De lobos y hombres.
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Entrevista

Emilio Fonseca: ¿quién teme al lobo feroz?

En “Salvaxe, salvaxe”, el polifacético cineasta Emilio Fonseca teje un documental experimental sobre la supervivencia de la fauna salvaje en el Antropoceno a través de los mitos y la realidad de los lobos.

19. 03. 2025

Emilio Fonseca (Ourense, 1978) es guionista, director, dibujante, animador, docente y fundador de Walkie Talkie Films. También autor de varios ensayos en corto y mediometraje –como “Somos plaga” (2017) o “Soy muro” (2018), ambos codirigidos con Xiana do Teixeiro–, de una serie de piezas sobre la escena musical catalana –“Tallers Sonors” (2009-2012); también con codirección de Xiana do Teixeiro, con episodios protagonizados por Anímic, CaboSanRoque o El Petit de Cal Eril, de documentales como “Queimar o monte” (2012) y del cómic “Verde invisible. Chaco Ra’anga. Un viaje científico y cultural al corazón de Sudamérica” (2023) sobre conflictos ecosociales: “Empecé con el cómic de adolescente. A través de sus planos, colores, iluminaciones, pasé al cine. Estudié comunicación audiovisual y animación. Nunca he sido dibujante ni cineasta en exclusiva; lo alterno y he tenido que hacer más cosas. Siempre me gustó dibujar y narrar. Para mí son una continuidad con la que contar cosas, con dibujos o imágenes”, explica.

Su último documental, “Salvaxe, salvaxe” (2024; se estrena este viernes 21 de marzo), explora una relación más justa entre los humanos y las demás especies. Ha sido premiado en múltiples festivales –Málaga, Play-Doc, Guadalajara, Spanish Film Festival, Alcances, Ourense Film Festival, Majordocs, Cinespaña Toulouse, Anorther Way Festival– y se exhibió en L’Alternativa en Barcelona y en el festival Porto/Post/Doc el pasado noviembre. Además de su estreno oficial en salas, recorrerá el circuito off theatrical –asociaciones, cineclubs, círculos de activismo, instituciones, centros educativos– y se verá en plataformas digitales.

Cartel de “Salvaxe, salvaxe”.
Cartel de “Salvaxe, salvaxe”.

¿Cómo surge este documental?

Iba hacer algo más sencillo, televisivo, como el de los incendios (se refiere a “Queimar o monte”). Grabándolo, me fascinaron los pastores de la montaña de Ourense con rebaños enormes y mastines. Sus ovejas y cabras duermen en curros (corrales de piedra). Ahí se respira la presencia del lobo, aunque no lo ves, y el manejo tradicional para proteger al ganado. Contacté con un investigador importante, preparaba un documental sobre esos pastores, así que pensé en ampliar las historias conocidas: hablé con el “niño lobo” de Sierra Morena, entrevistamos a personas mayores que fueron pastores, a ganaderos, investigadores. Muchas están entre el mito y el recuerdo, todo el mundo dice haber tenido algún contacto. Un veterinario que graba lobos nos dejó imágenes de una loba sarnosa y un presunto híbrido. Organizó un congreso pequeño en Santa Comba donde vi una ponencia de Francisco Álvares de la Universidad de Porto, con una dimensión antropológica y un conocimiento cultural amplio y de la problemática del territorio, con años de estudio riguroso y vocación de compartir. Lo contacté y los acompañé, nos dejaron materiales, me interesó centrarme en los investigadores: qué saben, cómo consiguen los datos y comparten ese conocimiento. Usamos las “cámaras trampa” que emplean para estudiarlos dando valor a sus imágenes precarias de lobos de Galicia y Portugal de los que no sabemos nada, solo relatos. Los medios de comunicación siempre los muestran en cautividad aunque no lo digan, con primeros planos estupendos.

El documental aborda los desafíos de la fauna salvaje y como los humanos invadimos su territorio. ¿Cómo podemos replantearnos la convivencia?

