de su fascinación por la música experimental del cambio de siglo. Congrega todas las vidas pasadas de Oneohtrix Point Never. Juan Monge

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33

Ryuichi Sakamoto

12 > KAB-Milan-Sony

¿Cómo se concibe, registra y edita un disco durante una fase en la que tu cuerpo está sometido a la quimio, la radioterapia u otras formas de combatir el cáncer? Siempre reflexivo, Sakamoto ideó “12” en forma de lucha, catarsis y despedida. Es un disco cronológico, un diario personal con anotaciones musicales que se prolonga durante un año. Cierra el álbum de la mejor manera: una miniatura con el sonido de unas campanillas mecidas por el viento, o el discurrir sencillo de la existencia. Quim Casas

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32

Olivia Rodrigo

GUTS > Geffen-Universal

Un salto de gigante que destruye cualquier idea preconcebida o prejuicio que se pudiera tener sobre la californiana. El gran hallazgo está en lo musical. Rodrigo tiene 20 años, pero a tenor de las influencias que se aprecian aquí, su cultura musical es vastísima y atemporal. En las doce canciones se cuelan ecos de Blondie, Hole, Weezer, Avril Lavigne, Taylor Swift y Lorde, Courtney Barnett, Alanis Morissette, Fiona Apple y muchos otros. Olivia no es la estrella adolescente que te imaginas. Nacho Ruiz

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31

Fever Ray

Radical Romantics > Rabid-[PIAS] Ibero América

Todas las caras, todos los ámbitos de Karin Dreijer se dan cita en “Radical Romantics”, un tercer álbum bajo el alias Fever Ray que tiene mucho de reunión de The Knife, y en el que encontramos no solo piezas bailables, sino también guiños a su synthpop taciturno de hace década y media o alguna ventana a sus modos de composición más experimentales y teóricos. Lo que queda es, finalmente, la mejor panorámica hasta la fecha de las incontables posibilidades de Fever Ray. Juan Manuel Freire

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30

bar italia

Tracey Denim > Matador-Popstock!

Entre el manual de estilo slacker, la recuperación del espíritu C86 y algunas gotitas de post-punk imberbe, se erige como un magnífico ejemplo del espíritu de los dosmiles en su logrado intento por mirar de frente el espectro de eso que conocimos como indie pop y reanimarlo agrupando sus jirones en canciones breves. Entre el bajón de los textos y la pátina sombría que recubre casi todas las canciones, es la perfecta banda sonora para testar el estado del pop independiente en 2023. Juan Cervera

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29

JPEGMAFIA & Danny Brown

SCARING THE HOES > Peggy-AWAL

Tiene el elemento que le faltó a “Atrocity Exhibition” (2016): además de llegar en un momento en que el público hip hop es más receptivo a este tipo de ejercicios creativos, cuenta con la presencia de JPEGMAFIA como contrapunto generador de distorsiones y, en definitiva, liberador y pararrayos de la rareza y singularidad. Lo mejor del disco es que logra encontrar un punto dulce entre lo conceptual, lo avant-garde y lo singular y a la vez es un proyecto que se puede disfrutar de forma naíf. Al Sobrino

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28

Romy

Mid Air > Young-Popstock!

Cada vez más lejos del monocromatismo gótico con que se presentó en sociedad, Romy quiere ahora (re)presentarse a todo color. Ha contado con la ayuda de expertos productores como Fred again.., Stuart Price, Koreless o Avalon Emerson, talentos muy variados que no imponen su personalidad. Hay una visión clara, precisa, detallista y minuciosa, y es la de Romy Madley-Croft, siempre convincente en su más o menos nueva encarnación como (vulnerable) sacerdotisa hedonista. Juan Manuel Freire

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27

Tirzah

trip9love...??? > Domino-Music As Usual

Tiene más pinta de mixtape que de LP. Querían que sonara como una sola canción larga y han ideado un beat que se repite prácticamente a lo largo de treinta minutos. Los tres primeros cortes son prácticamente indistinguibles entre ellos; luego, eliminan el beat momentáneamente para hacerlo reaparecer de nuevo y guiar la voz y las palabras de Tirzah casi hasta el final. Ese ritmo, algo así como un medio tempo breakbeat de influencia trap, aporta al disco un tono obsesivo y urgente. Carles Novellas

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26

Ghost Train Orchestra And Kronos Quartet

Songs And Symphoniques. The Music Of Moondog > Cantaloupe

De la obra de Louis Hardin (1916-1999) solo se conoce una pequeña fracción y abarca un amplio espectro. Los míticos Kronos Quartet y Ghost Train Orchestra han sabido seleccionar un puñado de piezas, algunas de las mejores y no siempre las más obvias, reinterpretándolas con lealtad a su espíritu original pero dotándolas de nuevos colores: big band, jazz, rock, folk... Una gran producción que otorga renovado brillo a la obra de Moondog. José Manuel Caturla

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25

Water From Your Eyes

Everyone’s Crushed > Matador-Popstock!

