Azul es la noche.
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Entrevista

Angelo Badalamenti, terciopelo azul olímpico

Un Angelo Badalamenti repleto de proyectos y en la cresta de la ola estuvo en mayo de 1992 en Barcelona como previa de su intervención como músico estelar en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. Conversamos con él y repasamos lo esencial de sus trabajos en cine y otros medios, sobre todo los creados con David Lynch.

Rockdelux 88

(Julio-Agosto 1992)

Angelo Badalamenti es conocido sobre todo por musicar las pesadillas de David Lynch. Gracias a su compenetrada asociación con el autor de “Terciopelo azul”, Badalamenti ha accedido al panteón de los compositores de éxito requeridos por todo el mundo y aptos para los más variados estilos: bandas sonoras en cine y televisión, espectáculos musicales, arreglos en discos pop, himnos sonoros para ceremonias olímpicas, etc. Su nombre es, con justicia, sello de calidad, elegancia, delicadeza, inquietud y atmósfera distintiva. La pieza principal de “Twin Peaks” es una buena demostración, tanto como el hecho de que Lynch se sienta algo desamparado si no es él quien pone melodía y colchón sonoro a sus relatos incendiarios. Badalamenti, orondo, jocoso y agradable, estuvo en Barcelona unos días, a finales del pasado mes de mayo, para ultimar detalles de su participación en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. Dio una breve pero suculenta entrevista informal a varios medios, hablando del pasado antes y después de Lynch, del activo presente en que se halla sumergido –su trabajo en los JJOO, la música que ha compuesto para el Pabellón Francés de la Expo sevillana, la edición del disco con la banda sonora del “Twin Peaks” cinematográfico– y del futuro que le verá debutar como actor a las órdenes de Lynch.

“Conocí a David Lynch a través de una bella muchacha italiana llamada Isabella Rossellini. Bueno, de hecho no fue a través suyo. Ella estaba trabajando en ‘Terciopelo azul’ y David tenía dificultades para que Isabella cantara como él quería en la secuencia del club. El productor era amigo mío y me llamó, ya que yo había trabajado mucho con cantantes”
Badalamenti no era para nada un novato cuando se encontró con Lynch en 1986: “Había hecho trabajos para el cine, para Fox, Columbia; recuerdo una película de Ossie Davis con Paul Winfield, ‘Gordon’s War’. También hice temas para los títulos de crédito de algunos filmes, cosas para televisión, orquestaciones, había escrito muchísimas canciones; en realidad, comencé en este negocio como compositor de canciones. Hice algo para teatro y musicales. He tenido experiencias en áreas muy diversas, como compositor, arreglista y orquestador, siempre en estilos diferentes: pop, country, pero me formé básicamente con la música clásica”.

Desde 1986, Badalamenti y Lynch no han dejado de trabajar juntos. En cine, “Terciopelo azul” (“Blue Velvet”, 1986), “Corazón salvaje” (“Wild At Heart”, 1990) y “Twin Peaks: Fire Walk With Me” (1992). En televisión, “Twin Peaks” (1990-91) y la reciente “On The Air”. Además, han colaborado en publicidad, idearon el espectáculo audiovisual “Industrial Symphony No. 1” (1990), escribieron y produjeron el álbum de Julee Cruise “Floating Into The Night” (1989) y se han encargado de la producción de “Summer Kisses, Winter Tears”, una canción de Elvis Presley que versionea Julee en la columna sonora de “Hasta en fin del mundo” (1991) de Wenders. “Conocí a David Lynch a través de una bella muchacha italiana llamada Isabella Rossellini. Bueno, de hecho no fue a través suyo. Ella estaba trabajando en ‘Terciopelo azul’ y David tenía dificultades para que Isabella cantara como él quería en la secuencia del club. El productor (Richard Roth) era amigo mío y me llamó, ya que yo había trabajado mucho con cantantes. Grabé una cinta con Isabella que le gustó a David. Tanto, que dijo que la utilizaría tal como estaba, con Isabella, y yo al piano. También necesitaba una canción para la película, que había titulado ‘Mysteries Of Love’. Le dije que yo no escribía letras, solo la música. Isabella me dio seis líneas, pero no era una letra normal, no había rimas, ni estribillo ni estructura. Entonces me arrepentí de haberlo aceptado, ¿qué podía hacer con eso? David me sugirió que hiciera algo cósmico, que se pareciese al viento, a los océanos, algo infinito, como si flotase en el tiempo. Lo entendí. Compuse una música muy abstracta que le gustó a David. Luego me pidió que buscara a una chica que cantara como un ángel. Yo había trabajado en una ocasión con Julee Cruise, era la chica de un coro. Y grabamos la canción”.

