Internet es una burbuja. Bueno, no, en verdad, internet es un conjunto de burbujas, y cada uno, desde el interior de la suya propia, mira hacia las burbujas circundantes con cara de perplejidad y disgusto, sin entender absolutamente nada. Recurriendo a un mito de la viralidad pretérita (es decir: este vídeo), en nuestras burbujas todos somos un poco Chloe flipando desde la distancia con el numerito de su hermana drama queen.
Todos sabemos que el Día de la Hispanidad y su liturgia y su desfile y sus desbarres y su legión y su cabra y su sentimiento son, desde hace ya algunos años, el queso cheddar perfecto para nuestros sándwiches de memes. Y este año, obviamente, no iba a ser menos. Como viene siendo habitual, la verdadera actualidad no se leyó en ningún diario, sino en las redes sociales que fueron capaces de enseñarnos a Leonor viendo los festejos en streaming desde Gales y que volvieron a fijar su atención en la Patrulla Águila que debía poner en el cielo una bandera española (aquí se filtró el diseño original para este año), pero que acabó poniendo una bandera republicana. El mismo Pablo Iglesias, sabiendo que no tardarían en culparle de lo ocurrido, fue el primero en declarar que no tenía nada que ver con este “error”. Pero da igual: Twitter siempre va un paso por delante y consiguió imágenes en exclusiva de lo que ocurrió realmente.
Abramos aquí un pequeño paréntesis para compensar la seriedad del apartado anterior. Y hagámoslo para apreciar tal y como se merece todo el tinglado que las redes sociales han montado en torno al anuncio de que Adele tiene nuevo disco, que se titulará “30” (siguiendo con la creatividad extrema de nombrar sus álbumes atendiendo a su edad) y que se publicará el próximo 19 de noviembre.
Este es un drama que hace tiempo que viene cocinándose y que es como un accidente de coches: sabes que no deberías mirar, pero es que no puedes evitarlo. Desde que Carlos Ríos se convirtiera en propulsor del movimiento #realfooding a favor de una mejor alimentación, las redes sociales se han debatido entre la fascinación y la inquina. Hace unas semanas, no obstante, la balanza parecía caer del lado de la inquina cuando Ríos, que ya hace tiempo que se viene arriba cosa mala en sus vídeos, cogía el TikTok de una adolescente preparándose una guarrindongada y se dedicaba a contar las calorías que estaba ingiriendo.
Las redes procedieron a señalar que este shaming desalmado es precisamente lo que no tienes que hacer si quieres prevenir los Trastornos de Conducta Alimentaria… Sin embargo, Carlos sigue a su bola, erre que erre, y las redes han decidido cancelarlo después de que colgara otro vídeo en el que intenta justificarse pero al final se marca un Trump. Es decir: hablar con prepotencia y meter miedo ante el Apocalipsis (Alimentario) inminente. La totalidad del asunto podría resumirse en este tuit, aunque en verdad es mejor resumirlo en este otro: “Imagina ser un pobre niño vecino de Carlos Ríos y cuando vayas a su casa en Halloween a pedirle caramelos te saque unos palitos de zanahoria y te dé una paliza”.
La semana se ha cerrado con un outing de esos que ayudan bastante a hacer un cribado a diferentes niveles. ¿Cuántas noticias has visto afirmando que el nuevo Superman es gay? Pues eso, que fake news. Porque la cosa es un poco más compleja: el nuevo Superman es Jonathan Kent, hijo de Clark y Lois que en el próximo cómic “Son Of Kal-El”, que se publicará el 9 de noviembre, saldrá del armario como bisexual y no como gay.
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