“Everyone’s Crushed” suena más matemático y complejo que melódico y pegadizo, lo que no significa que su música no sea accesible. Para entendernos: no a la manera “seria” del math rock, sino a su propio modo lúdico (que no festivo). Es el tipo de grupo que, por mucha música distinta que hayas digerido o asimilado, consigue ofrecerte sonidos que quizá no hayas escuchado antes. Y “Everyone’s Crushed” suena como si unos niños pequeños hicieran música con piezas de Lego y utensilios de cocina. Jesús Rodríguez Lenin

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24

Model/Actriz

Dogsbody > True Panther Sounds

El cuarteto de Brooklyn ha amasado en “Dogsbody” un cóctel de excitante y sudoroso electro-rock que parece una referencia perdida de los buenos (¡ay!) tiempos del catálago de DFA. Aquí hay, sí, trazas del ADN de The Rapture o !!!, de ese dance-rock que reinó hace años pero que el cuarteto norteamericano reformula con una frescura que atrapa desde la primera escucha. Model/Actriz lo tiene, aunque sea difícil de expresar con palabras y sus referencias sean más que evidentes. Juan Cervera

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23

Arthur Russell

Picture Of Bunny Rabbit > Audika-Rough Trade-Popstock!

Resulta casi imposible escuchar este nuevo disco de inéditos de Arthur Russell (1951-1992) y no hacerse la pregunta: “¿Dónde diablos estaban todas estas joyas hasta ahora?”. Y, a renglón seguido, hacerse otra: “¿Por qué han tardado tanto en sacarlas de la oscuridad?”. Estamos probablemente ante el último grupo importante de canciones que quedaban en los archivos. Ignoro la respuesta al enigma, pero una vez que ya “están aquí”, la verdad es que da igual. Solo queda celebrarlo. Carles Novellas

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22

Arooj Aftab / Vijay Iyer / Shahzad Ismaily

Love In Exile > Verve-Universal

“Love In Exile” concreta un trabajo colaborativo en el que cada cuota se antoja primordial: la sobrecogedora voz de Arooj Aftab transmitiendo ese gesto de magnética melancolía, las precisas intervenciones de Iyer al piano acústico o Fender Rhodes, y finalmente la volátil sutileza de bajo y sintetizadores de Ismaily. Un círculo que se cierra para discurrir sobre dilatadas texturas y minimalistas paisajes huyendo de urgencias. Salvador Catalán

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21

Yaeji

With A Hammer > XL-Popstock!

Muy bien secuenciado, arranca con la aérea “Submerge FM”. Su mensaje sobre la universalidad de la experiencia humana encuentra después continuación en el delicioso electro-pop de “Done (Let’s Get It)”. Es un hit, pero menos que “For Granted”, que nos hace recordar a la mejor Grimes. Casi cada tema es un mundo musical aparte, una pequeña revelación. También Nourished By Time o Loraine James echan una mano a Yaeji en este disco personal pero nada individualista. Juan Manuel Freire

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20

Mitski

The Land Is Inhospitable And So Are We > Dead Oceans-Popstock!

Ha abrazado los sonidos del country y la americana y los ha llevado a su terreno, el de la canción indie de autor. Si destaca por algo desde su primera escucha, es porque es mucho menos pop de lo que cabría esperar. Es un disco con altibajos, pero un buen disco. Supone un acercamiento interesante a una nueva sonoridad. Es un movimiento inteligente, y también necesario en este punto de su carrera. Queda por saber si se trata de un acercamiento puntual o un punto de inflexión. JuanP Holguera

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19

Noname

Sundial > Awal

Noname ha logrado algo curioso: hacer un disco de inmadurez –imposible desgajarlo de las polémicas en torno a su lanzamiento generadas por ella misma– lleno de contradicciones que, sin embargo, o gracias a ello, ha terminado resonando más que sus trabajos anteriores, mejores pero menos confrontacionales. Con su lucidez de poetry slam y su desinhibición de kamikaze, suavizada siempre por las bases jazzísticas, la rapera señala lo que muchos ven pero solo ella se atreve a cuestionar. Anton Casas

18

Róisín Murphy

Hit Parade > Ninja Tune-[PIAS] Ibero América

Es lo que su nombre promete, porque apenas hay desecho en sus 58 minutos. Se nota la mano de Mad Professor en “What Not To Do” y “You Knew”. Los avances en forma de single ya pronosticaban triunfo: las deliciosas “CooCool” y “Fader” juegan con coros y vientos prestados de la tradición soul en un marco contemporáneo. Aunque si buscáis un clásico instantáneo, quedaos con “Free Will”, gloriosa orgía de cuerdas deudoras de la mejor tradición disco music. Un desfile de hits en potencia. Carlos Pérez de Ziriza

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17

Matana Roberts

“Coin Coin Chapter Five: In The Garden” > Constellation-Popstock!