Deberíamos hablar más de la extinción masiva de especies, tomar conciencia de esta catástrofe ecológica de consecuencias desconocidas. Estamos esquilmando todo. Debemos cambiar el chip, no solo verlo en plan catastrofista, sino aprender a disfrutar, conectar y conocer lo que nuestra cultura dominante hace desaparecer. La vida salvaje se ha visto como algo casi demoníaco que domesticar, todo está al servicio del ser humano. Urge cambiar esta concepción, restaurar los ecosistemas dañados durante cientos de años, y más las últimas decenas con medios mecánicos y químicos. Convivir y relacionarnos más respetuosamente, no somos la única especie. La ciencia está avanzando mucho en biología y cognición animal, sabemos que son inteligentes, es fundamental respetarlos y aprender a amarlos. El conocimiento científico nos permite ampliar la mirada. Me parece mágico, revela lo que no vemos y estimula más preguntas. Es muy bello, hay que abrazarlo también.

“Deberíamos hablar más de la extinción masiva de especies, tomar conciencia de esta catástrofe ecológica de consecuencias desconocidas. Debemos cambiar el chip, no solo verlo en plan catastrofista, sino aprender a disfrutar, conectar y conocer lo que nuestra cultura dominante hace desaparecer”

La producción es sostenible y vegana.

Xiana do Teixeiro, productora ejecutiva, lo planteó así, todo el consumo de la peli lo es. Implicó hacer el catering para llevarlo al monte. La jefa de producción también es labriega profesional de alimentos ecológicos. Además de la logística, hizo comidas increíbles los días de equipo. Minimizamos los viajes, no cogimos aviones, tratamos de desplazarnos en coche lo menos posible y juntarnos al viajar. Fuimos cuidadosos con la fauna y la flora local. Los biólogos son gente muy respetuosa. Acompañando a uno a colocar cámaras, estaba pendiente hasta de no romper una tela de araña. Prácticamente no tomamos imágenes de lobos, hicimos algunas yendo una vez por semana sin que nadie se enterase, para no ponerlos en peligro, renunciando a la imagen espectacular. El cine es una actividad prolongada destructiva, parece que todo tiene que ponerse a disposición del mejor plano. El proceso es importante, pero para hacer una buena película no hay que destrozar los derechos laborales, ni la vida de otras criaturas, ni sus entornos.

¿Cómo concebisteis que el narrador fuera solo en subtítulos? Es un acierto.

La decisión se tomó en el proceso. Queríamos una voz en off para articular ideas difíciles de conseguir con entrevistas, declaraciones o comentarios. En una prueba de montaje, surgió ese juego interpelando al espectador y proponiendo una escucha atenta. Vimos que era un recurso que permitía escuchar mejor el entorno y las voces, casi todo se susurra, hablábamos así en el monte. Y también ser más poéticos o densos en los mensajes, que el espectador entrara en ellos, alternarlos con la imagen, no ser redundantes, señalar, explicar algo distinto, dar datos. Xiana es coguionista, la escritura fue paralela al montaje, ahí decidimos qué encajaba mejor.

Fotogramas de “Salvaxe, salvaxe” .
Fotogramas de “Salvaxe, salvaxe” .

La Unión Europea ha dado el primer paso para rebajar la categoría de protección del lobo, por sus poblaciones residuales en España. ¿Cómo lo valoras?

No se basa en datos científicos. Es un gesto político para contentar a votantes alineados con la derecha y ultraderecha que levantan mucha polvareda últimamente, usando al lobo para polarizar la sociedad rural y la urbana, una dualidad discutible. En Galicia y España la vida en el rural de mucha gente es muy urbana, a menudo no viven del sector primario, ni pisan el territorio salvaje. El lobo es un símbolo poderoso, se utiliza para ahondar esas divisiones y hacia un supuesta élite urbana técnica europea. Una medida populista para contener el malestar del campo con problemas más graves. A los ganaderos muchas veces se les tarda en indemnizar si ataca un animal, depende de las comunidades. Debería ser inmediato, crea malestar. Hay problemas peores: el etiquetado no diferencia la ganadería extensiva e intensiva, algo injusto. La primera es más razonable y puede tener un efecto más beneficioso en el territorio y la vida animal. Al planeta le sobra ganadería y los humanos necesitamos una dieta más vegetal. Es complejo, requiere replantear cosas, proteger formas de vida, trabajos y el bienestar de las personas del campo y la ciudad. Debería ser obligatorio tener ecosistemas ricos y responsabilizarnos de ellos, sin cargarlo solo a quienes viven próximos al lobo.

