El conspiragorro de M.I.A., una nueva emoción y Madrid Orgullo / Vergüenza

Aunque, oye, a ver, tampoco es necesario que seamos mala gente. Que una persona encuentre la fe no significa que la calidad artística de su obra deba resentirse (por mucho que así sea en el 99,9% de ocasiones). Pero una cosa es que nos intente vender la moviola cristiana… y otra cosa muy diferente es que nos intente vender la colección de ropa y accesorios preferida de Miguel Bosé.

La noticia saltó el pasado martes 25 de junio: M.I.A. ha lanzado Ohmni, una marca de ropa y accesorios que en su propia página web se presenta con estas palabras: “En tiempos de ciudades inteligentes, crypto digital, IA, NeuraLink, humanos hackeables, privacidad cero, deepmind, cosecha de datos físicos internos, vigilancia indiscriminada, minería de la información mental, desbordamiento de las redes sociales, realidad aumentada, sistema de crédito social y campos mentales virtuales distópicos, te traemos la moda revolucionaria del futuro”. Ahí la llevas.

No es broma. Todo esto está en web de la marca, donde también se pueden comprar un conjunto de cositas que tienen un poco locas a las redes sociales: desde calzoncillos con una estructura atómica cuyo tejido contiene un 80% de plata pura “para protegerte a ti y a las futuras generaciones” hasta un “brain protection durag”, pasando por la joya de la corona que sin duda es el gorro elaborado en cobre para ofrecer “conductividad eléctrica excepcional, bloqueando ondas electromagnéticas como el Wi-Fi y el 5G con una protección asegurada del 99.999% de efectividad”. Un gorro que en internet ya se ha empezado a adorar como el “tinfoil hat” y que no solo asegura un “100% brain coverage”, sino que además es reversible. ¿Qué más quieres?

Porque otra cosa te voy a decir: la colección lo mola todo. Si un daddy forrado lee esto y quiere regalarme el “full protection poncho”, por favor, que se ponga en contacto con la redacción de la Rockdelux para que le pasen mis dirección de envío. Porque la verdad es que 200 dólares son muchos dólares y yo soy proletario. Aunque, la verdad, si no suena la flauta del daddy forrado, siempre me quedará el consuelo de hacerme mi propio “tinfoil hat”.

Todos sabíamos que el estreno de “Del revés 2” traería un buen tsunami de virales. Al fin y al cabo, ¿cómo no iba a traerlo si nos bastó un primer tráiler para convertir a Ansiedad en un meme viviente? No es de extrañar, entonces, que en las últimas semanas hayamos visto una buena ración de reacciones en redes sociales con las que “reinterpretar” la película de Pixar, ya sea desde transformar a Vergüenza en Fimosis hasta subrayar la fina línea que separa el entusiasmo de Alegría del crack, pasando por algo tan bestia como reescribir los diálogos de Nostalgia para que se ajusten a lo que diría la típica anciana que ya está de vuelta de todo y no para de soltar proclamas problemáticas. Ah, por no mencionar que incluso Jesús ha querido ponerse a los mandos de la ya icónica consola de “Del revés”.

Pero, por encima de los memes sueltos, el filme ha protagonizado su propio viral. Un viral en el que la gente ha cogido la primera aparición de Ansiedad, ese momento en el que Alegría señala la aparición de “una nueva emoción”, y lanzar nuevas posibilidades en el futuro de Riley que, no nos mintamos, también es nuestro presente. A la gente se le está yendo la chaveta a base de bien, y ya hay quien le ha dedicado memes al alcoholismo, el lesbianismo encarnado en la Cate Blanchett de “Carol”, su variante “las ganas de tijerear”, el resentimiento social más marxiano, el estrés laboral, las compras impulsivas o el tarjetazo, también conocido como “vos te lo mereces reina”. Para el final dejo mis preferidos, que no son otros que el amor por las plantas, la lujuria que Pixar no se atreverá nunca a abordar en esta saga, la putería y la emoción que me controla 24/7: el chisme.

Porque ahí está lo que duele: que, en la actual tendencia del Gobierno de Madrid de aplicar eso de “¿por qué los maricones tienen que tener un Orgullo? ¿Para cuándo el Orgullo Hetero?”, no solo se borran los colores de la bandera de la comunidad (una forma más de invisibilizar), sino que además se destacan tres elementos que resultan francamente surrealistas por lo que simbolizan. Es así de sencillo: “Preservativos, tacones y copas = promiscuidad, pluma y alcoholismo”. O, dicho de otra forma, “reducir el Orgullo a tacones, condones y alcohol es síntoma de una homofobia bastante refinada”.

Lo peor de todo es que Almeida ha sacado pecho ante la polémica afirmando, básicamente, que el Orgullo en España no existiría si no fuera por el PP. Algo que las redes se han apresurado a corregir. A las redes ha correspondido también levantar una ceja ante el extraño uso de los triángulos rosas invertidos con los que se distinguía a los judíos homosexuales en los campos nazis, además de comparar estos carteles no solo con los del Orgullo de otros lugares como Huelva, sino incluso con los de aquellos maravillosos años en los que gobernaba Carmena. Aunque también ha habido tiempo para el choteo imaginando cómo se hizo el cartel de marras o, como siempre que ocurren este tipo de casos, recurriendo a las sabias palabras de Belén Cuesta en “Kiki, el amor se hace: “Porque Madrid parece muy moderna, pero Madrid no es moderna”. Y amén. ∎