Es un desafío, no una provocación. Ayudada por un grupo de la máxima excelencia, Roberts violenta una realidad en que todavía se otorga protagonismo al oxidado racismo y machismo de, por ejemplo, el fundador de la revista ‘Rolling Stone’. Roberts (y otras: Moor Mother, Elaine Mitchener…) no solo está a la máxima altura artística e intelectual, sino que brilla con una obra mayúscula: una serie de discos que figurarán en lo más alto del jazz del siglo. Jaime Casas

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16

Amaarae

Fountain Baby > Golden Angel-Interscope-Universal

La fuente a la que alude el título del disco está entre sus piernas. Lejos de sonar soez, en el tono alto y arenoso de su voz de soprano, esta fiesta lasciva es como una flor que desprende una fragancia dulzona al abrirse en mitad de la noche. El agua es un símbolo de vida y de abundancia y para ella el deseo se confunde a menudo con la riqueza y la ostentación. “Fountain Baby” combina el pulso trepidante de la amalgama afrobeats con la delicadeza de las cuerdas, el arpa o el koto japonés. Juan Monge

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15

L’Rain

I Killed Your Dog > Mexican Summer-Popstock!

El propio equilibrio del álbum bascula entre el pop con mayúsculas y algo mucho más radical. L’Rain abraza el caos en forma de algarabías instrumentales, cambios modales, secciones fuera de tono y una estructura definitivamente fragmentada. Poniéndose en duda a sí misma para tratar de componerse y, en cierto modo, empoderarse. Ha asesinado a la mujer que era, sometida como un perro a los designios de su amo y negando los consejos de los que la rodean, y está lista para renacer. Diego Rubio

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14

Kelela

Raven > Warp-Music As Usual

Si “Take Me Apart” (2017) lograba un punto de fusión entre el canon R&B y los sonidos mutantes, “Raven” se disocia en dos polos opuestos: por un lado, está el pulso incesante de la música de club; por otro, la amplitud y el sosiego del ambient. Que Kelela haya elegido identificarse con un animal como el cuervo es en sí una metáfora de lo que pretende lograr con este álbum y con su posicionamiento como artista. “Raven” es un triunfo absoluto desde ese y cualquier otro punto de vista. Juan Monge

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13

Lonnie Holley

Oh Me Oh My > Jagjaguwar-Popstock!

Para este nuevo trabajo han acudido a la llamada de Lonnie Holley luminarias como Michael Stipe, Bon Iver, Sharon Van Etten, Moor Mother, Jeff Parker y Rokia Koné, algo indicativo del magnetismo de un artista que desfigura cualquier molde. Descendiente de esclavos, la pobreza y el racismo vividos en el sur norteamericano son los ejes centrales de “Oh Me Oh My”, su álbum más “musical” y accesible, para el que ha contado con la producción y la coescritura de Jacknife Lee. Lee provee unos fondos sonoros que excavan por igual en el ambient y en el soul, en el funk o en el free jazz. “Oh Me Oh My” rebosa compasión y esperanza. Y lo hace en partituras que se agarran a la tradición sin caer jamás en el pastiche. Hay ecos de góspel (“Kindness Will Follow Your Tears”, con Bon Iver), funk carnoso (“Earth Will Be There”, con una de las dos apariciones de Moor Mother), ambient-soul (“None Of Us Have But A Little While” y la titular con Stipe), minimalismo a lo Laurie Anderson (“Future Children”), el jazz libre de “Mount Meigs” y la reverencia panafricanista (“If We Get Lost They Will Find Us” con Rokia Koné). “Oh Me Oh My” nos invita a la reflexión sobre el significado de “humanidad”. Juan Cervera

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12

PJ Harvey

I Inside The Old Year Dying > Partisan-[PIAS] Ibero América

El décimo álbum de PJ Harvey empezó a bocetarse durante la pandemia y fue grabado con equipo viejo, con la búsqueda de nuevas sensaciones interpretativas como máxima. Crudo, espectral y a menudo exigente, supone un cambio radical en el enfoque de la cantautora inglesa tras el historicismo del difícilmente superable “Let England Shake” (2011) y el reporterismo contemporáneo de “The Hope Six Demolition Project” (2016). La regla estilística es folk, con predominio de lo atmosférico y lo repetitivo: patrones de ritmo en sinfín, loops, emulsiones de feedback, grabaciones de campo, parcos riffs de guitarra y una política de arreglos bajo mínimos. Esa apuesta por la concreción no impide que cada nueva escucha nos ayude a desentrañar la riqueza y claridad de ideas que encierra esta obra. Un trabajo modulado por la extraordinaria interpretación vocal de Harvey, quien recorre su dotadísima tesitura a placer en postales de belleza vehemente o inquietante y nos recuerda que sigue siendo una entre un millón, que solo obedece a su penetrante instinto artístico y que siempre va a merecer la pena acompañarla en el incierto camino hacia un reino creativo que no es de este mundo. César Luquero

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11

Yo La Tengo

This Stupid World > Matador-Popstock!