El lobo tiene una carga simbólica ancestral negativa que se actualiza. ¿Cómo te documentaste?

Con libros de caza antiguos y de fauna salvaje como algo demoníaco, contrapuesta a la doméstica. Una religión de pastores, como la cristiana, tiene toda una liturgia con el cordero. Hay mitología pagana y cuentos relacionados con poderes mágicos. Es muy rico, no lo pudimos tratar mucho. Me interesa su actualización, enlaza con el pensamiento conspiranoico y negacionista contra la evidencia científica. Su carga simbólica se usa por la extrema derecha europea para atacar a los gobiernos y la ciencia en nombre de una presunta libertad, como con la Agenda 2030 o la criminalización del migrante. Teorías que nos entregan a intereses totalitarios. Los viejos mitos decían que era un enviado del demonio. Los nuevos, que no son lobos ibéricos y los suelta la administración. No es cierto que haya hibridación con perros, son casos mínimos, no causan alteración, no hay pureza genética que preservar, es una excusa para matarlos. Y mitos tecnológicos: que vienen de una granja y los sueltan desde un coche o un helicóptero. Gente que dice que lo sabe, o lo vio. Imágenes que circulan por WhatsApp como del pueblo de al lado y son de los Alpes o Canadá.

“Los viejos mitos decían que era un enviado del demonio. Los nuevos, que no son lobos ibéricos y los suelta la administración. No es cierto que haya hibridación con perros, son casos mínimos, no causan alteración, no hay pureza genética que preservar, es una excusa para matarlos”

El sonido es fundamental, tanto el recogido como el producido.

Sí, parte la grabé yendo con los investigadores, tuve algún sonidista en momentos delicados, como Marco Maril del grupo Apenino, y Uxia. Hicimos muchas pruebas y experimentos. Trabajamos el diseño sonoro con Xoán-Xil López, músico e investigador multidisciplinar especialista en paisajes sonoros. Hicimos sesiones largas grabando capas de sonidos en diferentes direcciones, con micrófonos distintos, esperando eventos, yendo donde podían suceder. Los combinó fabulosamente, pudimos trabajar frecuencias mucho más altas que están en el monte para abrir el abanico de lo que un lobo oye y no imaginamos ni oímos. Con la música colaboramos con Anxe Faraldo, compositor experimental, evidenciando que era construida –como con las animaciones– y nos llevara más allá, a relaciones que sabemos existen –por la ciencia o por instrumentos de medición– y no percibimos, con ritmos casi de mantra que ayudan a atravesar con los sentidos el entorno. Las mezclas fueron en La Panificadora, con David Machado, un mezclador y técnico de sonido de cine excepcional.

La película evita los convencionalismos al representar la naturaleza y la fauna, y su hilo discursivo es crítico con el antropocentrismo y el especismo. ¿Cuáles eran vuestros referentes?

Mucha literatura científica sobre lobos y lecturas de antropología, filosofía, etología, biología: Donna Haraway, Anna Tsing, Lynn Margulis, Kropotkin, George Monbiot, Emanuele Coccia, Marta Tafalla, Frans de Waal, Philip Hoare, Ernesto Cardenal, Marc Bekoff y Jessica Pierce, David Haskell, Eduardo Viveiros de Castro… un sinfín. La película destila eso y la actual revolución en el pensamiento animal: el “giro animal”. Ahora están saliendo pelis en esa línea, pero apenas tuvimos referentes audiovisuales. Nos lo inventamos casi todo. ∎

Tráiler de “Salvaxe, salvaxe”.
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