El primer premio de Demi Moore, Genovia existe, y Trump quiere anexionar Canadá y Groenlandia

Si hubiera escrito este texto hace unos días, que no quepa ninguna duda de que habría estado protagonizado por la polémica que se desplegó alrededor de Lalachus y las campanadas. Porque, por si te fuiste a celebrar las fiestas navideñas a Laponia, resulta que todo empezó cuando se anunció que la cómica presentaría la gala de fin de año junto a Broncano en La 1. Este anuncio hizo que corrieran ríos de comentarios contra el imperdonable delito de que una chica con un cuerpo no normativo fuera a acaparar un formato de prime time, no vaya a ser que tu única neurona pulse el botón del mando a distancia por error, Jose Manuel, y te pierdas a la Pedroche semidesnuda un año más.

Como no se puede perdonar semejante afrenta, y probablemente consumidos por los demonios de saber que las campanadas de La 1 fueron las más vistas de la noche, la marabunta furibunda que ya había protestado contra la elección de Lalachus decidió ensañarse con ella porque, durante la emisión, se le ocurrió enseñar a cámara una estampita de una virgen con la cabeza de la vaquilla del ‘Grand Prix’. Así que decidieron alzar la voz para dejar claro que la estampita ofendía el sentimiento religioso de los católicos, algo que incluso acabó cristalizando en forma de demanda por parte de (¿quién si no?) Hazte Oír y Abogados Cristianos.