“This Stupid World” no tiene nada que vender en el mercado de temporada. Yo La Tengo hacen lo que saben hacer, porque es lo que toca. Su unión hace su fuerza y el bagaje de ya casi cuatro décadas les permite presentarse con lo que tienen, sin maquillajes y sabiendo que toda la paleta de sus sonidos y tendencias sigue fresca y brillante. Sin más productor que ellos mismos, juntos en el estudio, dando rienda suelta a su apetencia. Grabado y mezclado en Hoboken. Así que ese acorde encallado y ese galope eléctrico de “Sinatra Drive Breakdown” sigue funcionando como pórtico de infalible estimulación en bucle. Luego no viene la calma, sino el riff exultante de “Fallout”, que con esa apasionada melodía y esos coros recuerda mucho a “Tom Courtenay”. La placidez ya es total en boca de Georgia Hubley, con la deliciosa “Aselestine”. En uno u otro registro, los tres se arreglan con lo que tienen a mano, sus tecladitos, sus guitarras, su batería siempre imaginativa y esencial. Y sin grandes arreglos ni instrumentación, Ira Kaplan, Georgia Hubley y James McNew siguen elaborando canciones y ambientes que van, efectivamente, más allá del tiempo, y son un refugio seguro, para ellos y para todos. Ricardo Aldarondo

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10

Yves Tumor

Praise A Lord Who Chews But Which Does Not Consume; (Or Simply, Hot Between Worlds) > Warp-Music As Usual

Todo lo que usa nos es familiar. Y, sin embargo, “alabado sea el Señor que mastica pero no traga”: su filosofía es la de absorber el alma de lo que se lleva a la boca y devolverlo a su manera, como un fullbringer. En “Lowely Sewer” samplea muy espiritualmente el “One Hundred Years” de The Cure, y con la ayuda de Kidä se acerca a recrear la atmósfera new romantic, pero Robert Smith de repente se parece más a Lenny Kravitz. En “Operator” sale como nunca el Prince que lleva dentro, y en el post-punk de estadios que es “Fear Evil Like Fire” se acerca a los The Killers de “Sawdust” (2007), pero las dos podrían sintonizarse en la emisora de TV On The Radio. Y me niego a pensar que ese “Everyone told me you’re a creep” de “In Spite Of War” no le quiere hacer un guiño a la mente vanguardista de otro de los grandes transgresores del rock, Thom Yorke. O “Meteora Blues” a Linkin Park. Sin poner nada verdaderamente nuevo, por primera vez, sobre la mesa, se siente al fin como la culminación de una gran obra, de la visión que Sean Bowie tenía cuando imaginaba lo que sería Yves Tumor: algo así como el David Bowie y el Prince que ellos mismos “no fueron” en los noventa. Diego Rubio

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09

Lankum

False Lankum > Rough Trade-Popstock!

Es su álbum más ambicioso, como se puede leer en el Bandcamp del grupo. Y no les falta razón: solo hay que escuchar los ocho minutos y pico de su apropiación de “Go Dig My Grave” –de la voz desnuda del inicio a desembocar en unas pátinas de ruido controlado– para sentir que pocas veces esta atávica tragedia de abandono y suicidio, también conocida como “The Butcher Boy”, ha conseguido encapsular todo su magnetismo. Una obra maestra de folk gótico que pone a Lankum en otra liga difícil de definir, pero definitivamente en los salones de los grupos imprescindibles de hoy en día. Fluctuando entre cruces de fiesta y pesadilla –entren en “Master Crowley’s” y en las tres breves “Fugue” intercaladas como interludios– y soberbias cartografías de paz –el cover de “On A Monday Morning” (1966) del británico Cyril Tawney–, “False Lankum” –con su arsenal de órganos, percusión, violines, banjos, pianos, guitarras, gaitas y samples– parece querer sentar en la misma mesa a Harry Smith y a Michael Gira, a Alan Lomax y a Stephen O’Malley, a Christy Moore y a Dylan Carlson. Y lo consigue sin que suene postizo ni forzado: zambúllanse en la final y extensa “The Turn” y hablamos. Juan Cervera