De todas las colaboraciones entre Lynch y Badalamenti, “Industrial Symphony No. 1” resulta una de las más arriesgadas e inusitadas. “Surgió como un flash. Recibimos una llamada telefónica de la Brooklyn Academy Of Music, que quería poner en cartel trabajos innovadores y diferentes. Sabían que David y yo estábamos preparando algo y nos pidieron que lo estrenáramos allí. Pensamos hacer algo sobre el amor y la naturaleza, pero tenía que estar listo para una fecha determinada y nosotros estábamos enfrascados en otra cosa”.

“Blue Velvet” (1986), “Twin Peaks” (1990), “Wild At Heart” (1990) y “Twin Peaks: Fire Walk With Me” (1992): alianza Badalamenti-Lynch.
“Blue Velvet” (1986), “Twin Peaks” (1990), “Wild At Heart” (1990) y “Twin Peaks: Fire Walk With Me” (1992): alianza Badalamenti-Lynch.
Sin embargo, este inusual experimento con luz mortecina, sonido inquietante, maquinarias y pequeños personajes en el escenario y Julee Cruise suspendida desde el techo encontró rápidamente su lugar entre los proyectos de tan bienavenida pareja: “Fuimos a visitar la Academy y nos pareció un lugar maravilloso. Caruso hizo su última actuación allí. Escribimos la obra en dos días y David hizo el casting y la realizó en los tres siguientes. Las canciones ya estaban escritas, pertenecían a ‘Floating Into The Night’ y ‘Twin Peaks’, pero la música de fondo no. Todo el trabajo con sintetizadores se fue improvisando. Era una ‘perfomance’ oscura pero bella. El cámara tuvo muchos problemas para fotografiarla, porque David no quiso iluminación accesoria en el escenario. Después de la actuación aceptó que se pusieran focos para que el espectáculo pudiera grabarse en vídeo”. Se filmó el 10 de noviembre de 1989.

¿Y su colaboración con Pet Shop Boys? Ha hecho orquestaciones en sus discos “Actually” (1987) y “Behaviour” (1990) y colaboró también en los LPs que Lowe y Tennant produjeron a Liza Minnelli y Dusty Springfield. “Pienso que desarrollan cosas interesantes con su música. Me pidieron que hiciera algunas orquestaciones en sus discos. Lo último que sé de ellos es que les gustaría hacer un espectáculo conmigo para los escenarios de Broadway”.

