Charlie Watts (1941-2021) siempre hizo de ancla en The Rolling Stones, tanto en lo musical como en lo emocional. Equilibró melodías y egos. Amante del jazz, los caballos y el arte en general, el batería es reconocido como uno de los mejores percusionistas del rock’n’roll. En su tiempo libre disfrutaba tocando estándares con el Charlie Watts Quintet y recuperando su primera profesión como diseñador gráfico. Falleció ayer, 24 de agosto, a los 80 años.
Hace unas semanas, The Rolling Stones anunciaban que, por haberse sometido a un procedimiento médico, Charlie Watts no formaría parte del próximo “No Filter Tour” que la banda debe iniciar en octubre por Estados Unidos. Su sustituto es otro formidable batería y productor: Steve Jordan, habitual colaborador de Keith Richards. Ayer, Watts falleció en un hospital de Londres, a la edad de 80 años. Era el mayor de los Stones. La nueva gira coincide con la celebración del cuarenta aniversario de “Tattoo You” (1981), el último gran álbum del grupo, y ahora cobra un nuevo matiz, como homenaje del público a la figura de su batería.
Watts era un enamorado acérrimo del jazz y encontró en los saxofonistas Charlie Parker y John Coltrane buena parte de su inspiración a la hora de tocar, especialmente, en los estudios de grabación. Distintos medios han recordado que Watts definió su estilo con sutileza, swing y un ritmo sólido, aprendido en sus años de juventud. Detestaba los solos de batería; su fórmula era tocar sencillo y en grupo.
Charles Robert “Charlie” Watts nació en Londres el 2 de junio de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. Hijo de una ama de casa y un conductor de camiones. A temprana edad, descubrió el jazz y pronto se convirtió en fanático de Miles Davis, Duke Ellington y Charles Mingus. Antes ya había oído los bombardeos. También tenía interés por el blues. De hecho, destaca en esa escena que, entre los años 50 y principios de los 60, no crea popularidad, pero sí devoción en determinados círculos. Uno de los referentes es Blues Incorporated, dirigidos por el pianista y guitarrista Alexis Korner, que había dejado atrás la orquesta del trombonista Chris Barber, procedente del jazz. El joven Watts deseaba formar parte de ese ambiente y aceptó la invitación de Barber de unirse al conjunto.
En 1960 se graduó en la Harrow Art School, encontrando empleo como diseñador gráfico en una agencia de publicidad londinense. De noche toca jazz. Sin ser la primera opción y tras reflexionar al respecto, ya que su conexión con Brian Jones, Mick Jagger y Keith Richards se limitaba al blues, se une a The Rolling Stones a inicios de 1963, convirtiendo el conjunto en un quinteto completado por Bill Wyman (y, oficiosamente, por las aportaciones del pianista Ian Stewart). El nuevo batería se zambulliría en el blues de Chicago.
A la hora de grabar solía ser mejor que el resto. Además, la parafernalia estelar del grupo no podía importarle menos. Al principio, fueron los riffs de guitarra de Richards en “(I Can’t Get No) Satisfaction”. Luego, el sonido cobra color y groove en las baquetas y los tambores de Watts. El patrón rítmico de batería ayudó a conquistar la cima de las listas de éxitos. Se le califica de riguroso en “Paint It, Black” (1966); de maleable en “Ruby Tuesday” (1967) y de muy rítmico en “Honky Tonk Women” (1969). Se comenta que su técnica se cimenta en la soltura y juego de sus muñecas, de ahí ese swing tan característico, habitual en el jazz; en contraposición al estilo de los baterías de rock, que basan su esfuerzo en los músculos de sus brazos.
Con el paso del tiempo se ha reconocido la importancia de Watts en el devenir musical del grupo. En su obituario, ‘The New York Times’ recoge unas palabras de Bruce Springsteen sobre su protagonismo en la banda: “El sonido de la caja de Watts define a los Rolling Stones tanto como la voz de Mick y la guitarra de Keith”, escribió en la introducción a la edición de 1991 del libro del batería de la E Street Band, Max Weinberg, “The Big Beat”. “Cuando Mick canta, ‘It’s only rock’n’roll, but I like it’, ¡Charlie está en la parte de atrás mostrándote por qué!”. ∎
Charlie Watts tardó años en poder llevar a cabo este proyecto de financiación desbordante, pues lo presentó en una gira mundial con lo mejor del jazz británico de los 80: una orquesta de cerca de treinta figuras de aquella década, donde destacan las secciones de cuerda y viento, esta última con Peter King, saxo alto, y los saxos tenor Evan Parker, Danny Moss y Courtney Pine y los trompetistas Harry Beckett y Jimmy Deuchar a la cabeza. Un homenaje al swing que se antoja una batalla de tenores entre boppers y músicos de vanguardia. “Live At Fulham Town Hall” recoge una de sus apariciones, en la que destacan piezas como “Stomping At The Savoy”, “Lester Leaps In”, “Robbins Nest” y “Flying Home”. Una big band fluyendo en muchas direcciones, sin encontrar siempre el camino adecuado.
Después de muchos años de rock’n’roll y rhythm’n’ blues, Watts se da el gustazo de tener su propio combo de jazz. Pero, al igual que con los Stones, prefiere mantenerse en un segundo plano, realizando un homenaje al repertorio de su admirado Charlie Parker. Para el saxo alto, recupera a Peter King, que ejerce de líder de la formación, completada por Dave Green (bajo), Brian Lemon (piano), Gerard Presencer (trompeta) y, evidentemente, Watts. Algo más que un divertimento sedoso y algo menos que una obra descollante. Idóneo para los sibaritas del ritmo dentro y fuera del jazz. La formación, acompañada ocasionalmente del vocalista Bernard Fowler, grabó también el álbum en vivo “A Tribute To Charlie Parker With Strings” (The Continuum Group, 1992), así como “Warm & Tender” (Continuum, 1993) y “Long Ago & Far Away” (Virgin, 1996; este acreditado solo a Charlie Watts).
Tal vez una de las producciones menos conocidas del músico británico y, a la vez, una de las más libres, con guiños a la electrónica y a la música africana. Su aliado para la ocasión, Jim Keltner, es un respetadísimo músico de sesión que ha tocado con lo más selecto del sector. Aquí ejerce de sideman con precisión y se desenvuelve con soltura en unas tunes que llevan por nombre algunos de los héroes de ambos baterías: “Art Blakey” (el líder de Jazz Messengers), “Roy Haynes”, “Elvin Suite” (en reconocimiento a Elvin Jones), el elástico “Max Roach” que aquí tiene una lectura un tanto techno y “Billy Higgins”. Watts recuerda a Watts, es decir, con su elegancia rítmica natural hace de ancla rítmica, como con los Stones. Algunas ediciones incluyen un segundo CD con remezclas de Coldcut, Restless Soul y Modaji, entre otros. ∎
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