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08

billy woods And Kenny Segal

Maps > Backwoodz Studioz

“Maps” puede dar un paso atrás respecto al cariz experimental de su predecesor, pero es más compacto y al mismo tiempo es capaz de volar más libre. Y parece reunir los sonidos de las dos costas en torno a la idea del viaje. Es esto lo que da sustento conceptual al álbum, pero entendido siempre desde el cansancio, desde el hastío, con woods centrándose en relatar sus contrariedades más que sus bondades y condenando el turismo como uno de los vehículos fundamentales del ultracapitalismo. En “The Layover” se compara con el gastro-show televisivo de Anthony Bourdain, que trataba de mostrar siempre el lado oculto de las comidas locales de distintas partes del mundo. Porque, al final, también de esto va “Maps”: de fumar hierba cojonuda y buen kush, de disfrutar de un sencillo sibaritismo gastronómico y de deleitarse con Picasso, de ser “Matisse without the colours”. De dejarse mover por la curiosidad y no por la obligación, sea del tipo que sea. De las pequeñas cosas. A lo largo de este trayecto, woods demuestra sus mejores virtudes como rapero, dibujando historias panorámicas, corales, descentralizadas, pero también recurriendo a delirios en forma de sucintos collages. Diego Rubio

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07

Jaimie Branch

Fly Or Die Fly Or Die Fly Or Die ((World War)) > International Anthem

Debe ser entendido ahora como una obra póstuma cuya responsabilidad corresponde casi plenamente a Branch (1983-2022). Ensancha unos grados más una visión tan penetrante e imaginativa como inmediata y pasional. Al grito de “Take over the world” y buscando “formas más largas, más modulaciones, más ruido, más canto”, Branch extiende una exuberante paleta instrumental que va desde marimbas o congas a cuerdas, vientos, mbira e incluso juguetes, y la exprime apelando a un orgánico cosmopolitismo empapado de honda conciencia social, naturalista y política. Todo ello liderado por una trompeta tan lírica como punzante y una voz que clama, acusa y aúlla en “burning grey”: “Don’t forget the fight!”. El resultado bien podría referenciar a una leyenda, aún activa, de la dimensión del Art Ensemble Of Chicago desde su mezcla de post-bop, improvisación, dub, hip hop, órgano de cámara, marching band, funk, calipso, cumbia o cadencias del África negra, tomando el groove como motor. Pero Branch no se detiene ahí y también se impulsa en un espíritu punk que ejemplifica la desnuda adaptación del “Comin’ Down” (1994) de la banda de Arizona The Meat Puppets, bautizado aquí como “the mountain”. Salvador Catalán

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06

Sufjan Stevens

Javelin > Asthmatic Kitty-Popstock!

“Javelin” es todos los Sufjan y a la vez es un nuevo Sufjan. Es el Sufjan de siempre, como nunca. Realidad y ficción se confunden, pero da igual. Todo da igual en un “Javelin” dispuesto solo para exaltar el amor y al otro, para sacrificar el ego en favor de los demás. Da igual si está hablando de sí mismo aquí, ni siquiera merece la pena planteárselo. En el fondo es un disco de ruptura, o un collage de rupturas, y en las rupturas es cuando más recurrimos a los que nos rodean. También cuando más conscientes somos de que aunque nos encerremos en nuestros mundos formamos parte de un mundo mucho más grande. Todo viene siempre del fingerpickings del guitalin de Stevens o de sutiles arreglos de piano, como si saliera de lo más profundo, y se va meciendo entre el tono infantil que a veces lo caracteriza y una seriedad dramática. La extrañeza que a veces dejan ver estas composiciones se contrapone con una exquisita sensibilidad pop quizá no inédita en su discografía, pero nunca tan concreta. No deja de ser curioso: el disco más accesible de Sufjan Stevens también es su disco más críptico e indescifrable. Revoluciona, una vez más, la canción de autor. Desde luego inimitable sí es. Diego Rubio

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05

Julie Byrne

The Greater Wings > Ghostly International-Popstock!

La observación minuciosa de la muerte remite al Mount Eerie de “A Crow Looked At Me” (2017). Y en su cualidad de homenaje a un alma gemela que desaparece del mapa para dejarte sin brújula, tiene rastros de “An Overview On Phenomenal Nature” (2021), de Cassandra Jenkins, otra obra maestra ambient folk. Hemos dicho “obra maestra” y no a la ligera. Sabes que un disco que arranca con “The Greater Wings” tiene que serlo. Son tres minutos y medio de frágil contundencia, sin espacio para florituras, sostenidos sobre el fingerpicking más delicado, una melodía vocal que firmaría encantada Tracey Thorn y unas cuerdas y sintetizador empleados con contención impropia de 2023. El luto raramente ha sonado tan bello. Lo trascendental no quita lo pop, y “The Greater Wings” contiene, además de estas maravillas, el hit más claro de Byrne hasta la fecha: “Summer Glass”. E igual pegada tiene “Hope’s Return”. Byrne no desdeña aquí el poder del ruido, como tampoco en la final “Death Is The Diamond”, balada de piano cargada de siseo de cinta y cantada con una rugosidad que hace pensar en la posibilidad de que sea primera toma. Emoción indescriptible hasta el segundo definitivo. Juan Manuel Freire

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04

ANOHNI And The Johnsons

My Back Was A Bridge For You To Cross > Secretly Canadian-Rough Trade-Popstock!