“Tenía una cita con un escritor con el que estoy preparando una pieza para Broadway. Me estaba duchando. De repente me vino la melodía, salí de la ducha en toalla, me fui al piano mojándolo todo y compuse la música de la llama en ese momento”
Badalamenti ha compuesto excelentes bandas sonoras para filmes medianos. En “Hombres marcados” (“Weeds”, 1987), un drama carcelario de John Hancock con Nick Nolte, se movió entre un pop ornamentado y las influencias de Mahler y Wagner. En “Los hombres duros no bailan” (“Tough Guys Don’t Dance”, 1987), la curiosa pero vacilante experiencia de Norman Mailer como director, construyó un mundo sonoro similar al de “Terciopelo azul”, con presencia de Isabella Rossellini incluida. Para “Un toque de infidelidad” (“Cousins”, 1989), discreta comedia de Joel Schumacher, de nuevo con Isabella, mezcló con acierto el swing, la música de cámara, Kurt Weill y el festivo estilo hollywoodiense. En “Espera a la primavera, Bandini” (“Wait Until Spring, Bandini”, 1989), de Dominique Deauddere, trabajó mano a mano con Paolo Conte. Pero en “El placer de los extraños” (“The Comfort Of Strangers”, 1990), turbador filme de Paul Schrader, música e imágenes sí adquirían modélica sintonía. Sigue siendo uno de sus mejores trabajos, con cierto regusto a Nino Rota. “Me gusta mucho lo dulce y lo amargo, por ello me gusta Rota. Nunca asociaría ‘El placer de los extraños’ con él, pero sí que hay un tema que lo recuerda. Schrader quería una música de influencias turcas, como un arabesco. Pero para el tema principal necesitaba una música potente, de influencia italiana, casi como un aria”.

Su última gran empresa ha sido ponerle música a algunos pasajes de la ceremonia inaugural de los JJOO. Dos proyectos que han cuajado y otro que no: “Lo primero que me encargaron fue musicar el encendido de la llama olímpica, algo con lo que sueña cualquier compositor. Es un acontecimiento muy importante y no puedes componer algo simplemente bueno, tiene que ser especial. Tenía una cita con un escritor con el que estoy preparando una pieza para Broadway. Me estaba duchando. De repente me vino la melodía, salí de la ducha en toalla, me fui al piano mojándolo todo y compuse la música de la llama en ese momento. El escritor estaba entonces llamando a mi puerta y fue el primero en oír el tema olímpico. El segundo proyecto no salió en la ducha, me costó mucho escribirlo. Manuel (Huerga, responsable de las ceremonias de inauguración y clausura) me lo pidió para la parte dedicada al 25 aniversario de las Olimpiadas modernas. Tenía que ser algo muy sofisticado, con un momento de transición y una música tipo el ‘Bolero’ de Ravel. Después, cada cinco segundos, llega un momento álgido que se corresponde con cada año de las Olimpiadas”. Lo que no cuajó fue la pieza titulada “Friends For Life”, el lema de los Juegos, una canción bella y emocionante escrita con David Lynch para ser cantada por José Carreras: “La compusimos como un gran himno, en el estilo y tono de Carreras, que siempre me ha gustado mucho. Pero los que decidían se asustaron con esta canción, les pareció algo demasiado distinto”. El tema, finalmente, lo ha compuesto Andrew Lloyd Webber y lo cantan Carreras y Sarah Brightman. “Pero Carreras grabará nuestra canción”.

Badalamenti, que se muestra absolutamente fascinado por la película sobre “Twin Peaks”, para la que ha escrito de nuevo toda la música, tiene su cartera mágica llena de proyectos: “En breve voy a publicar un disco con música mía desligada del cine o la televisión. Ahora estoy preparando un musical para Broadway sobre la figura de Milton Berle. En la próxima película de David, ‘One Saliva Bubble’, con Steve Martin y Martin Short, haré una intervención jugando al golf. Y Julee Cruise nos está esperando para grabar su segundo álbum; ya están escritas las canciones, pero no tenemos tiempo libre”. ∎

Apunte discográfico

“Blue Velvet” (Varèse Sarabande, 1986)
“Tough Guys Don’t Dance” (Varèse Sarabande, 1987)
“Weeds” (Varèse Sarabande, 1987)
“Cousins” (Warner Bros., 1989)
“Floating Into The Night” –álbum de Julee Cruise– (Warner Bros., 1989)
“Twin Peaks” (Warner Bros., 1990)
“Wild At Heart” (London, 1990)
“The Comfort Of Strangers” (Cam, 1990)
“Industrial Symphony No. 1. The Dream Of The Broken Hearted” –vídeo– (Warner Bros., 1990)
“Until The End Of The World” –canción “Summer Kisses, Winter Tears”– (Warner Bros., 1991). ∎

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