Aunque a algunos les pueda parecer un grupo nuevo, Nerve Agent –pronúnciese como se lee en castellano– como tal comenzó en 2016. Atrás quedaron nombres como Horny Rubbish. El punk metalizado y las versiones que hacían –de Pixies y Joy Division– dieron paso con el tiempo a un hardcore electrónico que no hace ascos a algún ambiente oscuro. Ese es el material con que se han presentado a un público que no ha parado de crecer durante el año pasado gracias a su estreno en largo, “12 atentados” (Autoeditado, 2022), y que continúa haciéndolo durante este ejercicio tras la publicación de “Dejad ke los niños se acerquen a Nerve Agent” (Autoeditado, 2023), dieciocho temas hilados por el techno que siguen ofreciendo zapatilla e instintivo orgullo generacional. “Escuchamos bastante de lo mismo porque nos juntamos mucho. Las bases las hace Rodol, y lo que él tenga en la cabeza es muy parecido a lo que va a salir después”, asegura Arturo Arribas, encargado de voces y teclado. “Con la electrónica empezamos hacia finales de 2019. Ahí también me empezó a llamar mucho la atención el rollo de grupos tipo Molchat Doma o Ploho. Yo hice, como Rodol VX, el disco ‘Sabotaje’ y con Nerve Agent ya quisimos darle continuidad a eso. También conocí mucha electrónica viviendo en Granada; antes escuchaba sobre todo maquineo”, afirma Rodolfo Jareño, cantante y guitarrista, a la vez que hace notar que nunca ha dejado de escuchar guitarras, mientras el también vocalista y bajista Carlos Solé apunta que ha vuelto a Rage Against The Machine, un grupo que prácticamente ya no existía cuando nacieron, con el cambio de siglo, los miembros de Nerve Agent. Todos tocan guitarra y bajo e incluso Arturo, con formación de conservatorio, le da al fagot y la percusión, aunque vendió la batería cuando se impuso la electrónica en el universo del “agente nervioso”.
Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.