Tras alcanzar el paraíso sintético con “HOPELESSNESS” (2016) –arquitectura sonora a cargo de Oneohtrix Point Never y Hudson Mohawke–, ANOHNI se repliega a espacios más íntimos y recupera a The Johnsons en un disco que, dicen, se ha cocinado bajo el influjo de Nina Simone y del Marvin Gaye de “What’s Going On” (1971). Temáticamente, “It Must Change” también enseña el camino que desplegará el álbum, un compendio narrativo sobre resiliencia y lucha y las posibilidades revolucionarias del amor y la fraternidad ya fijado desde la portada: un retrato de Alvin Baltrop de Marsha P. Johnson, activista mítica de la lucha por los derechos LGBTI+. La autora de “I Am A Bird Now” (2005) reclama, desde el principio, un cambio (social, político, personal) para enfrentarse a las nubes negras que amenazan nuestra existencia. Género, identidad y ecología –tres de los grandes pilares de toda su obra– serpentean por un disco que es capaz de sacar oro incluso de las anécdotas más nimias. El sexto largo de la señora Hagerty es el más cautivador, accesible y espontáneo de su irreprochable trayectoria: medio y mensaje encalados con finura, meticulosidad y arrobas de emoción e intelecto. Sí, hay que cruzar este puente. Juan Cervera

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03

Caroline Polachek

Desire, I Want To Turn Into You > Perpetual Novice

Caroline Polachek, sin duda, habla muy bien de “Desire, I Want To Turn Into You”, su segundo largo bajo su nombre de pila. El álbum, dice, está inspirado en todo, desde la reverberación de los discos italianos de la década de los sesenta hasta el libro de John Berger “Sobre el dibujo” (2005), sin mencionar a Debussy y los “grandes solos de guitarra de Ibiza” (cualesquiera que sean). El disco presenta un tríptico sagrado con Grimes, Dido y drum’n’bass-y-breaks (en “Fly To You”), así como gaitas, un coro de niños y la propia voz entrenada en ópera de Polachek.

Necesitamos este tipo de gran visión en la música pop y Polachek es digna de elogio por la amplitud de miras de su perspectiva. Ciertamente, Polachek en su mejor momento es una excelente artista pop. “Billions”, la canción que cierra el álbum, inspirada en “Surf’s Up” de The Beach Boys, es uno de los mejores temas pop de la década, el coro de niños como una flecha con punta de éxtasis al corazón. El funk idiosincrásico de “Bunny Is A Rider”, la “pequeña canción de verano picante” de Polachek, tiene un bajo retorcido que se encuentra con ritmos inspirados en Timbaland, un gancho silbado y un diseño de sonido meticuloso de Danny L Harle, en un corte que es a la vez minimalista y está lleno de detalles fascinantes. “Welcome To My Island”, por su parte, tiene honestidad emocional, un estribillo que besa el cielo y humor, gracias a un puente spoken word brillantemente malicioso; la combinación de estos tres elementos nos recuerda lo aguda y atípica que puede ser Polachek como compositora.

En otros momentos parece filtrarse un toque de insipidez. Los breakbeats y las influencias del trip hop del disco son interesantes sobre el papel. Pero para cualquiera que recuerde las guerras de trip hop de los noventa temas como “Fly To You” no pueden evitar traer a la mente recuerdos alguna vez reprimidos de Sneaker Pimps y Olive (cuyo exitoso sencillo “You’re Not Alone” se intuye como una referencia notable en “I Believe”). Polachek dice que Massive Attack fue una gran influencia en este álbum y especialmente en “Pretty In Possible”, pero el grupo de Bristol rara vez sonó tan limpio o anémico.

Del mismo modo, el público español puede pensar que la guitarra española en “Sunset” (un tema inspirado en Barcelona) consigue parecerse más, en el contexto dorado, a beber sangría en las Ramblas que a embeberse de las feroces fusiones flamencas de Rosalía, a pesar de un giro vocal brillantemente operístico de Polachek hacia el final de la canción. Polachek incluso se las arregla para convertir el sonido áspero de las gaitas en otra capa de textura ligeramente decepcionante en “Blood And Butter”, su versión bonita, aunque sin sangre, del álbum “Ray Of Light” (1998) de Madonna. La desconexión entre la ambición valiente y la realidad ligeramente beis en estas composiciones es desconcertante, una señal, quizá, de una artista que a veces pierde el sentido de sí misma. ¿Quién es exactamente Caroline Polacheck? “Desire, I Want To Turn Into You” ofrece muchas pistas pero ninguna respuesta definitiva: es mitad un álbum realmente brillante, mitad una síntesis demasiado ordenada de las diversas influencias de Polachek. Con un poco más de la locura de “Bunny Is A Rider”, un toque más del deseo de “Welcome To My Island” y una pizca del abandono de “Billions”, podría haber sido un disco realmente espectacular. Ben Cardew

