Two Door Cinema Club, por fin una banda internacional. Foto: Òscar Giralt
Two Door Cinema Club, por fin una banda internacional. Foto: Òscar Giralt

Festival

Cruïlla: verbena catártica

Del 8 al 10 de julio, el festival Cruïlla logró sortear el embiste de la quinta ola del COVID con una edición que despertó el deseo irrefrenable de comunión con la música y los propios. Ocurrió en el Fòrum de Barcelona.

12. 07. 2021

Mientras los indicadores en rojo del COVID seguían acelerándose en territorio catalán y, especialmente, en el área de Barcelona, los asistentes del Cruïlla seguían, por su parte, atentos a su canal de noticias predilecto a la espera del último lote de medidas planteado por el PROCICAT con tal de aplacar la enésima acometida del virus. Finalmente, la Generalitat optó por atajar el problema en los focos originados en el ocio nocturno e indultar los eventos de ocio al aire libre que han adaptado sus modus operandi a las exigencias de este año en que la salida del túnel pandémico fluctúa en constante zoom in/out.  

Descartado el temor de la cancelación, la organización no escatimó esfuerzos en blindar (¿será suficiente?) la seguridad sanitaria de los más de 50.000 asistentes que desfilaron por las instalaciones del Fòrum. Y lo hicieron con un sistema de cribado cuya implantación resultó ejemplar a lo largo de las tres jornadas. Un espacio enorme en el vecino Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB) daba la bienvenida al asistente, guiado por multitud de voluntarios, señales y hasta altavoces en esta nueva normalidad en constante intento por ser dejada atrás. Dotaciones de personal sanitario se responsabilizaron de llevar a cabo una ronda de test de antígenos que disipó las temidas aglomeraciones, incidencias mayores y, en definitiva, escenas propias de “La guerra de los mundos” en la retina de muchos tras la experiencia de la primera jornada del Vida. Tras quince minutos de espera para el resultado y con el negativo (un total de 289 positivos se quedaron sin entrar) asociado a la pulsera cashless, procedía internarse en territorio Fòrum, donde aguardaba ese añorado terreno de festividad y comunión, ambas activadas  por las fragancias sonoras programadas. 

Pese a la sensación de seguridad que se quiso impulsar con el cribado de antígenos, no todo los asistentes (por suerte) se fiaron de su efectividad. Primó la prudencia y el balance entre portadores de FFP2 como bozal y los de su uso como odiosa vestimenta de codo fue bastante parejo. Parapeto reforzado con la presencia de un ejército de controladores haciendo hincapié en la importancia de llevar puesta esta vestimenta de familiaridad indeseable. Al menos resultó así de equilibrado durante las jornadas del viernes y el sábado, con un público más adulto. Porque el Cruïlla volvió a diseñar su cartel en jornadas-compartimento que le permite dirigirse a un target específico para cada una de sus tres convocatorias. El jueves 8, por ejemplo, fue el turno de los parroquianos del hip hop. Chavalada joven, tatuada a discreción, y dieta alta en esteroides que acudieron bajo las promesas de Rayden, Lágrimas de Sangre, Natos y Waor, y el plato fuerte de la jornada, el venerado Kase.O.

Contenido exclusivo

Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.

Inicia sesión
Compartir

Contenidos relacionados