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02

boygenius

the record > Interscope-Universal

Lo que parecía un encuentro más o menos casual entre Julien Baker, Phoebe Bridgers y Lucy Dacus, el proyecto boygenius –que nos regaló en 2018 el EP “boygenius”, seis canciones en veintidós minutos que dejaba con ganas de más, mucho más– se lo ha tomado con calma, pero el asunto parece que va realmente en serio y, cinco años después y desde una poderosa multinacional (el EP lo publicó Matador), ya tenemos el primer álbum del trío. Y menudo álbum: lo mejor de sus tres mundos condensado en una docena de nuevas canciones donde la simbiosis entre el trío de creadoras norteamericanas florece con brío y esplendor.

Instigado por Bridgers, este reencuentro nos enseña cómo el paso del tiempo y sus respectivas carreras en solitario ha jugado a favor de su songwriting y ha depurado sus acercamientos al folk y al rock de costuras clásicas.

Arropadas por, entre otros, Melina Duterte (Jay Som), Carla Azar (Autolux), Sarah Tudzin (Illuminati Hotties) y Catherine Marks (coproductora), boygenius han compactado su precioso ménage à trois y lo dejan claro desde la inicial “Without You Without Them”, un corte a capela que enlaza con la parte final de “Ketchum, ID”, el tema que cerraba el EP, una plegaria conjunta que es un agradecimiento a todas sus predecesoras y predecesores. Es un comienzo hermoso e impactante que prepara el camino para un trayecto de confesiones amorosas y de lazos de amistad que va alternando los dioramas de calma en clave folk-rock con achuchones de ADN con el rock en perfecta ebullición: vean “$20”, el tema que adelantó este retorno, una canción concebida por Baker y apuntalada en resolutivos riffs de guitarra que desemboca en un final demente con Bridgers desbocada gritando los versos finales.

En “Emily I’m Sorry” Bridgers toma las riendas en la canción más confesional del álbum, historia de una relación que acabó mal y en la que la autora implora el perdón y se desnuda en versos como “I’m twenty-seven and I don’t know who I am / (Don’t know who I am) / But I know what I want / Emily, I’m sorry / Emily, I’m sorry / I’m sorry”: destilado de delicadeza sonora o cómo airear sin caer en la impudicia esas cicatrices del pasado que todos coleccionamos.

El bálsamo continúa con “True Blue” y sigue Baker reviviendo el aura de Simon & Garfunkel (gracias a Paul Simon en los créditos) en una “Cool About It” que da paso a “Not Strong Enough”, uno de los highlights de “the record” con Bridgers expendiendo una de las frases definitivas del disco (“Not strong enough to be your man / I tried, I can’t”; la otra la encontramos en boca de Dacus en “Leonard Cohen”: “Leonard Cohen once said / ‘There’s a crack in everything, that’s how the light gets in’ / And I am not an old man having an existential crisis / At a buddhist monastery writing horny poetry / But I agree”).

“Satanist” y “Anti-Course”, separadas por la pureza folkie de “We’re In Love” (Dacus in heaven: “I feel crazy in ways I never say / Will you still love me if it turns out I’m insane? / I know what you’ll say, but it helps to hear you say it anyway”), se dirigen hacia la final “Letter To And Old Poet”, cocción a fuego lento de otro estriptis emocional de Bridgers.

¿Crosby, Stills & Nash para los dosmiles y en clave LGTBIQ+? Derribemos estereotipos y disfrutemos con un disco repleto de confraternidad, honestidad, catarsis, pasión, compañerismo y canciones como soles. El disco. Juan Cervera

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01

Lana Del Rey

Did you know that there’s a tunnel under Ocean Blvd > Polydor-Interscope-Universal

Pese a haber firmado canciones que encapsulan el zeitgeist de la última década y de tener un puñado de discos que ya son clásicos, Lana Del Rey nunca ha dejado de ser “the girl you love to hate” en una industria que no se toma demasiado en serio a las mujeres que se dedican al pop (por más que la propia artista alegase que su alejamiento de las redes sociales fuera para centrarse en su música, cuesta no ver el acoso continuo como verdadera razón). Escuchando este último trabajo, cabe preguntarse hasta qué punto ese odio, que siempre se filtra en sus letras de una u otra forma (“before you talk let me stop what you say / I know, I know, I know that you hate me”, canta en “Taco Truck x VB”), ha sido también el acicate que ha permitido a Lana hacer en este disco lo que le da la gana, dejando de lado las expectativas que puedan tener fans e industria, porque si algo queda claro tras escuchar este álbum es que Lana ya va por libre.

Lana dejó el listón alto con “Norman Fucking Rockwell!” (2019), y ni “Blue Banisters” (2021) ni “Chemtrails Over The Country Club” (2021) tuvieron el mismo impacto. Con su último trabajo es fácil ver que la artista estaba dejando la artillería pesada para “Did you know that there’s a tunnel under Ocean Blvd”, aunque quien vaya buscando el hit obvio no lo va a encontrar: aquí no estamos ante una simple colección de canciones con un par de singles comerciales, sino ante un disco poco acomodaticio que evoca un estado anímico y en el que Lana da rienda suelta a la experimentación. Es además un trabajo ambicioso, de casi hora y media de duración, y en el que colaboradores y productores, lejos de aparecer en letra pequeña en los créditos, están en la misma portada del disco (del ubicuo Jack Antonoff a Father John Misty pasando por Tommy Genesis, en una ecléctica lista de invitados).

“Did you know that there’s a tunnel under Ocean Blvd” es un álbum tremendamente introspectivo en el que Lana explora temas como su propia familia (“The Grants”), el odio (“Taco Truck x VB”, donde de paso revisa “Venice Bitch”), la sexualidad (“Peppers”, con Tommy Genesis), la nostalgia (“Fishtail”) o el amor (“Margaret”, con el propio Jack Antonoff bajo el seudónimo de Bleachers y a cuya mujer hace referencia la letra). Tampoco faltan unos interludios a cargo de Jon Batiste o del reverendo Judah Smith, que suelta un sermón sobre la lujuria que no ha sido muy bien recibido por parte de algunos fans, pero que casa con un disco que funciona como una mirilla a las inquietudes de Elizabeth Grant.

La complejidad de este álbum tampoco se puede pasar por alto: no solo llama la atención el protagonismo del piano y su carácter melancólico, sino también el escaso o nulo interés de Lana Del Rey por realizar un disco complaciente, con canciones que son casi a capella (“Kintsugi”), guiños al country (“Let The Light In”, junto a Father John Misty), al góspel y al trap de “Fishtail” o “Peppers”.

Si la primera parte del álbum es más canónica, con piano y arreglos orquestales, a partir de la segunda mitad el disco sigue un camino mucho más impredecible, en el que la artista se permite el lujo de entregar canciones frágiles que parecen oraciones (“Fingertips”) o composiciones basadas en samples, como el de SYML para “Paris, Texas”. Pero las tres mejores canciones llegan justo al final: “Fishtail”, la muy sexual “Peppers” y “Taco Truck x VB”, que aúnan las melodías habituales de Lana con esa sensación de indolencia que transmiten sus primeros trabajos.

“Did you know that there’s a tunnel Under Ocean Blvd” no es un disco accesible: es sobrio, requiere una escucha atenta y sacrifica los himnos pop y los estribillos en aras de la libertad artística y la búsqueda de una autenticidad alejada de histrionismos. Quien espere a la “vieja” Lana es posible que se sienta decepcionado, pero este álbum está llamado a crecer con el paso del tiempo, y no sería de extrañar que marcase un punto de inflexión en la carrera de una creadora en la que parece empezar a pesar más su faceta de compositora que de intérprete. Carolina Velasco

Fueron los mejores...

1986 Joe Jackson Big World / 1987 Prince Sign 'O' The Times / 1988 Public Enemy It Takes A Nation Of Millions To Hold Us Back / 1989 Pixies Doolittle / 1990 Jungle Brothers Done By The Forces Of Nature / 1991 Massive Attack Blue Lines / 1992 R.E.M. Automatic For The People / 1993 PJ Harvey Rid Of Me / 1994 Portishead Dummy / 1995 Tricky Maxinquaye / 1996 Sepultura Roots / Tortoise Millions Now Living Will Never Die / 1997 Spiritualized Ladies And Gentlemen We Are Floating In Space / 1998 Manu Chao Clandestino / 1999 The Flaming Lips The Soft Bulletin / 2000 The Magnetic Fields 69 Love Songs / 2001 Mogwai Rock Action / 2002 El-P Fantastic Damage / 2003 Robert Wyatt Cuckooland / 2004 Tom Waits Real Gone / 2005 M.I.A. Arular / 2006 Joanna Newsom Ys / 2007 Animal Collective Strawberry Jam / Panda Bear Person Pitch / 2008 Portishead Third / 2009 Animal Collective Merriweather Post Pavilion / 2010 Kanye West My Beautiful Dark Twisted Fantasy / 2011 PJ Harvey Let England Shake / 2012 Swans The Seer / 2013 Kanye West Yeezus / 2014 Sun Kil Moon Benji / 2015 Kendrick Lamar To Pimp A Butterfly / 2016 Nick Cave And The Bad Seeds Skeleton Tree / 2017 Kendrick Lamar DAMN. / 2018 Low Double Negative / 2019 FKA twigs MAGDALENE / 2020 Fiona Apple Fetch The Bolt Cutters / 2021 Low HEY WHAT / 2022 Kendrick Lamar Mr. Morale & The Big Steppers ∎

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